Francis Ford Coppola: el maestro cumple 80 años

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/ 6 abril 2019

Francis Ford Coppola, el dios de esa religión cinematográfica llamada 'The Godfather', cumple 80 años. El patriarca del imperio Coppola superó la polio siendo un niño, dirigió uno de los mejores filmes de la historia y superó la muerte de un hijo. Ahora, ocho años después de su última película, se centra en su faceta como empresario vinícola y hostelero.

“El arte es una mezcla de suerte y talento”, dijo una vez Francis Ford Coppola. Dotado de gran talento para la dirección y con una suerte cambiante en lo personal, el realizador mantiene una relación que navega entre el amor y el odio con la obra que lo encumbró, "The Godfather". 

Agostino Coppola dejó Bernalda, un pequeño pueblo de Basilicata, una región en el sur de Italia, y se fue embarcó rumbo a América. Allí tuvo siete hijos, que trataron de imitarlo en todo y a los que pasó sus historias. Las historias de la vieja patria europea que dejó atrás. 

Esos siete hijos tuvieron hijos a su vez, dándole a don Agostino nietos a quienes contarles los mismos relatos. 

Entre ellos está Francis Ford Coppola, el primero de la familia que visitó el pueblo en el que nació su abuelo. 

DEL SÍNDROME DEL HIJO MEDIANO A GENCIO DEL CINE

Francis Ford Coppola nació en Detroit en 1939 y era el mediano de tres hermanos. “Mi hermano mayor, yo y mi hermana Talia. Talia era guapísima y mi hermano era como una estrella de cine. ¿Y yo? Yo era del montón…”, contó el director al periodista Rich Cohen en una entrevista para Vanity Fair. 

Tal vez fue el síndrome del hijo mediano, ese vacío que deja estar entre el primogénito y el benjamín de la casa, lo que hizo que tomase a su hermano, August Floyd Coppola, padre de Nicolas Cage, como un referente y un modelo a seguir. 

Sin embargo, el éxito de Francis acabó eclipsando a su hermano y el asunto se tornó delicado. 

“Pero él siempre me quiso. Y estaba orgulloso de mí y me animaba. A los 14 años, cuando quise escribir obras de teatro, me fabricó una carpeta con mis iniciales. Pero todo se complicó. Yo siempre traté de ayudarle, pero siempre parecía tomárselo a mal”, declaró el director a la revista. 

La familia se mudó a Nueva York y Francis creció entre Queens y Long Island. Su padre, Carmine, era director de orquesta y compositor que se trasladaba con frecuencia para buscar trabajo. 

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EL GOLPE DE SU VIDA: LA MUERTE DE SU HIJO MAYOR

Cuando tenía nueve años, Coppola tuvo que estar un año encamado por la polio. Durante ese tiempo, cuenta en la entrevista, leía, veía la televisión y escribía obras de teatro para sus hermanos. Era el germen de una pasión que no tardó mucho en identificar y potenciar. 

En la universidad se dedicó en cuerpo y alma al teatro y, a finales de la década de los años sesenta, ya se había seudohermanado con otros jóvenes cineastas, entre los que estaban George Lucas, Martin Scorsese y Steven Spielberg.
 

En 1963 se casó con Eleonor Jessie Neil, a la que sigue unido en la actualidad, y tuvo tres hijos, Gian Carlo, Roman y Sofia. 

A principios de la década de los setenta llegó su gran oportunidad. Recibió en el encargo de dirigir la adaptación de la novela de Mario Puzo, "The Godfather". El resultado de ese trabajo lo elevó a lo más alto del olimpo cinematográfico. 

Pero la suerte es caprichosa y, si en ocasiones juega a favor, tantas otras lo hace en contra. En 1986, Coppola se enfrentó al mayor miedo de todo padre: sobrevivir a un hijo. 

Gian Carlo Coppola, su “chico mayor” y productor de cine, de 22 años, salió a dar una vuelta en un bote a motor con un compañero durante el rodaje de la película "Gardens Of Stone", que dirigía su padre. Pasaron entre dos embarcaciones de gran tamaño unidas por un cable, Gian Carlo no pudo esquivarlo a tiempo y murió por las heridas internas que le causó el impacto contra el estribo y la posterior caída. 

En 1969 Coppola ya había hecho bandera de su deseo y propósito de no ser un producto más de Hollywood. Se mudó a San Francisco, lejos de los estudios y fundó la productora American Zoetrope. 

Según New Yorker, la idea era que diferentes cineastas pudieran compartir ideas y equipos para cambiar el cine americano. George Lucas, amigo desde esa etapa confesó: “Francis fue el gran caballero blanco. El hizo que todos tuviéramos esperanza”. 

"THE GODFATHER": BENDICIÓN Y MALDICIÓN

Pero el dinero era tan necesario como sus ideas para completar su visión del cine, por lo que cuando, en 1972, le llegó el encargo de adaptar "The Godfather" a la gran pantalla, Coppola lo aceptó para pagar las facturas. 

La primera entrega de la trilogía de Don Vito Corleone fue un éxito que el realizador no se esperaba. Aunque la novela era un superventas, el proyecto cinematográfico había pasado de mano en mano sin que nadie apostase por hacerlo realidad. 

Después de "The Godfather", intercaladas con otros títulos como "Apocalypse Now", "Rumble Fish", "Cotton Club" y "The Outsiders", llegaron las otras dos entregas que cerraron la triología. La última, "The Godfather Part III", se estrenó en 1990. 

No obstante, Coppola aún mantiene una relación de amor odio con esta cinta. Para el director, el éxito de la película lo llevó por un camino diferente al que él quería. “Hasta el final pensé que era de esas historias que te va a arruinar”, dijo el cineasta al New Yorker hace algunos años. 

“Yo quería que mi carrera consistiese en hacer un trabajo original como escritor y director (…). Después de "The Godfather" existía la posibilidad de tener una compañía que podría evolucionar hacia otra mayor capaz de cambiar la manera de hacer cine”, explicaba Coppola. 

"The Conversation", que escribí y dirigí, era una película que nadie quería, pero que conseguí realizar como parte de un acuerdo para hacer "The Godfather II". La mayor frustración de mi carrera es que nadie quería que hiciese mi propio trabajo. Básicamente, "The Godfather" hizo que violase muchas de las esperanzas que tenía para mí mismo a esa edad”, sentenció. 

EL DATO

Cuando tenía nueve años, Coppola tuvo que estar un año encamado por la polio. Durante ese tiempo, leía, veía la televisión y escribía obras de teatro para sus hermanos. Era el germen de una pasión que no tardó mucho en identificar y potenciar. 

A principios de la década de los setenta llegó su gran oportunidad. Recibió en el encargo de dirigir la adaptación de la novela de Mario Puzo, "The Godfather". El resultado de ese trabajo lo elevó a lo más alto del olimpo cinematográfico. 

“"The Conversation", que escribí y dirigí, era una película que nadie quería, pero que conseguí realizar como parte de un acuerdo para hacer "The Godfather II". La mayor frustración de mi carrera es que nadie quería que hiciese mi propio trabajo. Básicamente, "The Godfather" hizo que violase muchas de las esperanzas que tenía para mí mismo a esa edad”, comentó a New Yorker.

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