Videojuego: Alicia en el País de las Maravillas

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/ 22 septiembre 2015

Disney lleva al videojuego la segunda parte de Alice in Wonderland que ha ideado Tim Burton

Disney no ha dudado ni por un momento en adaptar al código la prometedora reinterpretación de Tim Burton del cuento de Lewis Carroll, que a primera vista parece una versión descafeinada de American McGee's Alice destinada al público infantil aunque con algunos elementos que pueden salvarlo de ser un mero producto de merchandising.

Empecemos hablando de los paralelismos existentes entre Alice in Wonderland y Alice, que dejando de lado que Alicia no es una perturbada psicópata, no dejan de ser numerosos.

Su argumento viene a ser casi idéntico y nos narra la caída de Wonderland por culpa del "golpe de estado" de la Reina de Corazones que ha convertido el reino de los locos en un lugar gris y tenebroso llamado Underland. Obviamente en el juego de Disney no habrá sangre ni armas digámosle convencionales, pero si alocados puzzles, plataformas y una perspectiva en tercera persona típica de los arcades de corte familiar.

Cuando una Alicia adolescente se cuela de nuevo por la famosa madriguera del Conejo Blanco no da crédito a lo que ven sus ojos. Antes de que los naipes de la Reina de Corazones vayan a capturarla acudirán en su ayuda los extraños habitantes de Wonderland que han establecido una delirante resistencia. Este es el punto de partida del videojuego de Etrange Libellulles, que da más importancia a los personajes secundarios que a la protagonista del film.

Y es que en Alice in Wonderland, Alicia no será jugable. Más bien ejercerá el rol de una damisela en apuros a la que tendremos que custodiar y proteger de las fuerzas de la Reina de Corazones, que intentarán a toda costa llevársela a través de sus portales dimensionales, mientras resolvemos puzzles que escapan a toda lógica y razonamiento, como dictan las normas de Wonderland, y luchamos haciendo uso de las habilidades demenciales de un elenco de héroes muy poco común. Dichos seres trabajarán en equipo para seguir adelante, gracias a que el jugador no estará obligado a encarnar a un solo personaje a la vez, sino que podrá saltar de uno a otro a voluntad.

Los personajes seleccionables serán de lo más variopinto, destacando al Gato de Cheeshire y al Sombrerero Loco por su carisma -no en vano El Sombrerero está interpretado por Johnny Depp en la gran pantalla- y porque alardean de unos poderes sorprendentes. El felino sonriente podrá entre otras cosas volverse invisible a voluntad y dar grandes saltos, resultando muy útil a la hora de resolver enigmas que impliquen reflejos y habilidad.

Por su parte El Sombrerero, además de demostrarnos que es un gran luchador tendrá la capacidad única de crear ilusiones ópticas con el mero uso de la perspectiva de la cámara. En otras palabras, si por ejemplo hallamos un puente partido en dos, bastará con "negar" que el puente es inaccesible rotando la cámara de modo que parezca que está entero.y voilà!

Habrá muchas más oportunidades de falsear la realidad, seamos o no el Sombrerero Loco. Así, podremos hacer creer al juego objetos a los que le falta la otra mitad están completos reflejándolos en las aguas del río, o bien podremos valernos de los espejos para acceder a puertas y lugares que no vemos en el escenario.

Alice in Wonderland viene marcado por el estigma de los juegos infantiles basados en películas famosas, pero la imaginación que evocan sus paisajes y criaturas, y el modo en que tergiversan la realidad puede que lo salven de la mediocridad.

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