Científicos del CINVESTAV estudian sexualidad de conejos para incrementar su producción

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/ 22 septiembre 2015

La carne de conejo es rica en proteínas y baja en grasas y colesterol, pero es poco consumida pese a sus bondades nutritivas.

En México, la cría de conejos es una actividad ganadera poco explotada, pese a que su producción es relativamente económica, de hecho, una sola hembra puede llegar a generar durante un año más de 40 kilogramos de carne de buena calidad, la cual es rica en proteínas y baja en grasas y colesterol.

Por ello, con el objeto de acrecentar la producción, comercialización y por ende el consumo de la carne de conejo, haciendo más accesible su adquisición, científicos del
 
Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) se dieron a la tarea de estudiar la conducta reproductiva de los conejos (sexual y maternal), para aumentar la eficiencia productiva de la especie.

Gabriela González Mariscal, adscrita al Laboratorio de Biología de la Reproducción en Tlaxcala, y su equipo, han estudiado y desarrollado diversos procedimientos de endocrinología y conducta sexual que ayudan a incrementar la producción de conejos.
 
La investigadora explicó: "Trabajamos con el método llamado bioestimulación, utilizado para incrementar la receptividad sexual, la ovulación y la fertilidad de las conejas lactantes".
 
Cuando la hembra está en el periodo de lactancia con la camada recién nacida no puede volver a aparearse y ser susceptible de embarazarse de nueva cuenta. Sólo podrá hacerlo si se le interrumpe un episodio de succión durante el amamantamiento, a este método se le conoce como bioestimulación.
 
Para los cunicultores es una ventaja aparear a las hembras durante la lactancia temprana, y no en el periodo de intensa receptividad sexual, que inicia al concluir el parto y dura alrededor de 24 horas (estro posparto), refirió, la también Vicepresidenta de la Sociedad Mexicana de Ciencias Fisiológicas (SMCF).
 
Habitualmente el procedimiento se hace en el día 10, ya que los gazapos pueden sobrevivir pese a no recibir leche en ese lapso. Pero si se lleva a la hembra con un macho al día 11, ella está sexualmente receptiva y a la vez puede continuar amamantando a los críos que ya tiene.
 
Esta es una situación ventajosa, pues permite al cunicultor tener conejas con dos camadas simultáneamente, es decir, una en gestación y otra en lactancia.
 
De acuerdo con la investigadora, poco se conoce sobre el impacto que tiene esta estrategia de apareamiento sobre los complejos mecanismos neuroendócrinos que regulan la ovulación y la receptividad sexual. Los pocos estudios al respecto provienen de granjas europeas que utilizan condiciones muy diferentes a las de México. Por ello, es necesario hacer estudios en nuestro país bajo nuestras propias circunstancias, señaló.
 
Para la Doctora en Ciencias, es también muy importante estudiar la influencia de los factores ambientales, nutricionales, genéticos y el estrés generado por las condiciones de alojamiento sobre el éxito en la reproducción de conejos.
 
La idea es optimizar las condiciones de manejo de los animales en la granja para mejorar la producción, apoyando así a quienes se dedican a esta actividad en México, concluyó la especialista. Pocos saben que la carne de conejo es una excelente fuente de antioxidantes, rica en vitaminas B3, B6 y B12 y también en varios minerales como potasio, hierro, zinc y fósforo (imprescindible, junto con el calcio, para la formación de los huesos).
 
Es muy baja en ácido úrico, lo cual la hace una buena fuente de proteínas para las personas que padezcan de gota. Una porción de 125 gramos aporta 26% de las proteínas que requiere nuestro organismo.

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