Celebra György Kurtág sus 90 años trabajando en su primera ópera

Vida
/ 20 febrero 2016

    "Tengo que sentir el piano, también cuando no lo toco, me da seguridad", admitió Kurtág en los festejos de su 90 cumpleaños.

    György Kurtág, uno de los más grandes compositores contemporáneos, celebra su 90 cumpleaños en plena actividad creadora: componiendo su primera ópera, que será estrenada en 2018 en La Scala de Milán.

    La pieza es una adaptación de "Final de partida", el drama del escritor y dramaturgo irlandés Samuel Beckett (1906-1989).

    En un emotivo acto el jueves con su familia y amigos, Kurtág se sentó al piano para dar instrucciones a la contralto galesa Hilary Summers, en la presentación del primer aria de ese trabajo.

    "Tengo que sentir el piano, también cuando no lo toco, me da seguridad", admitió Kurtág en los festejos de su 90 cumpleaños.

    Decenas de familiares, amigos y admiradores se reunieron en Budapest en la noche anterior a su aniversario en un evento en el que sorprendió a los reunidos con la presentación de esa pieza de su nuevo trabajo.

    Nacido en Logoj (Rumanía) en 1926 Kurtág comenzó a tocar piano a los cinco años aunque su enseñanza musical comenzó formalmente a los 14.

    El compositor de origen húngaro y raíces judías se traslado tras la II Guerra Mundial a Budapest, donde estudió en la Academia de la Música.

    "Esa múltiple identidad está presente en su obra", explicó a Efe el historiador de la música y compositor Szabolcs Molnár.

    Este experto señaló que la música de Kurtág se nutre principalmente de Robert Schumann, Johann Sebastian Bach, Ígor Stravinski o el también húngaro Béla Bartók.

    La música de Kurtág, en su gran mayoría obras cortas, está basada "en gestos fácilmente decodificables", indicó Molnár, añadiendo que sus composiciones apelan directamente a los sentimientos.

    "Se siente hasta en la piel", asegura.

    La fama internacional le llegó a Kurtág cuando en 1981 la Ensemble Intercontemporain del francés Pierre Boulez presentó su obra de cámara "Messages de feu Demoiselle Troussova".

    Cuando en 2015 recibió el premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de música contemporánea, el jurado describió su música como un arte que "traspasa las fronteras entre espontaneidad y reflexión, entre formalización y expresión".

    Crea lento, porque es muy autocrítico, dijo Molnár y, de hecho, Kurtág adelantó a un reducido grupo de la prensa internacional, que espera terminar su primera ópera para la temporada de 2018, pese a que en un principio el plan era presentarla en el Festival de Salzburgo de 2013.

    "Tal vez es un miedo de ir hacia algo nuevo para mí" se excusó el compositor al ser interrogado sobre ese retraso.

    Kurtág trabajó en numerosas ciudades del mundo, entre otras en Viena, donde compartió clases en el Konzerthaus; en Berlín, donde trabajó con los Filarmónicos de la ciudad o en París.

    El compositor ha recibido muchos premios y distinciones, como el Premio John Cage (2000); el de la Fundación BBVA; o el Premio Siemens (1998), considerado el "Nobel de la música".

    Actualmente Kurtág vive en Budapest con su esposa, Marta, con quien se casó en 1947.

    "Ella es mi primer censor", asegura con humor.

    De hecho, cuando la pareja interpreta al piano obras para cuatro manos, como las "Siete corales de Bach" del mismo Kurtág, sus movimientos demuestran una profunda armonía y entendimiento.

    El "maestro de la intensidad expresiva", como llaman a Kurtág, es miembro honorario de varias Academias de Europa y de Estados Unidos.

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