Arte para sanar el alma desde Saltillo
Las artistas Andrea Badillo y Any Martínez apoyarán a los niños damnificados por los terremotos de septiembre a través de imágenes y juegos que buscarán ayudarles a superar la crisis emocional a la que aún están expuestos
Los terremotos del pasado septiembre en el centro del país provocaron que muchos hermanos mexicanos fueran desalojados de sus hogares. Esto puso a prueba la capacidad de respuesta para apoyar a aquellos que más lo necesitan en los momentos de crisis.
No bien pasaron un par de horas de las catástrofes, miles de personas se movilizaron y la ayuda comenzó a llegar. Se montaron centros de acopio, brigadas de distribución, además de todos los esfuerzos que se realizaron para rescatar a aquellos que quedaron bajo los escombros.
Los damnificados, aunque ya se encuentran provistos de los elementos básicos para su supervivencia, ahora necesitan el apoyo para superar el trauma causado por estos acontecimientos.
Motivadas por este mismo espíritu de solidaridad, las artistas Andrea Badillo y Any Martínez decidieron aportar a la causa con aquello que más paz ha brindado a las almas de los humanos durante toda la historia: el arte.
La idea se materializó en un libro de dibujos para colorear que ellas distribuirán en albergues de la Ciudad de México a los niños que aún se encuentran ahí.
Las imágenes, los textos y los ejercicios del impreso fueron desarrollados con el apoyo de psicólogos para que, con el juego y el arte como herramientas, estos pequeños puedan comenzar a sentirse menos vulnerables ante tantas calamidades.
“Nació en mí, por lo de ‘el arte nos salva’, pero enseguida se lo conté a Any y ella fue quien impulsó todo”, explicó para VANGUARDIA Andrea Badillo.
“Yo escribí la idea en una noche de mucha ansiedad, de estar pensando en que si a mí el arte me salva ¿qué podía hacer yo para salvarlos a ellos? Entonces empecé a escribirle a Any y ella le dio más orden a la idea y pues comenzamos a reunirnos”.
El Arte nos Salva es un discurso que Badillo ha manejado desde hace un par de años dentro de su práctica artística, el cual ahora se ha materializado en el libro, con la ayuda de Any, y así, durante dos semanas de arduo trabajo lograron convertir la idea en realidad y poner el proyecto en acción.
Una vez que las imágenes fueron valoradas y aprobadas por los expertos, la etapa para la impresión dio comienzo. Fue Panorámica Editorial la empresa que les dio este apoyo.
“Como nuestro patrocinador nos cobrará solamente el material, ya todo lo de impresión, empaginado y demás correrá por parte de ellos”, comentó Andrea.
“Yo me voy el martes 17 de octubre. Ahí comenzaré a hacer un estudio de a dónde podremos llevarlas, tenemos contactos en Morelos, en Oaxaca, porque queremos que esto se distribuya directamente a través de personas de confianza, que sepamos que se distribuirán gratuitamente y que nos puedan enviar imágenes para mostrarlas a los patrocinadores.
“Any se irá a finales de octubre o principios de noviembre para llevarnos todos los libros, yo sólo me llevaré una parte” añadió.
Sus patrocinadores son, primordialmente, gente que las apoya con donaciones para la impresión: 50, 100 o 200 pesos. Aunque también han recibido el apoyo de Casa Verde y Casa TIyahui, donde se están realizando colectas de lápices de colores y crayolas que se llevarán al centro del país para distribuirlas junto con el libro.
La idea ha llamado la atención de algunas instituciones en la Ciudad de México.
El periódico Excélsior planea imprimir algunas de las imágenes del libro para que estén disponibles al público general. Además, la Universidad Autónoma Metropolitana les apoyará también con más impresiones, mientras que la Escuela de Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda se ha puesto en contacto con ellas, pues está realizando un proyecto similar y buscan la cooperación de las saltillenses.
Una vez que estén allá y que se hayan establecido relaciones con los albergues, las artistas realizarán brigadas para ofrecer clases sobre teoría del color, que ayuden a los niños a conocer las propiedades de tonalidad en la expresión de sus emociones.
Todo esto con la finalidad de satisfacer las necesidades del alma y de la mente, de continuar con el apoyo a los más necesitados desde una trinchera pocas veces tomada en cuenta, pero muy importante, sin lugar a dudas.