Físicos, a la caza de partícula aún más grande que el bosón de Higgs

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/ 6 mayo 2016

El LHC se usa ahora para responder preguntas más complejas sobre la creación del universo

Después de revolucionar el conocimiento de la física con el descubrimiento del bosón de Higgs, hace cuatro años, el Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés) se usa ahora para responder preguntas aún más complejas acerca de la formación del universo.

Luego de una pausa invernal, la máquina productora de choques de átomos de la Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN) será echada a andar con una potencia aún mayor, y los científicos esperan que sea capaz de hallar partículas cuya existencia apenas se ha insinuado.

En diciembre se recogieron débiles signos de una nueva partícula, y desde entonces los científicos han emprendido una febril teorización. El Modelo Estándar de física, que explica cómo está estructurado el universo, tiene algunas lagunas importantes –referentes a la materia oscura y a otras dimensiones potenciales– que el nuevo descubrimiento podría llenar.

Hallazgos inevitables

Los detectores de partículas del LHC, llamados Atlas y Solenoide Compacto de Muones, presentaron lecturas preliminares que sugirieron que a 750 gigaelectronvoltios de energía podría existir una partícula no registrada por el modelo estándar. Esta partícula misteriosa tendría una masa cuatro veces más grande que el quark mayor, que es la partícula de mayor masa en el modelo, y seis veces mayor que el bosón de Higgs, señalaron funcionarios del CERN.

Se requieren más datos para evaluar estas posibilidades, y aun entonces los resultados de diciembre podrían ser sólo una anomalía pasajera. Pero, con tanto por explicar, los físicos señalan que probablemente los descubrimientos de nuevas partículas –sea este año o más tarde– sean inevitables conforme los colisionadores se vuelvan más y más poderosos.

Es el aviso de un posible descubrimiento, señaló el físico teórico Csaba Csaki. Si es verdad, posiblemente sería lo más emocionante que he visto en física de partículas en toda mi carrera; más emocionante que el descubrimiento del bosón de Higgs.

Cuando esté en plena operación, a finales de mayo, el LHC hará estrellar entre sí grandes paquetes de partículas, con la esperanza de producir suficientes datos para explicar las nuevas partículas. No se esperan respuestas firmes en las próximas semanas, si no es que hasta la conferencia de físicos conocida como ICHEP, en agosto próximo, en Chicago.

Dave Charlton, quien encabeza el equipo del Atlas, señaló: Esta partícula, si es real, sería algo totalmente inesperado, que nos dice que nos estamos perdiendo de algo interesante.

Ocurra lo que ocurra, los físicos experimentales y teóricos coinciden en que 2016 promete ser emocionante por la sola cantidad de datos producida por las colisiones de alta intensidad a una energía sin precedente de 13 teraelectronvoltios (TeV), nivel que se alcanzó por primera vez, en una escala menor, el año pasado.

En energía, el LHC llegará casi a su máximo de 14 TeV, y más de 2 mil 700 paquetes de partículas estarán en haces que colisionen a la velocidad de la luz, que es casi el máximo, informó Arnaud Marsollier, vocero del CERN. Añadió que la meta es producir seis veces más colisiones este año que en 2015.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

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