Peter Greenaway: México le dio libertad a Eisenstein

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/ 26 octubre 2015

    La cinta sobre el paso del director ruso Sergei Eisenstein por Guanajuato, México, en 1931 tiene los signos distintivos del cine de Greenaway.

    Peter Greenaway presenta una historia de amor gay y el descubrimiento de México a través de los ojos de un extranjero en "Eisenstein en Guanajuato".

    La cinta sobre el paso del director ruso Sergei Eisenstein por Guanajuato, México, en 1931 tiene los signos distintivos del cine de Greenaway como la pantalla dividida con imágenes simultáneas, gráficos, iluminación teatral y diálogos delirantes, pero con el encanto de que todo ocurre en México.

    Las calaveras del Día de Muertos y un sol intenso sobre las calles multicolores, algo que resulta común para los mexicanos, se suman al lenguaje cinematográfico de Greenaway, y al tratarse de una cinta que se desarrolla en Guanajuato tampoco podían faltar sus momias —aunque, claro, aparecen con el estilo dramático del realizador.

    "Creo que Eisenstein es el más grande cineasta que hemos conocido en 120 años de existencia del cine", dijo Greenaway el sábado por la noche durante la presentación del filme en la 13ra edición del Festival Internacional de Cine de Morelia de la cual es invitado de honor. "Esta película no es sólo una celebración de Eisenstein sino de sus aventuras en México. La prueba para cualquier película es presentarla a su público y ustedes son el primer público mexicano oficial de la cinta así que me da mucha curiosidad saber qué opinan".

    El público dio su aprobación al no abandonar la sala pese a que la función terminó después de la 1:00 de la mañana.

    La cinta, estrenada este año en el Festival Internacional de Cine de Berlín, es protagonizada por el finlandés Elmer Back como Eisenstein y por el mexicano Luis Alberti, quien interpreta a Palomino Cañedo, su guía y eventual amante en Guanajuato.

    "Me siento muy agradecido con Peter Greenaway porque fue el que finalmente dijo 'Luis, si tú me dices que quieres hacer este personaje, el personaje es tuyo', y enseguida dijo '¿quieres hacerlo', dios santo, yo dije '¡claro que sí!''', comentó Alberti.

    Greenaway recordó que visitó Guanajuato hace unos 10 años y quedó impactado por sus colores y su ambiente.

    "Pensé que tarde o temprano tendría que ir ahí para hacer una película".

    La apertura de los archivos de Eisenstein en Rusia le permitió obtener la información para hacer la cinta, pero el hecho de que presente abiertamente la relación con Cañedo hizo que tuviera una mala recepción entre las autoridades de ese país.

    "A los rusos no les gustó mucho, deben recordar la preocupación de Putin con la homofobia y que no deseaba que el más grande cineasta fuera gay", dijo Greenaway. "Creo que la mayor preocupación es que un extranjero, un inglés, no un ruso, trate de hacer un retrato de su máximo héroe".

    Al comienzo de la cinta, Eisenstein es aparentemente virgen y ha sido expulsado de Hollywood por sus antecedentes soviéticos. Al final se va con lágrimas en los ojos y miles de metros de cintas si editar filmadas en el país.

    "Eisenstein se liberó bastante al venir (a México), así que creo que esa situación es un ejemplo de la libertad de viajar, de comunicarse, de alejarse de las raíces. Creo que deberíamos valorar la idea de que México le dio a Eisenstein la posibilidad de convertirse en sí mismo", apuntó el también director de "The Pillow Book" y "Los libros de Próspero".

    Greenaway dijo que espera que esta sea la primera película de una trilogía sobre la vida de Eisenstein que también incluya su trabajo en Europa y Hollywood, así como regresar a México para seguir trabajando en ella.

    Previo a la función se develó una butaca con su nombre que se quedará en Morelia para conmemorar la visita de Greenaway al festival.

    "Creo que con la revolución digital no necesitamos estar en lugares obscuros como este porque no somos animales nocturnos, ¿qué hacemos en la obscuridad?", dijo Greenaway sobre el formato que ha mantenido el cine desde su creación. "Quizá sea momento, al comienzo del siglo XXI, que revitalicemos completamente el cine y lo pensemos de otra manera”.

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