El botón para apagar Internet que descubrió el régimen egipcio

Tech
/ 22 septiembre 2015

Un reporte de TNYT relata por qué el gobierno de Mubarak halló tan fácilmente la manera de bloquear por completo el acceso a internet. El hecho, que sin dudas marcó un antes y un después, preocupa a la comunidad tecnológica

"Los epitafios de la era Mubarak recordarán que el poder de movilización a través de internet fue una de las armas más potentes de la oposición egipcia. No obstante, el contraataque feroz del gobierno, logró una oscuridad que muchos creían imposible en la era de conexión global".

Así, The New York Times define las repercusiones de una medida que, si bien duró apenas cinco días, bastó para dejar preocupada a la comunidad tecnológica mundial y -probablemente- sentar un precedente con miras al conflicto reinante en Medio Oriente.

"Como la robustez legendaria de la internet y la capacidad de seguir más allá de obstrucciones son la parte de su diseño básico, aún los más renombrados ingenieros de redes y telecomunicaciones han quedado perplejos acerca del éxito del gobierno de Mubarak en la realización de la maniobra", afirma el Times.

Y es que, tan sólo un puñado de minutos en la medianoche del 28 de enero, bastaron para anular de la conexión global a un país tecnológicamente avanzado, y densamente conectado con sus más de 20 millones de usuarios.

El bloqueo total de internet, no obstante dio sus primeros indicios el día 27, cuando los líderes de la oposición se preparaban para un "viernes de cólera" con gigantescas manifestaciones.

Un empresario de la web llamado Ahmed ElShabrawy, quien posee una empresa llamada EgyptNetwork, ese día notó que el gobierno había comenzado a bloquear sitios individuales como facebook y twitter.

Pero, "unos minutos después de la medianoche del 28, el Sr. ElShabrawy recibió una llamada urgente que alertaba lo peor: todas las líneas de internet que conectaban a su empresa, estaban muertas".

Según el Times, el sistema "había sido aplastado tan completamente que un ingeniero en redes que hace reparaciones en El Cairo despertó por la mañana y dijo a su familia, "siento que estamos en el 1800".

Los expertos no se quedaron quietos, y comenzaron a indagar acerca de las posibles razones por las cuales Mubarak parecía tener la llave maestra de la web.

Y de hecho la tenía: "El gobierno posee las tuberías que llevan la información a través del país y hacia fuera en el mundo".

Según trascendió, se trata de un modelo muy común en los países autoritarios en conflicto.

"En Siria, por ejemplo, el establishment de Telecomunicaciones domina la infraestructura, y la mayor parte de los flujos de tráfico internacionales por una tubería sola a Chipre. Jordania, Qatar, Omán, Arabia Saudí y otros países del Medio Oriente tienen el mismo tipo del portador dominante, controlado por el Estado".

En Egipto, internet "se une al mundo exterior a través de un número diminuto de entradas internacionales en manos del gobierno. En una huelga relámpago, los técnicos cortan casi todo el tráfico internacional por aquellas entradas."

"En teoría, la internet doméstica debería haber sobrevivido aquella huelga" -relatan-, "pero el atajo también reveló como las redes internas de Egipto dependen para la información de minuto-a-minuto de los sistemas que existen sólo fuera del país, incluyendo a servidores del correo electrónico como Google, Microsoft y Yahoo".

"Los datos se centran en los Estados Unidos; y los directorios de internet llaman a servidores de nombre de dominio (DNS), que físicamente pueden ser localizados en todas partes de Australia a Alemania".

Ayman Bahaa, director de la Universidad egipcia, que desarrolló la Internet del país hace casi dos décadas, se devanaba los sesos para entender como el sistema casi se derrumbó.

"Ellos minaron de improviso toda la capa inferior de la Internet y pararon todo el corriente de tráfico", dijo Jim Cowie, oficial de tecnología principal de Renesys, una empresa de dirección de red basada en New Hampshire.

Cowie ha supervisado estrechamente el tráfico de internet de Egipto, y afirmó al Times que "con el alcance del bloqueo y el tamaño de su población en línea, esto es un acontecimiento sin precedentes".

De estas investigaciones e hipótesis surgió que el foco del ataque es un edificio imponente en el 26 de la Calle Ramses en El Cairo, solamente dos millas y media del epicentro de las protestas, la Plaza Tahrir.

"En cierta época funcionaba puramente como un centro conmutador de redes telefónicas, peroel edificio ahora alberga el intercambio crucial de internet, que sirve como punto de conexión para eslabones de fibra óptica proporcionados por las cinco empresas de red principales que proveen la mayor parte de la conectividad de internet al interior y exterior del país".

En ese marco, Telecom Egipto surge como una de las patas fundamentales del gobierno. Los ingenieros dicen que esta empresa pública posee prácticamente los cables de fibra óptica de todo el país.

"Los otros proveedores de servicio de internet son forzados a arrendar la amplitud de banda sobre aquellos cables para hacer negocio".

China, por ejemplo, ha construido un sistema de filtración nacional conocido como el Proyecto de Escudo De oro, y en 2009 suspendió el teléfono móvil y el servicio de internet ante el malestar en la región Musulmana de Xinjiang.

El gobierno del Nepal brevemente se desconectó de Internet ante el malestar civil en 2005, y el gobierno del Myanmar hizo lo propio en 2007.

"Pero hasta el 28 de enero en Egipto, ningún país había revelado que el control de aquellos puntos estrechos(choke points, en términos militares) podría permitir al gobierno cerrar la Internet casi completamente", se asombran los expertos.

Según afirma el empresario ElShabrawy, quien experimentó innumerables pérdidas en su empresa y quejas de los clientes a raíz de la falta de servicio, "sin esta herramienta uno no tiene nada".

Y lo preocupante es, con miras a los países autócratas en conflicto, la facilidad con la cual el régimen egipcio pudo aislara su numerosa población online del resto del mundo. Como afirma el Times, "no llevó ni siquiera un par de días asestar el golpe. Llevó tan sólo una hora".

 

Fuente: New York Times

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