Jóvenes ingenieros mexicanos crean un mecanismo que ahorra gasolina

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/ 12 marzo 2017

Se trata de un mecanismo que separa las moléculas del agua para obtener gas de hidrógeno, el cual es utilizado como aditivo para maximizar el rendimiento de la gasolina

CDMX.- Un dispositivo para reducir el consumo de gasolina a través del uso de agua fue diseñado por un grupo multidisciplinario de alumnos de ingeniería del Instituto Tecnológico de Atitalaquia, del estado de Hidalgo, que actualmente se encuentra en vía de patentamiento.

Se trata de un mecanismo que separa las moléculas del agua para obtener gas de hidrógeno, el cual es utilizado como aditivo para maximizar el rendimiento de la gasolina. “Hay muchas dudas respecto al daño que se puede hacer la composición de hidrógeno con gasolina a los motores automotrices, pero las pruebas hechas en la NASA comprueban que la mezcla funciona”, detalla la doctora Blanca González Monroy, coordinadora del equipo multidisciplinario de ingenieros hidalguenses.

El prototipo fue presentado en el primer Congreso Interinstitucional de Jóvenes Investigadores 2014, como una caja de acero de 20 centímetros de alto por 30 de ancho y 30 de largo. Al interior se ubica una celda de hidrógeno y un depósito para aproximadamente un litro de agua, donde se realiza el proceso de electrólisis que disocia las moléculas del líquido mediante un pulso eléctrico y esto favorece la generación del hidrógeno en gas.

Las moléculas del gas se inyectan a la cámara de combustión a través de un circuito que controla los niveles de temperatura y consumo, conformado por electroválvulas que abren y cierran el flujo del mismo, y que fue diseñado para la total seguridad de operación a partir de una serie de logaritmos específicos. Es así que al entrar este gas de hidrógeno a la cámara de combustión se reduce la entrada y consumo de gasolina.

La doctora González Monroy explica que el proyecto Inicio en 2014 con un grupo de estudiantes que diseñó una celda generadora de hidrógeno y que si bien la noticia circuló por el país, la propuesta del equipo científico fue no quedarse en la fabricación de un aparato común como del que hay varios en el mercado, se trató de dar mayor sustento científico en cuanto a investigación. Actualmente se tiene el cuatro prototipo sobre el que se iniciarán pruebas de eficiencia, también se avanza en la obtención de la patente y en diálogos con inversionistas de Estados Unidos y Canadá.

Asimismo, señala la académica-investigadora que el equipo de ingenieros sigue integrado, pese a que dos de ellos estudian en el Tecnológico de Tijuana un posgrado, pero que el grupo de asesores, que ella encabeza desde Atitalaquia se mantiene trabajando con los jóvenes, pues no es un proyecto menor. 

“Debemos terminar con la idea de que somos todólogos, pues los problemas que hasta hoy no han encontrado solución deben abordarse desde la interdisciplina, pues sin lugar a dudas se trata de problemas complejos. Es por ello que decidimos integrar ingenieros químicos, mecatrónicos e industriales, además de otros perfiles distintos con la finalidad de que se pudiera favorecer los distintos aspectos del proyecto. 

“México y otros países enfrentan los mismos problemas y no se resuelven porque solo se ven desde una sola óptica. Por otra parte, hay quienes critican a las instituciones de educación superior de hacer ciencia entre cuatro paredes, de no ser socialmente responsables, por eso nosotros involucramos a los jóvenes estudiantes y los resultados son impresionantes”.

En relación a la participación estudiantil ahonda en que hay mucho por hacer todavía y que en gran medida académicos e investigadores deben encontrar las formas de hacerlo. “En nuestro país hay un doctor por cada mil mexicanos, cuando en otros como es el caso de Finlandia son 16 por cada mil habitantes. A nosotros nos corresponde involucrarlos en proyectos científicos y tecnológicos con un sentido social”, enfatiza la doctora González Monroy.

El proyecto forma parte del programa de Liderazgo en Energías Renovables y Eficiencia Energética, del que forman parte la fundación estadunidense InTrust Global Investments y el Centro de Salud Pública y Medio Ambiente de la Universidad de Harvard, además de ser financiado por las secretarías de Energía y de Educación Pública del país. 

De los 300 proyectos resultado de este programa productos de diversas instituciones de nivel nacional, tres de ellos fueron elegidos para dar seguimiento personalizado, además con ellos se filmó un documental que ahora recorre el país.

Hasta el día de hoy “Hemos recibido asesoría científica y empresarial por parte de Harvard, y de Intrust y de esta forma hemos podido entrar en contacto con posibles inversionistas altamente exigentes, ya que no puedes ofrecer un producto como el que hay en el mercado, pues te someten a pruebas exhaustivas que comprueben la calidad de propones”.

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