Inventan un árbol de viento que genera energía eólica
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Inspirado en los árboles, el sistema “Arbre à Vent” aprovecha las corrientes de aire más imperceptibles para generar electricidad por medio de las microturbinas de sus hojas plásticas
Pequeño, silencioso, inteligente y capaz de aprovechar las corrientes de aire más suaves que atraviesan una ciudad para producir electricidad y de integrarse fácilmente en cualquier tipo de paisaje, tanto urbano como rural, ya que toda su tecnología se halla incorporada en sus ramas y su tronco.
Así es el árbol artificial inspirado en la naturaleza, cuyas hojas, similares a pequeños balones de rugby abiertos y giratorios, operan como miniturbinas que generan corriente eléctrica aprovechando las brisas y vientos, ideado por el emprendedor francés Jérôme Michaud-Larivière.
"Nuestra idea era dar un servicio eléctrico original y de calidad a tantas personas como fuera posible, eliminando el concepto tradicional de la turbina de viento de la energía eólica y transformarlo en una opción lo más ecológica posible", señala Michaud-Larivière, director ejecutivo (CEO) de NewWind, fabricante del sistema 'Arbre à Vent' (árbol del viento).
El árbol estándar tiene una altura de 10 metros, un diámetro de 8 metros, un peso de 4 toneladas y cuenta con 63 miniturbinas u 'hojas del aire', según su fabricante.
"También nos dimos cuenta de que habíamos creado algo que va más allá de la electricidad, ya que tiene una cierta conexión con la belleza, un toque estético y estimulador de sentimientos o emociones en los paisajes urbanos. También lo consideramos una modesta, pero esencial, contribución a la aparición de unas ciudades con mayor sensibilidad", señala el CEO de la compañía, con sede en París, Francia.
“Michaud-Larivière fraguó en 2011 la idea de crear un generador de energía eléctrica con forma de árbol y en el que cada una de sus hojas funcione como un mini aerogenerador”, informa a Efe, Hélène Bédon-Rouanet, portavoz de NewWind (www.newwind.fr) .
PRIMEROS PROTOTIPOS OPERATIVOS
En 2013 esta empresa instaló el primer árbol experimental y, tras elaborar otro segundo prototipo mejorado, en 2015 comenzó la preproducción de este sistema en Francia, Suiza y Alemania, y se prevé que en 2016 se comercializarán los primeros modelos estándar de este sistema, según la compañía.
Según Bédon-Rouanet, el meollo de este nuevo enfoque tecnológico es capturar el viento y las turbulencias de bajas velocidades, para poder generar electricidad de forma autónoma a través de una gran cantidad de hojas artificiales.
La técnicamente denominada "primera turbina eólica biomimética de escala humana" la ha diseñado Claudio Colucci, quien erigió el árbol a partir de su tronco central y colocó sus ramas y hojas de una manera aparentemente caótica, pero muy calculada para captar la máxima cantidad de aire en movimiento.
La elegancia del diseño no solo está presente en las formas naturales y curvilíneas del ‘árbol de viento’, sino además en el funcionamiento de sus hojas/turbina que, al girar, dan la sensación visual de ser horas agitadas por las corrientes de aire debido a la alternancia de sus distintas tonalidades de verde.
Según sus creadores, este diseño deja de lado la noción clásica de los molinos de viento para generar energía eólica, al hacer que todos los cables, las palas y los generadores del sistema queden ocultos o pasen inadvertidos dentro del 'disfraz' de árbol.
Cada una de las miniturbinas, denominadas 'aeroleaf' (hoja de aire) tienen un microprocesador electrónico que les permite cosechar la máxima energía del viento disponible en un momento dado y puede producir electricidad a partir de la más mínima ráfaga de aire dentro de un radio de 360 grados, para su consumo inmediato en las proximidades de la instalación.
GENERANDO MICROELECTRICIDAD
La corriente eléctrica es generada por un conjunto de imanes situados en el rotor o eje de cada turbina, el cual gira impulsado por una cuchilla que se mueve debido al movimiento del aire, dentro de un anillo que aloja una serie de circuitos de potencia en su interior, según la ficha técnica del sistema.
“La microelectricidad generada por las turbinas que capturan los vientos, permite acumular más energía, sumando vatios hasta conseguir kilovatios”, especifica.
Según Bédon-Rouanet el sistema de hojas/turbina es inteligente, silencioso, modular, simple y confiable.
“Cada hoja tiene un regulador electrónico que le permite cosechar la máxima cantidad de energía, una turbina de eje vertical que no hace ningún ruido y un sistema ‘Plug & Play’ ("enchufar y usar") que posibilita cambiar cada ‘aeroleaf’ sin riesgos para el usuario ni caídas de la tensión”, asegura.
Este mecanismo sólidamente construido y desprovisto de cinturones o engranajes para conseguir una mayor durabilidad, es adaptable a todas las necesidades, desde 500 vatios (W) a 3 kilovatios (kW) , según NewWind.
Según Jérôme Michaud-Larivière un solo ‘árbol del viento’ “es capaz de generar la suficiente electricidad como para abastecer 15 lámparas callejeras de 50 W; una oficina de 1000 metros cuadrados (m2) con bajo consumo (20 kW por m2); el 83 por ciento del consumo de una casa (excluyendo la calefacción); o a un coche eléctrico durante más de 16,000 kilómetros anuales”.
DESTACADOS:
-- "Nuestra idea era dar un servicio eléctrico original y de calidad a tantas personas como sea posible, eliminando el concepto tradicional de la turbina de viento y transformarlo en una opción lo más ecológica posible", señala Michaud-Larivière, director ejecutivo de NewWind.
-- “Cada una de las miniturbinas del árbol, tiene un microprocesador que le permite 'cosechar' la máxima energía del viento disponible en un momento dado y puede producir electricidad a partir de la más mínima ráfaga de aire”, informa a Efe, Hélène Bédon-Rouanet, portavoz de la empresa del “árbol”.
-- “Un solo ‘árbol del viento’ genera la suficiente electricidad como para abastecer 15 lámparas callejeras de 50 W; una oficina de 1000 metros cuadrados (m2) con bajo consumo (20 kW por m2); el 83 por ciento del consumo de una casa (excluyendo la calefacción); o a un coche eléctrico durante más de 16,000 kilómetros anuales”, según Michaud-Larivière.
Por Daniel Galilea/EFE-Reportajes