‘Saturday Night Live’, el partido de la oposición de Trump

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/ 17 febrero 2017

Con 42 años, SNL vive una segunda juventud con las mejores audiencias en 22 temporadas

La crisis de los 40 ha rejuvenecido Saturday Night Live. Un tuitero en jefe entregado a la televisión tiene la culpa. La vaca sagrada de la comedia estadounidense está logrando este año la mejor audiencia en 22 temporadas —desde el juicio de O.J.—, así como una relevancia que parecía perdida. "Se ha vuelto mezquino, y no tiene gracia". Los insultos de Trump a la demasiado fiel imitación de Alec Baldwin han convertido SNL en el partido de la oposición. Cada semana, el productor ejecutivo, Lorne Michaels, se frota las manos ante una nueva y airada contestación. Cada vez que responde, suma un millón de espectadores.

La semana pasada, la idea de incomodar al presidente fue más allá. Después de sentar a Baldwin en la mesa infantil mientras su consejero Steve Bannon, bajo la apariencia de la parca, presidía el despacho oval, el objetivo cambió a la cara más pública de la administración: el secretario de prensa Sean Spicer. Y dieron donde más dolía. Una mujer interpretaba al epítome del macho alfa de un gabinete (todos dignos de parodia) dominado por hombres.


Melissa McCarthy, siempre exagerada, interpretaba un personaje incontenible cual perro de presa. Lanzaba su atril a los periodistas, los acaballaba con gritos y masticaba chicle. Sus consecuencias se notaban días después con los rumores de que Spicer recibiría ayuda en su gestión.

SNL responde así a quienes aseguraban que sus sketches estaban anticuados, que su reparto ya no hacía gracia y que su formato no conectaba con la audiencia. El programa, acostumbrado a renovarse y a los altibajos, es experto en resucitar cuando lo dan por muerto. Ahora, como ocurre con la muy criticada CNN, la audiencia perdona a SNL los errores del pasado, cuando, en plena campaña, hizo el juego a Trump para invitarlo como presentador. Toca compensar.

SNL planea salir de fiesta dos días a la semana la próxima temporada de la mano de un programa en prime time. A sus 42 años, esta institución se ha puesto peluquín y se ha comprado un descapotable marca Trump. Su garantía caduca en cuatro años.

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