Un pastel especiado con historia, aroma y tradición
Entre viajes, recuerdos y especias ancestrales, este pastel especiado recorre siglos de historia para llegar a la mesa decembrina del norte de México.
Esta gastrónoma-filósofa del sabor desea compartir vivencias, viajes, sabores y recetas ligadas a nuestra tradición de parrilla... y también a esos postres que saben a hogar.
En el marco de las fiestas decembrinas, es muy común que en la zona norte de nuestro país aparezca en la mesa el Spice Cake o pastel especiado colmado de aroma, sabor e historia. Hoy quiero compartirte no solo una receta, sino el origen de uno de los postres más entrañables de la temporada.
Un pastel con siglos de historia
La historia del pastel especiado es vasta y se entrelaza con el comercio de especias y la evolución de la repostería. Sus raíces se remontan a la antigüedad y alcanzan un auge notable durante la Edad Media.
Antigüedad.
Los primeros indicios de repostería con ingredientes aromáticos datan del antiguo Egipto y Mesopotamia, hace más de 7,000 años. En Grecia se elaboraban los obelias, pasteles con miel y jugos de frutas ofrecidos a los dioses. Los romanos, por su parte, preparaban panes densos con frutos secos, vino y especias, considerados precursores del pastel de frutas moderno.
Edad Media.
En Europa, el uso de especias en la repostería se popularizó en las cortes nobiliarias. Provenientes de Asia, eran artículos de lujo que aportaban sabor, aroma y conservación, además de simbolizar estatus. El pan de jengibre, elaborado con miel, pan rallado, jengibre y clavo, es uno de los grandes referentes de esta época.
Era moderna.
Con la profesionalización de la pastelería, los pasteles especiados evolucionaron en versiones regionales. El spice cake navideño, denso y cargado de especias y frutos secos, sigue vigente hasta hoy. En los Países Bajos, por ejemplo, se consume un pastel de centeno especiado con canela, clavo, nuez moscada y jengibre como parte del desayuno.
Cómo llega el pastel especiado a Coahuila
El pastel especiado llegó a Coahuila —y a México— gracias al mestizaje cultural posterior a la conquista española y a las influencias migratorias que marcaron la cocina del norte del país.
Herencia europea. Los españoles introdujeron ingredientes clave como trigo, azúcar y lácteos, además de técnicas de repostería especiada que se fusionaron con ingredientes locales.
Influencia migratoria. Las migraciones históricas en el norte de México permitieron que recetas europeas se adaptaran a los sabores regionales, incorporando ingredientes disponibles en cada zona.
Adaptación local. Coahuila, tierra de nuez, manzana e higo, adoptó estas recetas integrando productos que armonizan perfectamente con las especias.
Popularización moderna. Hoy, el pastel especiado forma parte tanto de la repostería casera como de panaderías y establecimientos contemporáneos.
Las especias protagonistas
Canela, jengibre, clavo, anís estrella, nuez moscada, cardamomo y pimienta negra conforman la base aromática de este pastel. Además de su sabor profundo, aportan beneficios a la salud.
A esto se suman frutos secos como pasas, nuez, pistache, cacahuate, coco, ciruela pasa, almendra y ajonjolí.
Definitivamente, una experiencia sensorial completa. Un must en cualquier posada, reunión o cena de Navidad y Año Nuevo.
Pastel imperdible: Spice Cake especiado
Rinde: 20 porciones
Ingredientes
Para el pastel de especias
2 ¾ tazas (350 g) de harina de trigo para todo uso
1 ½ cucharaditas de polvo de hornear
1 cucharadita de bicarbonato de sodio
½ cucharadita de sal
1 cucharada de canela molida
1 cucharadita de jengibre molido
½ cucharadita de nuez moscada molida
¼ cucharadita de clavo molido
1 cucharadita de cardamomo molido (opcional)
2 tazas (380 g) de azúcar moreno compactado
1 taza (200 ml) de aceite vegetal o de canola
1 taza (235 g) de puré de manzana sin azúcar
4 huevos grandes, a temperatura ambiente
¾ taza (200 g) de crema agria o suero de leche
3 cucharaditas de extracto de vainilla
Para el betún de queso crema
450 g (16 oz) de queso crema, a temperatura ambiente
1 taza (220 g) de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
5 tazas (600 g) de azúcar glas
1 cucharadita de extracto de vainilla
Preparación
Parte 1: El pastel
Preparar. Precalienta el horno a 175 °C. Engrasa dos moldes redondos de 8 o 9 pulgadas y forra el fondo con papel pergamino.
Secos. Tamiza y mezcla la harina, polvo de hornear, bicarbonato, sal y especias. Reserva.
Húmedos. Bate el azúcar moreno, el aceite y el puré de manzana. Incorpora los huevos uno a uno y añade la vainilla.
Integrar. Agrega la mitad de los ingredientes secos, luego la crema agria y finalmente el resto de los secos. Mezcla sin sobrebatir.
Hornear. Vierte la mezcla en los moldes y hornea de 30 a 35 minutos, hasta que un palillo salga limpio.
Enfriar. Reposa 10–15 minutos y enfría completamente sobre rejilla.
Parte 2: El betún
Acremar. Bate el queso crema y la mantequilla hasta obtener una mezcla suave.
Azúcar. Incorpora el azúcar glas poco a poco y añade la vainilla. Ajusta consistencia si es necesario.
Montaje. Coloca una capa de pastel, cubre con betún, añade la segunda capa y cubre completamente.
Disfruta este pastel lleno de aroma y sabor. Un imperdible para la próxima reunión decembrina.
Gracias por leer el sabor. ¿Y tú, con todo, Güerito?
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