¿Qué significa huérfilos? La palabra más dolorosa: padres que perdieron a sus hijos
Aunque la RAE aún no reconoce su uso, la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer impulsa su uso abogando que es un paliativo para los padres que han sufrido esta dolorosa pérdida. Te decimos su significado y origen para que decidas si la usarías
Cuando fallece la pareja sentimental de alguien, al deudo, por ejemplo, a la esposa, se le dice viuda; si los hijos se quedan sin padres, se les dice huérfanos, pero académicamente no hay una palabra que defina a los padres que pierden a sus hijos. Desde 2017 hay un movimiento en España presionando a la Real Academia de la Lengua para que incluya el término huérfilos, para los padres que han perdido un hijo, con el argumento de que nombrar lo que viven puede ayudar a superar el duelo.
La iniciativa fue impulsada por la Federación Española de Padres de Niños con Cáncer y se basa en una mezcla de “huerfanus” y “philius(filios)”, etimológicamente sería traducido como huérfano de hijo.
¿QUÉ SIGNIFICA?
“Philos” o “filos” significa amar y si bien los griegos no usaban el término únicamente en el sentido romántico, el término sugerido más bien viene de “filius”, antiguamente “felios”, una evolución de “dehylios” de la raíz “dehy”, que significa mamar o amamantarse y se registra dentro de los primeros lenguajes, los conocidos como protoindoeuropeo, de la Edad de Cobre.
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“Huerfanus”, es la raíz grecolatina de la palabra que usamos para nombrar a los niños que se quedan sin padre o madre (huérfano-a de padre o huérfano-a de madre), pero en realidad puede ser utilizado para cualquier persona que pierde al objeto de su afecto.
La raíz del vocablo se encuentra en el sánscrito “arba (pequeño)” o “arbhaka (niño)”, lo que derivó en “orphanos”, que en la antigua Grecia se utilizaba como “abandonado” y si bien era usado para nombrar a los niños sin padres, también era usado para los padres cuyos hijos murieron o para personas que perdieron a alguien de su aprecio, si se dice que un niño es huérfano de madre o padre, se podría decir que hay padres huérfanos de hijo y en caso de tener más hijos vivos, podría ser huérfano de hijo mayor, menor, etc; también se puede decir en un sentido más poético que alguien está huérfano de amor.
En el sentido que lo conocemos actualmente, se encuentra escrito en la Biblia Vulgata, traducida del griego por San Jerónimo, pero en la literatura, el uso más conocido de la palabra data de 1924, cuando empezó a publicarse la tira cómica Little Orphan Annie (más conocida en español, en el cine y el teatro, como Anita La Huerfanita o Annie), creada por Harold Gray, basada en un poema del mismo nombre, escrito por James Whitcomb Riley. Inicialmente, el nombre de la niña era Allie, pero un error de imprenta lo cambió a Annie. Estaba inspirado en una niña huérfana que vivió en su casa durante su infancia, y que hablaba sobre una pequeña que era secuestrada por duendes por “portarse mal”; ojos actuales juzgarían la forma en la que era tratada la protagonista como esclavitud o trabajo infantil.
En México, el término desgraciadamente no es nada ajeno; el periódico Excélsior publicó en 2021 que el país ocupaba el primer lugar en orfandad de menores de edad. Informaron de 141 mil 132 niños que perdieron a su cuidador principal.
LA PETICIÓN
La Federación Española de Padres de Niños con Cáncer hizo un llamado al máximo órgano del idioma español para que aceptaran el uso de una palabra que describe “el dolor más grande que una persona puede sentir”: perder a un hijo.
“Dicen que es un dolor indescriptible, y quizá por eso aún no exista una palabra en ningún idioma del mundo que represente a todos aquellos que tuvimos que enfrentarnos a la nada por haberlo perdido todo. Necesitamos tener un nombre que les recuerde para así sentirlos a nuestro lado para siempre. Una palabra que refleje que detrás del dolor más terrible ha existido el amor más increíble que una persona puede experimentar”, indica la misiva publicada en la plataforma Change.org.
La motivación, de acuerdo al mensaje difundido, es que algunas de las personas que adolecen esta pérdida piden un “nombre” para llevar en la memoria “de quien tanto amaron”. La organización está consciente de que la RAE no incorpora palabras al idioma por altruismo, la Academia integra términos que son usados popularmente, por lo que piden que sea más utilizado. En 2017 y con 60 mil firmas en 15 días, además del respaldo de algunas celebridades españolas, la Academia mandó el término al Observatorio de Palabras: el lugar a donde mandan las palabras que no entran al diccionario por su falta de uso generalizado.
“La voz huérfilo es un neologismo no generalizado en el uso. Con ese sentido, se puede usar en español huérfano (en su segunda acepción) o, de forma más específica, huérfano de hijo(s)”, argumenta la academia en su página web. “La iniciativa está muy bien intencionada, pero una palabra no puede ingresar en el diccionario para que se use; es su uso el que las refrenda. Y podría entrar llegado el momento, como lo han hecho otras novedades léxicas, algunas de ellas extranjerismo o bien creaciones de una persona, como aporofobia o mileurista”, explica Lola Pons, historiadora de la lengua y catedrática en la Universidad de Sevilla, para el periódico El País.
En el mismo artículo, Juan Antonio Roca, presidente de la Federación Española de Padres con Niños con Cáncer (FEPNC) declara que “el término ayuda a los padres que hemos perdido un hijo a que podamos verbalizarlo y manifestarlo, y darle sentido a la tragedia que hemos vivido”. Él perdió a su hijo de 17 años, después de cuatro tratamientos contra cáncer de huesos.
La iniciativa seguirá viva mientras más personas se sumen a ella, aunque, como escribe Piedad Bonett en su libro Lo Que No Tiene Nombre, “Tal vez porque frente al dolor de la muerte de un hijo, todas las mistificaciones literarias carecen de sentido, se desvanecen”.
¿Tú qué opinas de la palabra huérfilo?¿Apoyarías la iniciativa?¿Usarías el término?