Cómo tu gato o tu perro podrían advertir de un brote de gripe aviar

Vida
/ 28 agosto 2024

Muchas enfermedades infecciosas, como la gripe aviar, la COVID-19 y la viruela símica, son zoonóticas, lo que significa que pueden propagarse de los animales a las personas y viceversa.

Trupanion, una empresa de seguros para animales de compañía con sede en Seattle, se asoció con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) con el fin de crear un sistema de seguimiento de enfermedades para mascotas, según anunció la empresa este mes. El sistema se basará en las reclamaciones de seguros enviadas a Trupanion en tiempo real cuando los perros y gatos enfermos visiten al veterinario.

“El concepto consiste en detectar de forma proactiva posibles amenazas para los animales de compañía y la salud pública”, declaró Steve Weinrauch, veterinario en jefe y responsable de productos de Trupanion.

La iniciativa, en la que también participan científicos del mundo académico y otras empresas del sector de los animales de compañía, se encuentra aún en sus primeras fases. En un principio, se centrará en la gripe aviar, un virus que se ha extendido por las vacas lecheras estadounidenses y ha llegado a los gatos domésticos.

“Se trata de una asociación muy importante entre el sector público y privado que va a ayudar a llenar algunas lagunas importantes”, afirmó Casey Barton Behravesh, directora de la Oficina One Health de los CDC, que se centra en las conexiones entre la salud humana, animal y medioambiental.

Se trata de una de las diversas iniciativas en curso para llenar esas lagunas, que van mucho más allá de la gripe aviar. Como la mayoría de los demás países, Estados Unidos carece de un sistema nacional integral para dar seguimiento a las enfermedades de los animales de compañía. Mientras que los CDC se encargan de proteger la salud humana y el Departamento de Agricultura se centra en los animales de granja, las mascotas suelen quedar al margen.

“Se trata de una población que no recibe la atención que merece”, afirmó Jennifer Granick, veterinaria internista de la Universidad de Minnesota, una de las fundadoras de otro proyecto para crear un sistema de vigilancia de las enfermedades de los animales de compañía.

Según los expertos, se trata de un punto ciego de la salud pública que pone en peligro tanto a los animales como a las personas. Muchas enfermedades infecciosas, como la gripe aviar, la COVID-19 y la viruela símica, son zoonóticas, lo que significa que pueden propagarse de los animales a las personas y viceversa. Y hay pocos animales con los que la gente tenga un contacto más estrecho que con los que viven en sus casas.

Los animales de compañía también sirven de puente entre el mundo natural y el humano y pueden ser centinelas de riesgos sanitarios compartidos.

“Creo que si tuviéramos que elegir un grupo de animales en el que invertir y sobre el que realmente obtener buena información de seguimiento sanitario, serían los animales de compañía”, afirmó Sarah Hamer, epidemióloga veterinaria de la Universidad de Texas A&M.

Los patógenos de las mascotas

Los científicos saben desde hace años que los gatos son sensibles a la gripe aviar, que pueden contraer al alimentarse de aves silvestres infectadas. Pero el brote proveniente de animales productores de leche ha creado nuevos riesgos: desde finales de marzo, se han confirmado decenas de casos de gripe aviar en gatos estadounidenses, algunos de los cuales se infectaron tras ingerir leche cargada de virus (otros casos han sido más misteriosos, incluidas varias infecciones notificadas recientemente en gatos de interior sin exposición conocida al virus).

Las infecciones de gripe aviar en cualquier mamífero son motivo de preocupación, ya que dan al virus la oportunidad de evolucionar y convertirse en una amenaza mayor para los humanos. “Pero creo que es muy importante que nos centremos sobre todo en los gatos”, afirmó Kristen Coleman, investigadora de enfermedades infecciosas de la Universidad de Maryland.

Los gatos infectados por aves silvestres podrían llevarse el virus a casa y transmitirlo a sus dueños, mientras que los que merodean por las granjas lecheras podrían transportar el virus fuera de las instalaciones y propagarlo a los animales silvestres. Sin embargo, hasta la fecha, los gatos han ocupado un lugar relativamente secundario en la vigilancia de la gripe aviar.

