Eudaimonía
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¿Qué tal eh? Palabra dominguera extra-especial. Eudaimonía. Es un término griego comúnmente traducido como “felicidad”, “bienestar” o “buena vida”. También se sugieren los significados “florecimiento humano” y “prosperidad”. Aristóteles la designaba como el mayor bienestar humano. Estamos muy lejos, ¿verdad?
Me queda claro que, para llegar a la eudaimonía, tendríamos que saber qué es, a qué sabe, cómo se siente, dónde está... y, mi experiencia (la propia y la que escucho a diario) me reporta que no sabemos. Nos centramos en cuestionar qué queremos en la vida, en cumplir sueños y metas, en brillar y sobresalir, en tener éxitos, o bien en refugiarnos en espacios seguros. No me he topado con muchas personas que pueden declarar con claridad y certeza lo que quieren en la vida. Con mayor frecuencia oigo, “Es que no sé qué quiero”.
Hoy recordé (de hecho, estábamos recordando dos personas juntas a nuestro gran maestro Claudio Naranjo) que, para llegar a un bienestar, tendríamos que saber qué es lo que nos incomoda. Una especie de ingeniería inversa que nos lleva hacia nuestra realidad y no hacia fantasías de lo que tal vez podría ser. Explico. Si yo sé que el elástico de los calzones me cala, puedo remediar la incomodidad. Y no me digan que eso es muy simple. Hay muchas cosas en la vida que son así, sospechosamente simples. Claro que hay otras que no son nada simples, y aún así, para estar cómoda tenemos que saber qué es lo que nos incomoda. Para ir hacia donde quiero llegar, conviene saber de dónde quiero salir.
Y...Wit se re-estrena hoy!!!