‘La Madrastra’ y ‘Donde hubo fuego’
La semana pasada hubo estrenos de telenovelas tanto en la señal abierta como en plataformas de streaming si tomamos en cuenta que “Donde hubo fuego”, de Netflix, es más que serie una telenovela.
Vayamos por partes, porque el pasado lunes 15 fue el estreno en el horario estelar de “Las Estrellas” de “La Madrastra”, la cuarta versión del clásico de Valentín Pimstein que en 1985 conocimos como “Vivir un poco” con la primera actriz Angélica Aragón como protagonista; en los 90 como la fallida producción de Juan Osorio “Para toda la vida” (1996), con todo y el protagónico de otra primera actriz como Ofelia Medina y la muy exitosa “La Madrastra” (2005) que prudicda por Salvador Mejía consolidó a Victoria Ruffo como una de las heroínas del género.
Para la versión 2022, teniendo de regreso a la televisora que la vio nacer a Araceli Arámbula, tomando la estafeta precisamente de Victoria Ruffo quien interpretó a su madre en el clásico contemporáneo “Abrázame muy fuerte” (2000) luego de haber sorprendido a propios y extraños con los éxitos protagónicos para Telemundo como lo fueron “La Patrona” (2013) y “La Doña” en sus dos temporadas (2016-2020) y en una producción donde la batuta la tiene una señora como Carmen Armendáriz, quien en el 2019 nos calló la boca con una versión en verdad transgresora de “La Usurpadora”, “La Madrastra” pintaba para ser, cuando menos, el gran trancazo del año luego de refritos detestables como “Los Ricos También Lloran” o “Mujer de Nadie” en el mismo horario.
Y nada, que fue igual de mala o peor, porque quizás no contamos en que la señora Armendáriz todavía no terminaba de grabar una muy superior bioserie como “María Félix, La Doña”, que recomendamos vea por VIX, cuando le enjaretaron este proyecto sin uno de sus grandes apoyos como el director Francisco Franco que dio a Sandra Echeverría en “La Usurpadora” su mejor papel en telenovela hasta la fecha, “La Madrastra” es una producción tan desafortunada desde una ambientación sobre todo de época, dirección de actores, incongruencias argumentales, en fin, una historia que para su climático capítulo cuarto del rencuentro de la protagonista con sus verdugos llegó con tal desinflada que de seguro Victoria Ruffo la dejará atrás con “Corona de Lágrimas 2”.
Y ahora pasando a “Donde hubo fuego”, estrenada el pasado miércoles 17 por Netflix pero producida por Argos, que en su momento revolucionó las telenovelas de Azteca con clásicos como “Nada personal” (1996) o “Mirada de mujer”(1997), y que es una historia “original” del escritor chileno José Ignacio Valenzuela (autor de éxitos que incluyen “La casa de al lado” y ¿Quién mató a Sara?”) todavía está peor, ya que para su segundo capítulo se le apaga la flama después de la introducción de los bomberos de calendario encabezados por Poncho (Iván Amozurrutia, de “Enamorándome de Ramón”) quien de stripper pasa a ser bombero con tal de descubrir la verdad sobre el asesinato de su hermano, un periodista que investigaba algo turbio entre ellos.
No dudamos en este caso Valenzuela se haya inspirado en la superior película de Ron Howard “Marea de fuego” (1991), pero toda la buena producción encabezada decae entre un Eduardo Capetillo embarnecido y aun pasmado en actuación e Itatí Cantoral afectada ya por tanta comedia.