“La mayor parte del financiamiento (gubernamental, en cualquier caso) se destina a la vigilancia de los seres humanos y el ganado lechero”, aseguró Coleman, que trabaja para establecer un programa de vigilancia de la gripe en los refugios de animales. “Y veo un vacío ahí con los animales de compañía”.

Ha habido muchos obstáculos a la hora de crear sistemas de vigilancia para los animales de compañía. Históricamente, muchos veterinarios trabajaban en consultas individuales y llevaban los registros a su manera (los códigos de diagnóstico estandarizados no se utilizan mucho en medicina veterinaria). Y cuando se trataba de vigilar las enfermedades de los animales, muchos países, incluido Estados Unidos, daban prioridad a los animales de granja.

“Los gobiernos no invierten dinero en la vigilancia de los animales de compañía”, señaló Scott Weese, veterinario especializado en enfermedades infecciosas de la Universidad de Guelph, Ontario.

Resultados en tiempo real

Los avances tecnológicos y los cambios en el sector veterinario, como el auge de las grandes cadenas veterinarias y el creciente uso de seguros para mascotas, han hecho más factible recopilar grandes volúmenes de datos sanitarios sobre animales de compañía.

Trupanion asegura ahora a más de un millón de mascotas, y más de 10.000 clínicas de toda Norteamérica utilizan el software de la empresa para presentar las reclamaciones al seguro. Un repentino aumento de las reclamaciones por perros con tos en California o gatos con fiebre en Nueva York podría ser una señal temprana de un brote de enfermedad. Weinrauch explicó que, a largo plazo, la empresa espera crear un sistema capaz de detectar estas anomalías automáticamente. Pero empezará con investigaciones más específicas, como la búsqueda en los datos de indicios de que la gripe aviar pueda estar propagándose entre los gatos.

En la Universidad de Minnesota, Granick y sus colegas han estado creando la Red de Vigilancia Veterinaria de Animales de Compañía (CAVSNET, por su sigla en inglés), que recaba automáticamente historiales médicos electrónicos de consultas veterinarias de todo el país. El sistema, que en la actualidad recibe datos mensuales de unas 1400 clínicas, aún no está equipado para la detección de brotes en tiempo real, explicó Granick.

Pero se inspiró en un sistema similar británico, la Red de Vigilancia Veterinaria de Pequeños Animales (SAVSNET, por su sigla en inglés), que ha demostrado su eficacia. La red, dirigida por un pequeño equipo de la Universidad de Liverpool, recibe historiales veterinarios y resultados de laboratorio de todo el país, a menudo casi en tiempo real.

Una vez en funcionamiento, este tipo de sistemas de vigilancia pueden aportar una gran variedad de datos. Por ejemplo, Granick y sus colegas ya están analizando los registros de CAVSNET para conocer mejor las prácticas de prescripción de antibióticos en veterinaria. Al igual que en la medicina humana y la agricultura, el uso excesivo de antibióticos en los animales de compañía podría propiciar la aparición de superbacterias resistentes a los fármacos.

En algunos casos, puede ser más fácil rastrear los riesgos para la salud pública en los animales de compañía que en las personas. La enfermedad de Lyme, una dolencia transmitida por garrapatas que ha ido ampliando su ámbito geográfico, afecta tanto a perros como a personas. Sin embargo, a los perros se les hacen pruebas rutinarias de anticuerpos contra la bacteria que causa la enfermedad de Lyme, mientras que a las personas no.

En Estados Unidos, el Consejo de Parasitología en Animales de Compañía (CAPC, por su sigla en inglés) realiza un seguimiento de la prevalencia de la enfermedad de Lyme en perros a partir de los resultados de las pruebas recogidos en los principales laboratorios veterinarios. Cada mes, el consejo publica mapas de la prevalencia de la enfermedad de Lyme, y otras enfermedades parasitarias, en cada condado.

“Nuestro objetivo era que la gente supiera lo que hay en su patio trasero”, comentó Christopher Carpenter, veterinario y director ejecutivo del consejo.

A nivel de condado, los cálculos del consejo sobre las tasas de enfermedad de Lyme en perros están correlacionados con el número de casos en personas, según los científicos. Esto sugiere que incluso las personas sin mascotas podrían utilizar los mapas para medir su propio riesgo, en constante evolución, dijo Carpenter.

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