Clonación de mascotas, negocio que crece en el mundo

Tech
/ 6 julio 2016

Todos conocen el refrán de que el perro es el mejor amigo del hombre, pero ¿qué pensarías si te dijeran que también puede ser tu fiel compañero durante toda tu vida?

El promedio de vida de los mexicanos es de 74.6 años, mientras que el de los perros es de 10 a 13, y como bien comentan las organizaciones dedicadas al rescate de canes abandonados, todos aquellos que tengan una mascota deben de estar preparados para vivir más tiempo que ellas.

Tomando en cuenta esto, la empresa Sooam Biotech Research Fundation, ubicada en Corea del Sur, inició hace diez años el negocio de la clonación de animales de compañía. De esta forma, todos aquellos dueños que pudieran pagar diez mil dólares podrían tener una mascota idéntica, por dentro y por fuera, a la que un día perdió.

La lista de clientes de esta empresa incluye príncipes, famosos y millonarios; a ellos se les ofrece un servicio de clonación que promete una perfecta réplica del animal amado.

Hasta este año, Sooam Biotech ha clonado exitosamente cerca de 800 perros, incluso, alguno de ellos han sido peticiones de agencias estatales que buscan clonar a sus mejores sabuesos antidrogas o de salvamento.

“Nuestros clientes son gente que tiene lazos muy fuertes con sus mascotas… y clonarlos les da una alternativa psicológica al método tradicional de dejar al animal irse y guardarlo en la memoria”, explica Wang Jae-Woong, investigador y portavoz de Sooam.

La compañía clona muchos tipos de animales, incluyendo ganado y cerdos para investigación médica, pero es más conocido por su servicio comercial de réplica de perros.

Sin importar el elevado costo del servicio Wang Jae comenta que “las peticiones para este se multiplican y provienen de todo el mundo, la mitad de ellas de Norteamérica”.

Jeong Yeon-Woo, jefe de los investigadores de Sooam Biotech Research Foundation, comentó que la clonación de mascotas sigue siendo su servicio favorito por la reacción que provoca en las personas recuperar a su animal de compañia.

“Es como si encontraran a (su) niño perdido”, asegura Jeong.

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