‘Rey Arturo: La Leyenda de la Espada’, una revoltura de predicciones

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/ 26 mayo 2017

Hemos visto tantas veces esta historia, que por mucho que Guy Ritchie se empeñe en ponerle su estilo, parece una mala caricatura que no tiene nada de legendaria

Calificación: 6 de diez

“Rey Arturo: La Leyenda de la Espada” es parte videojuego chafa, parte copia barata de “Game of Thrones”, parte una película de crimen de Guy Ritchie. Eso último no es broma, ese es el director de esta cinta y trata de imprimirle a la clásica historia su estilo “fresco” e “ingenioso” de cortes rápidos mientras la gente cuenta algo. Lo que tenemos aquí es una extraña obra amorfa que, a ratos, puede llegar a ser algo entretenida, en otros momentos es mejor salir de la sala para comprar palomitas o ir al baño, o bien recargarse en su asiento, cerrar los ojos y dormitar un rato. No quiero decir que esta cinta es pésima, pero tampoco puedo defenderla mucho. Creo que lo que se tiene que decir es que se queda en el intento. ¿Intento de qué? No sé, de ser una aventura emocionante y de ser el comienzo de una nueva franquicia.

Como adivinó por su título, la cinta está basada en la clásica historia de Arturo, la espada en la piedra, etcétera. Así debería decir la sinopsis oficial: “Arturo, la espada en la piedra, etcétera”. En realidad no hay mucho más que decir, más que verá algunos rostros familiares. Como Jude Law, quien interpreta al déspota rey Vortigern, quien le roba el trono a su hermano y ahora busca cazar a su descendiente, el auténtico heredero, quien se revelará por ser el único capaz de sacar la espada Excalibur de ya saben dónde. El elegido es un muchacho que se crío en un burdel, interpretado por Charlie Hunnam, quien toda su vida ha vivido ignorando su destino y origen, siendo un maleante, sacaborrachos y defensor de las prostitutas. 

No tengo que decir que esta es la clásica historia del héroe, pero, sí: esta es la clásica historia del héroe. Y si suena reiterativo mi argumento, es porque esta película es la cosa más predecible y floja en cuanto argumento se refiere. Usted no sólo ha visto esta historia antes dentro de las miles de adaptaciones cinematográficas (y de otros medios) de las leyendas arturianas, sino en tantas otras películas que cuentan cómo un chico que no sirve para nada resulta que es el elegido para derrotar al villano en turno. No se hace mucho, o más bien nada, para cambiar esta situación o darle un giro. Claro, tampoco es la clásica historia de magos y reyes, pero más adelante ahondaremos en esto. Aquí lo importante es que la estructura se siente tan plana y obvia desde un comienzo que no nos queda más que resignarnos. Espero que haya comprado suficientes chucherías para entretenerse.

Pero si está leyendo esta reseña antes de ir al cine, con la intención de tomar la decisión definitiva, intentaré ahondar un poco más. La razón por la que esta cinta me entretuvo, al menos en un comienzo, es por la dirección de Guy Ritchie, quien hace uso de uno de sus estilos más particulares: la edición de cortes rápidos. Por ejemplo, en esta película, vemos a Arturo crecer de niño a adulto, en una sola secuencia de unos cuantos minutos, donde se nos explica, sin palabras, cómo es que vive, cuáles son sus costumbres y partes importantes de su vida. Esto sucede rápido, con acción, de forma directa y hasta divertida. Se agradece, sobre todo, tratándose de una “historia de origen”, las cuales pueden llegar a sentirse muy monótonas, sobre todo tratándose de un personaje tan conocido, si bien su historia puede diferir de la leyenda original en varios aspectos (no sé, no soy experto). El punto es que es dinámica.

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Ahora bien, lo que en un momento llega a sentirse como una virtud, con el pasar de los minutos se convierte en una maldición. Ritchie abusa de este recurso de edición. Lo usa tantas veces que termina por ser aburrido y rutinario. Al final vemos más gente hablando, explicando cosas, mientras transcurre una de estas secuencias de cortes rápidos, en lugar de ver a elefantes gigantes matando gente o personas peleando con espadas. Porque hay elefantes gigantes en esta cinta, pero todavía no vamos a hablar de eso. Antes quiero seguir diciendo que el estilo de Ritchie, su cuidado como director de culto, que ha hecho algunas obras memorables como “Lock, Stock and Two Smoking Barrels” (1998) y “Snatch” (2000), intenta imprimirle un estilo. Hacer que la historia se sienta moderna, no contarla como la han contado tantas veces. Y sí, la cinta se siente diferente, pero no en el buen sentido.

Ahora sí, hablemos de la magia. La cinta comienza con una llamativa secuencia de acción donde el personaje interpretado por Eric Bana enfrenta a un mago que invade su reino montado en elefantes gigantes, que tal vez se robó de “El Señor de los Anillos”. Pero no, no es ningún error, la cinta no empezó por el final. Este es el inicio y después ya no hay otra parte semejante. De hecho, aunque se le menciona, nunca vemos a Merlín. La magia se utiliza aquí de manera conveniente, por ejemplo, la maga que puede controlar aves (o algo así, no me quedan claros sus poderes), sólo ayuda cuando le da su gana. Arturo, por su parte, tiene en Excalibur una espada con poderes especiales (que tampoco entiendo), con los cuales podría derrotar a cualquiera, sin embargo, se la pasan haciendo planes elaborados cuando simplemente podría rebanarle la cabeza al villano y ya.

Esta cinta quiere ser fantasía, pero no del todo. Todos sus tonos, el de Ritchie, el de la magia, el de la leyenda clásica, chocan entre sí, haciendo una revoltura que, en su gran batalla final, termina siendo más similar a un videojuego. La película no sabe bien lo que quiere ser más que una cosa: quiere ser franquicia. Es decir, como todas las grandes producciones de hoy en día, está fabricada para darnos más películas. Afortunadamente, se trata de uno de esos fracasos que no va a trascender. Ahora bien, ya dije al principio que tampoco es pésima, sin duda he visto cosas peores. La sensación que me deja todo este caos al final es más bien de indiferencia. 

El dato
> Elenco: Charlie Hunnam, Dijmon Hounsou, Aidan Gillen, Jude Law, Eric Bana.
> Director: Guy Ritchie
> Género: Fantasía / aventuras
> Clasificación: B
> Duración: 126 minutos

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