Cuando vulneran tus valores, también hay daño psicológico

Vida
/ 19 marzo 2025

Sufrió durante años, sintiéndose culpable y desconsolada por haber facilitado, sin saberlo, parte del abuso.

Por: Christina Caron

Cuando Jennifer S. Wortham era adolescente, su hermano menor Patrick empezó a portarse mal y a meterse en problemas en el colegio.

Su padrastro había muerto hacía poco y su madre tenía dificultades. Pensó que si alguien podía ayudar a Patrick a volver al buen camino, ese era el sacerdote católico que se había convertido en un amigo íntimo de la familia.

El sacerdote ya no vivía cerca de su casa de California, así que aquel verano ella y su madre enviaron a Patrick a vivir con él a Texas.

En aquel momento, Patrick suplicó no ir. Más de una década después, la familia descubrió por qué. El sacerdote había estado abusando tanto de Patrick como de su hermano pequeño, Michael, desde que tenían unos 10 años.

El descubrimiento “destruyó completamente a mi familia”, dijo Wortham, quien ahora es investigadora del programa Human Flourishing de Harvard.

Sufrió durante años, sintiéndose culpable y desconsolada por haber facilitado, sin saberlo, parte del abuso. “Nunca volvimos a celebrar juntos Navidad”, dijo. “No podíamos estar todos juntos”.

La experiencia llevó a Wortham a estudiar el tema del daño moral, o la profunda angustia que puede surgir cuando sientes que tus valores han sido violados, ya sea por ti mismo o por otra persona.

Los sentimientos resultantes de impotencia, culpa y vergüenza pueden provocar problemas de salud mental como ansiedad, depresión e incluso conductas suicidas.

“¿Por qué experimentas todos estos sentimientos? Porque en el fondo, en lo más profundo de tu ser, se está cuestionando, amenazando o violando quién eres”, dijo Tessy A. Thomas, médica e investigadora en bioética de Danville, Pensilvania, que ha estudiado la angustia moral entre los trabajadores de salud.

En otras palabras, dijo, puede parecer que tu integridad está en juego.

¿Cómo se reconoce el daño moral?

Las traiciones atroces, como la que sufrieron Wortham y su familia, pueden crear angustia psicológica, pero también pueden hacerlo “acontecimientos cotidianos relativamente pequeños”, dijo Connor Arquette, residente de cirugía plástica en Stanford, quien ha investigado el daño moral.

“Estos momentos suelen hacernos sentir incómodos, aunque no podamos articular inmediatamente por qué”, dijo. Y con el tiempo, la gente puede llegar a un punto de ruptura.

Digamos que valoras la justicia, dijo Arquette, pero tu equipo de un gran hospital académico ha recibido instrucciones de hacer todo lo posible por un paciente especialmente rico o con buenas conexiones. Si otros pacientes no reciben el mismo nivel de atención, puedes sentir que tu moral se ve comprometida, añadió.

La “angustia moral”, precursora del daño moral, se acuñó a mediados de la década de 1980 en referencia a las enfermeras que sentían que se les impedía hacer lo que era moralmente correcto mientras trabajaban.

Más tarde, en la década de 1990, el psiquiatra Jonathan Shay creó el término “daño moral” para referirse a los veteranos que se veían psicológicamente perjudicados por cumplir órdenes que violaban sus creencias, como las instrucciones de matar o dañar a civiles.

El término se ha aplicado también a otros grupos: los profesores, los trabajadores de salud, los funcionarios y los profesionales de la seguridad pública pueden encontrarse con órdenes que amenazan con comprometer sus valores, presenciar comportamientos moralmente repugnantes o convertirse en víctimas de la transgresión de otra persona.

En los últimos cinco años se ha producido “una explosión de investigación” sobre las heridas morales, dijo Harold G. Koenig, mentor de Wortham y psiquiatra de la Universidad de Duke, quien, con su equipo, creó escalas para medir estas heridas emocionales.

Wortham y sus colegas han propuesto modificar el DSM-5 de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, la clasificación psiquiátrica de los trastornos mentales, para incluir la noción de que los problemas morales pueden contribuir a un trastorno mental.

En diciembre, tras más de un año de revisión, la Asociación Estadounidense de Psicología (APA por su sigla en inglés) accedió. El cambio aparecerá en septiembre.

La adición ayuda a validar el término “daño moral”, dijo Koenig. Ahora, añadió, pueden realizarse más investigaciones para definirlo mejor y examinar sus efectos en los resultados de la salud mental.

¿Cómo tratar el daño moral?

No existe una solución rápida para abordar el daño moral. Pero actuar puede ser un paso importante en el proceso de sanación. Hablar y pedir cambios es una opción.

Wortham llegó a reunirse con el papa Francisco, quien más tarde habló con un grupo de supervivientes de abusos sexuales, entre los que se encontraban sus hermanos, y pidió perdón por los fallos de la Iglesia. Está trabajando con un equipo de expertos para elaborar una guía de lesiones morales para quienes asesoran a supervivientes de abusos del clero y a sus familias.

Puede haber situaciones en las que tengas las manos atadas —en el trabajo, por ejemplo— que te hagan cuestionarte si éste es el entorno adecuado para ti, dijo Arquette.

Cuando te enfrentas a un daño moral, los expertos afirman que crear resiliencia moral es crucial.

Thomas lo hace con un ritual diario: cada vez que se lava las manos piensa en los retos que pueden estar afrontando los demás. Entonces encuentra la forma de hacer un gesto sencillo, como ir a ver a un compañero que está teniendo un día estresante. Estos pequeños actos de compasión contribuyen a reforzar uno de sus valores fundamentales: la integridad.

“No puedo cambiar todas esas cosas externas que están ocurriendo”, dijo. “Lo único que puedo controlar en el momento es mi actitud y mi comportamiento”.

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