Rompe el silencio Sydney Sweeney ante fuertes críticas de mujeres por jabón hecho con agua de su baño
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Sweeney ha defendido el proyecto remarcando el doble estándar mediático, especialmente respecto a escenas similares protagonizadas por Jacob Elordi
La actriz Sydney Sweeney, conocida por su papel en Euphoria, salió al paso de las críticas generadas por la campaña del jabón Bathwater Bliss, un producto que surgió como referencia a un viejo meme de internet. En una entrevista reciente, Sweeney aseguró que no se trataba de una estrategia improvisada, sino de una propuesta creativa con la que se sintió cómoda: “Yo lo aprobé, era divertido y todo estaba limpio y consciente”, declaró.
En junio de 2025, Sydney Sweeney lanzó Bathwater Bliss, un jabón de edición limitada creado en colaboración con Dr. Squatch. A primera vista parece una broma hecha realidad: cada barra está hecha con una pequeña cantidad del agua real de su baño, además de arena exfoliante, extracto de corteza de pino y fragancias de pino, abeto y musgo —inspiradas en el noroeste del Pacífico—. Se pusieron a la venta solo 5,000 unidades, a un precio estimado entre $8 y $12 por barra, según distintas fuentes.
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Reacciones mixtas y polémica con aroma a bosque
El lanzamiento provocó respuestas polarizadas. Algunos medios lo calificaron como una “curiosidad hilarante” y una estrategia publicitaria ingeniosa. En su reseña, PopSugar reconoció su funcionalidad y buen aroma, aunque admitió que la idea de usar la “agua de baño de otra persona” genera incomodidad para ciertos públicos.
Por su parte, New York Post destacó el olor amaderado y lo describió como una experiencia refrescante a pesar de sus connotaciones provocadoras.
La defensa detrás del marketing excéntrico
En entrevistas recientes, Sweeney no se disculpó. Al contrario, reivindicó la estrategia como un ejercicio de diálogo con sus seguidores. Señaló que muchas críticas provinieron de mujeres, mientras que el público “amó” escenas similares protagonizadas por Jacob Elordi en Saltburn, particularmente sus velas con temática de agua de baño.
Además, calificó la campaña como “extraña en el mejor sentido” y expresó diversión al observar las reacciones del público.
No es su único frente polémico
Mientras el jabón daba de qué hablar, otra colaboración levantó aún más polémica. Una campaña para American Eagle, con el eslogan “Sydney Sweeney has great jeans”, fue criticada por su juego de palabras entre jeans y genes —homófonos en inglés—, lo que llevó a acusaciones de promover estándares de belleza excluyentes o incluso eugenesia.
American Eagle defendió la campaña, afirmando que se trataba solo de promocionar sus pantalones, no de un mensaje racial o ideológico. Irónicamente, el anuncio impulsó el valor de sus acciones, en gran parte gracias al respaldo público de figuras conservadoras como Donald Trump, quien lo calificó como “el anuncio más sexy del momento”.
La construcción de una marca personal: audaz, polarizante y calculada
Sweeney ha sabido capitalizar su presencia mediática. Entre su participación en importantes series como Euphoria y The White Lotus, y sus múltiples contratos con marcas (Miu Miu, Armani Beauty, Laneige, entre otras), ha consolidado una estrategia de branding que apuesta por lo inesperado y lo viral.
Bajo esta luz, Bathwater Bliss y su campaña con American Eagle parecen piezas clave en la narrativa pública que ella misma moldea —arriesgada, consciente y dialogante.
El fenómeno detrás del producto
Aunque Bathwater Bliss no está destinado a la venta masiva, su estrategia sirvió para posicionar nuevamente a Sweeney como una de las celebridades más comentadas del año. Analistas de medios señalaron que la campaña es un ejemplo de cómo las marcas utilizan la ironía para generar conversación en plataformas sociales.
La referencia al meme de Belle Delphine fue inevitable, pero también funcionó como un guiño a la memoria colectiva de internet. Según especialistas en comunicación digital, este tipo de iniciativas muestran cómo la cultura pop y el marketing tienden a fusionarse cada vez más en productos que, aunque efímeros, dejan una huella en la conversación global.