La luz artificial perjudica la orientación de los insectos, entonces ¿Por qué revolotean alrededor de esta?
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La luz artificial puede mermar la capacidad de los insectos para orientarse correctamente. Este tipo de iluminación ocasiona una corrección errática en la trayectoria de vuelo de polillas, libélulas o moscas de la fruta, provocándoles vértigo
WASHINGTON- De acuerdo a un nuevo estudio, en lugar de que los insectos se sientan atraídos por la luz, los investigadores creen que las luces artificiales que se encienden por la noche podrían alterar el sistema de navegación de los insectos voladores, haciéndolos revolotear confusamente alrededor de las lámparas, farolas y otras luces artificiales.
Los resultados de la investigación fueron publicadas en la revista Nature Communications y, según los autores, esta podría ayudar a comprender por qué los insectos voladores se apiñan alrededor de este tipo de luces.
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Si bien, desde hace muchos años se sabe que la luz artificial atrae a los insectos voladores, de hecho existen registros escritos del Imperio Romano en el que se describen el uso de la luz para atrapar insectos, sin embargo, la razón de este fenómeno continúa sin estar clara, señala un resumen de la revista.
“Las explicaciones de por qué los insectos nocturnos vuelan erráticamente alrededor de fuegos y lámparas han incluido teorías de “navegación lunar” y “escape hacia la luz””, precisas los autores en la revista Nature Communication.
Samuel T. Fabian, Yash Sondhi, Pablo E. Allen, Jamie C. Theobald y Huai-Ti Lin, autores de este nuevo estudio, precisan que “sin datos de vuelo tridimensionales para probarlos rigurosamente, la causa de este extraño comportamiento sigue sin resolverse”, y prosiguen detallando que “empleamos captura de movimiento de alta resolución en el laboratorio y estereovideografía en el campo para reconstruir la cinemática 3D del vuelo de los insectos alrededor de luces artificiales. Contrariamente a lo que se espera de la atracción, los insectos no se dirigen directamente hacia la luz”, y añaden que “en cambio, los insectos giran su dorso hacia la luz, generando períodos de vuelo perpendiculares a la fuente. Bajo la luz natural del cielo, inclinar el dorso hacia el hemisferio visual más brillante ayuda a mantener una actitud y control de vuelo adecuados”.
Con el propósito de poder tratar de aclarar este extraño comportamiento, los equipos de Fabian, del Imperial College de Londres, y Sondhi, de la Universidad Internacional de Florida, decidieron usas cámaras infrarrojas de alta velocidad con el objetivo de seguir el vuelo tridimensional de los insectos, tanto en su entorno natural como en condiciones de laboratorio.
De esta forma, examinaron una serie de insectos tales como polillas, libélulas y moscas de la fruta, en diferentes condiciones lumínicas, incluyendo fuentes de luz ultravioletas, puntuales y difusas.
En opinión de Tyson Hedrick, biólogo de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, que no participó en el estudio, precisa que “los insectos tienen un problema de navegación”, y explicó que “están acostumbrados a usar la luz como una pista para saber dónde es arriba”.
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Por su parte, Fabian, coautor del estudio, indicó que “los insectos no vuelan directamente hacia la fuente de luz, sino que en realidad inclinan su parte superior hacia la luz”.
LOS INSECTOS NO SE DIRIGEN HACA LA LUZ, SINO QUE CORRIGEN SU VUELO
Opuesto a lo que muchos piensan, los insectos no se dirigían de manera directa hacia la fuente de luz, sino que corregían su curso de vuelo girando el dorso hacia esta, de acuerdo con los autores en su artículo.
Usando fuentes de luz naturales, el insecto mantiene una trayectoria de vuelo adecuada, regular y controlada, orientada de forma correcta con su horizonte, detallan los autores
No obstante, cerca de fuentes artificiales, este comportamiento, que es conocido como “respuesta dorsal a la luz” puede provocar una dirección continua alrededor de la luz y, por tanto, atrapar al insecto, con lo que se ve reducida su capacidad para orientarse.
Siendo así, que la luz artificial causa una corrección errática y continua de la trayectoria de vuelo, provocando vértigo al insecto y originando lo que se aprecia como atracción hacia la luz artificial, explican los autores.
“Nuestro modelo de orientación demuestra que esta inclinación dorsal es suficiente para crear las trayectorias de vuelo aparentemente erráticas de los insectos cerca de las luces y es el modelo más plausible para explicar por qué los insectos voladores se reúnen ante las luces artificiales”, expresan los autores.
“Durante millones de años, los insectos se orientaron mediante la percepción de que el cielo está iluminado y el suelo está oscuro”, hasta que los seres humanos inventaron las luces artificiales, aseguró Avalon Owens, entomólogo de Harvard, quien no participó en el estudio.
Por último, los investigadores llegaron a la conclusión de que son necesarios llevar a cabo más estudios en los que investiguen los efectos a larga distancia de la luz artificial, y aseguran que se pueden mejorar los hábitats de los insectos, solo con reducir la iluminación artificial innecesaria por la noche.
Con información de las Agencias de Noticias EFE, The Associated Press y Nature Communication.