Cien terremotos han superado el 8 en escala Richter; cuatro en México
La magnitud es una de las variables que miden los terremotos. Para evitar usar números enormes, en los años treinta del siglo pasado Richter y otros investigadores crearon una escala que redujera esas grandes cifras a números más tangibles
El terremoto que ha sacudido la costa suroeste de México, ubicado a 87 kilómetros de Pijijiapan, de magnitud 8,2 según el servicio sismológico mexicano y 8,1 según el de EU sería el mayor desde que existen registros o igual en magnitud al que sacudió el estado de Jalisco en junio de 1932, de 8,1.
Desde entonces, México ha sufrido otros dos sismos de magnitud superior a 8: el que tuvo por epicentro Michoacán, el 19 de septiembre de 1985, que dejó 9.500 muertos y afectó gravemente la capital del país. El Gobierno federal declaró zona catastrófica todo el Distrito Federal, donde tres de cada cuatro edificios de más de cuatro plantas sufrieron daños por el seísmo y muchos se derrumbaron. La sacudida afectó a Guerrero y en concreto a Acapulco, la mayor ciudad más cercana al epicentro, y también a Jalisco, Oaxaca y sur de Jalisco.
Otro sismo, ubicado en Colima, dejó el 9 de octubre de 1995 un balance de medio centenar de víctimas mortales. La ciudad más afectada por el temblor fue Manzanillo, donde se derrumbó un hotel de siete pisos y se registraron graves destrozos en la cárcel y otros inmuebles, casi todos de la zona hotelera.
También afectó la costa de Jalisco, sobre todo Puerto Vallarta, uno de los balnearios turísticos más importantes del país, y otras localidades como Tenamaxtlán, Sayula o Ciudad Guzmán.
LAS MEDIDAS DE UN TERREMOTO
La magnitud es una de las variables que miden los terremotos. Expresa la energía liberada en julios. Pero, para evitar usar números enormes, en los años treinta del siglo pasado Richter y otros investigadores crearon una escala que redujera esas grandes cifras a números más tangibles. La escala ha ido evolucionando con el tiempo y hoy los sismólogos utilizan la llamada magnitud de momento, que pone en relación la energía liberada con la fuerza y la distancia en que se libera. Es uno de los primeros conceptos que pueden calcularse tras detectarse un temblor.
También se mide la aceleración sísmica, es decir, cuánto y con qué rapidez se mueve el terreno que sufre el terremoto.
La medición de la intensidad del terremoto refleja los daños generados, en función del tipo de construcciones y del terreno. Se expresa en una escala de número romanos, de I (terremoto no sentido) a XII (completamente devastador).