¿Por qué es tan común la acumulación de grasa abdominal en mujeres de mediana edad y cómo manejarla?
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La acumulación de grasa abdominal no solo es una cuestión estética, sino que también tiene implicaciones importantes para la salud.
A medida que las mujeres envejecen, muchas empiezan a notar cambios en la distribución de la grasa corporal, especialmente en la zona abdominal. Este fenómeno, que suele ocurrir en la mediana edad, tiene una base fisiológica natural relacionada con los cambios hormonales. Entender este proceso puede ayudar a las mujeres a afrontarlo de una manera más saludable y consciente.
Cambios hormonales y distribución de la grasa
Durante la perimenopausia y la menopausia, que suelen ocurrir entre los 45 y los 55 años, los niveles de estrógeno disminuyen considerablemente, lo que influye directamente en la forma en que el cuerpo almacena grasa. Antes de esta transición, las mujeres tienden a almacenar más grasa en las caderas y muslos, creando una figura de “pera”. Sin embargo, con la disminución del estrógeno, el cuerpo comienza a almacenar más grasa en la zona abdominal, dándole una forma más “de manzana”, según explica Victoria Vieira-Potter, profesora de nutrición y fisiología del ejercicio en la Universidad de Missouri.
Este cambio no es algo que las mujeres puedan controlar completamente, ya que es parte del proceso natural del envejecimiento. La profesora Gail Greendale, de la Universidad de California en Los Ángeles, realizó un estudio que reveló cómo las mujeres en la menopausia tienden a acumular más grasa abdominal que en otras áreas del cuerpo. Incluso si no se observa un aumento en las caderas o los muslos, la grasa en la sección media aumenta significativamente.
¿Por qué es importante vigilar la grasa abdominal?
La acumulación de grasa abdominal no solo es una cuestión estética, sino que también tiene implicaciones importantes para la salud. La grasa visceral, que rodea los órganos internos, está estrechamente relacionada con un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes y ciertos tipos de cáncer. Aunque no se puede prevenir por completo la acumulación de grasa abdominal en esta etapa de la vida, es crucial adoptar hábitos que ayuden a reducir los riesgos asociados.
Mitos sobre la reducción de la grasa abdominal
Con frecuencia, las mujeres de mediana edad se ven bombardeadas con anuncios que prometen soluciones milagrosas para reducir la grasa del vientre. Sin embargo, los expertos coinciden en que no existen remedios rápidos o específicos para este problema. A menudo, estas soluciones generan expectativas poco realistas que pueden llevar a sentimientos de frustración o fracaso.
Gail Greendale advierte que las mujeres que mantienen una dieta saludable y realizan ejercicio regular pueden aún así experimentar un aumento de grasa abdominal debido a los cambios hormonales. Esto no significa que estén haciendo algo mal. Es fundamental no caer en la trampa de dietas extremas o regímenes de ejercicio excesivo, ya que esto puede ser perjudicial tanto para la salud física como mental.
¿Cómo manejar la grasa abdominal de forma saludable?
A pesar de que no hay una fórmula mágica para eliminar la grasa abdominal, existen estrategias efectivas para manejarla y, más importante aún, proteger la salud general.
Actividad física regular: El ejercicio es clave para mantener un peso saludable y reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la grasa visceral. Se recomienda realizar entre 2,5 a 5 horas de actividad física moderada por semana. Esto no solo ayuda a prevenir enfermedades cardíacas y diabetes, sino que también contribuye a mantener la masa muscular y ósea, lo que es crucial en esta etapa de la vida.
Lo más importante es encontrar una actividad que sea placentera. No es necesario que el ejercicio sea extenuante para ser efectivo. Caminatas diarias, yoga o nadar son ejemplos de actividades que pueden ser beneficiosas tanto para la salud física como emocional.
Dieta balanceada: Mantener una dieta rica en frutas, verduras, granos integrales y proteínas magras es esencial. Evitar los alimentos ultraprocesados, altos en grasas saturadas y azúcares añadidos, también puede ayudar a reducir la grasa abdominal. Además, una dieta equilibrada protege contra enfermedades metabólicas y promueve una mejor función del sistema inmunológico.
Autocompasión y aceptación: Uno de los aspectos más importantes para manejar los cambios en el cuerpo durante la mediana edad es cultivar una actitud de autocompasión. Es natural que el cuerpo cambie con el tiempo, y es importante recordar que la salud no se mide solo por la apariencia física. Como señala Greendale, aceptar estos cambios y ser amable contigo misma es esencial para mantener una buena salud mental.
Conclusión
La acumulación de grasa abdominal en la mediana edad es un proceso natural y fisiológico, impulsado en gran medida por cambios hormonales. Si bien no se puede evitar por completo, es posible gestionar sus efectos adoptando hábitos saludables, como la actividad física regular y una dieta equilibrada. Además, es crucial recordar que estos cambios son normales y no reflejan un descuido personal. Mantener una actitud positiva y ser compasiva contigo misma es fundamental para navegar esta etapa de la vida de una manera más saludable y equilibrada.
Con información de The New York Times.