Politécnicos producen biocombustible a partir de nopal

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/ 17 agosto 2016

Un grupo de científicos del IPN en Querétaro desarrolla un proyecto de producción anaerobia de metano e hidrógeno con el uso de nopal y urea

Un grupo de científicos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en Querétaro desarrolla un proyecto de producción anaerobia de metano e hidrógeno con el uso de nopal y urea.

Los integrantes del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Querétaro, realizan este experimento en el Laboratorio de Síntesis de Materiales Nanoestructurados y Caracterización Electroquímica.

El proyecto, a cargo del docente del Cinvestav del IPN, Juan Francisco Pérez Robles, tiene como objetivo utilizar herramientas tecnológicas que permitan aprovechar la materia orgánica para la producción de biogás.

El uso de esta materia se realizará con reactores biodigestores anaerobios donde los sistemas auxiliares y automatizados trabajan con energía proveniente de un banco de celdas fotovoltaicas que suministran un total de mil 500 watts y un aerogenerador de 500 watts, explicó el académico.

“Se presentó un proyecto para un reactor de 300 litros que integraba todo lo que habíamos estado desarrollando, sobre todo la automatización”, apuntó.

Los investigadores lograron integrar este método a un Fondo Mixto (Fomix) del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) con el gobierno del estado, para hacerlo funcionar con el uso de nopal como materia prima a través de una empresa que produce un tipo de esta planta con mayor calidad.

En una entrevista con la Agencia Informativa del Conacyt, el especialista resaltó que la intención de dicha investigación era la producción de biometano.

El investigador mencionó que se tomó en cuenta el nopal como materia prima porque tiene 95 por ciento de agua y cinco por ciento de materia orgánica con un gran contenido de azúcares o compuestos lignocelulósicos que aumentan la producción de hidrógeno y metano.

"La siguiente etapa del proyecto, también apoyada por otro Fomix, fue otro reactor automatizado mucho más grande, de siete y media toneladas”, refirió Pérez Robles.

El investigador expuso que la idea surgió gracias a la obtención de biohidrógeno para utilizarlo en un auto que se desplaza con celdas de combustible.

Pérez Robles aseguró que el nuevo reactor está automatizado en su totalidad con un biodigestor de una capacidad total de 10 mil litros, siendo una quinta parte del mismo utilizada como cámara de gas y el resto para la suspensión a tratar.

Además, mencionó que cuenta con un sistema de calentamiento basado en la recirculación de biogás, el cual es templado por un calentador solar auxiliado por resistencias de baja potencia.

"Estamos dando un mayor impulso a la parte de biohidrógeno, tenemos ya un equipo de estudiantes trabajando la parte de bacterias, el acondicionamiento del nopal”, dijo el investigador.

"En estos días vamos a terminar dos reactores pequeños para poder hacer la transición de la escala piloto a la semiindustrial. La siguiente etapa sería trabajar la parte del almacenaje y manejo del biohidrógeno”, finalizó.

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