Los beneficios de una caminata a la hora del almuerzo

Vida
/ 27 noviembre 2023

Las caminatas suaves durante la hora de comida pueden mejorar de manera perceptible (e inmediata) el ánimo y la capacidad de las personas para manejar el estrés laboral.

Por: Gretchen Reynolds

Para combatir el bajón de entusiasmo y de concentración por la tarde, camina durante tu hora de almuerzo. Una investigación reveló que incluso las caminatas suaves durante la hora de comida pueden mejorar de manera perceptible (e inmediata) el ánimo y la capacidad de las personas para manejar el estrés laboral.

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Para este estudio publicado en la Revista Escandinava de Medicina y Ciencia Deportiva, los investigadores de la Universidad de Birmingham y otras instituciones seleccionaron a los oficinistas sedentarios de la universidad.

A los voluntarios se les dijo que tendrían que estar disponibles para caminar 30 minutos, tres veces a la semana, durante su hora de comida.

$!Al principio del experimento los voluntarios se sometieron a una serie de pruebas basales de salud, condición física y estado de ánimo.

La mayoría de los voluntarios fueron mujeres de mediana edad. Puede ser difícil que los hombres se unan a programas de caminata, dijo Cecilie Thogersen-Ntoumani, la autora principal del estudio y profesora de ciencia deportiva en Curtin University en Perth, Australia.

A algunos hombres les parece que caminar no es lo suficientemente extenuante como para molestarse en hacerlo, señaló la investigadora. Sin embargo, ella y sus colegas lograron que cuatro hombres sedentarios de mediana edad se unieran al estudio.

Al principio del experimento los voluntarios se sometieron a una serie de pruebas basales de salud, condición física y estado de ánimo que revelaron que ninguno estaba en forma pero, por lo demás, gozaban de salud física y emocional.

Thogersen-Ntoumani y sus colaboradores dividieron aleatoriamente a los voluntarios en dos grupos, uno de los cuales empezaría un programa sencillo de diez semanas de caminata, mientras que el segundo grupo esperaría y comenzaría su rutina de caminata diez semanas más tarde, y mientras tanto funcionaría como grupo de referencia.

Para poder evaluar el estado de ánimo de las personas, los científicos les ayudaron a configurar una aplicación en sus teléfonos que incluía una lista de preguntas sobre sus emociones. Las preguntas estaban diseñadas para medir los sentimientos de los voluntarios en términos de estrés, tensión, entusiasmo, carga de trabajo, motivación, fatiga física y otras cuestiones relacionadas con su percepción de la vida y el trabajo.

$!No hubo distancia ni intensidad prescritas de manera formal para las caminatas. El único parámetro era que debían durar 30 minutos.

Después, el primer grupo comenzó a caminar. A todos los voluntarios se les permitió caminar durante una de varias sesiones a la hora de la comida, todas organizadas por un líder de grupo y cada quien a su propio ritmo. Quienes caminaban más despacio podían hacerlo juntos, mientras que quienes lo hacían más rápido iban adelante.

No hubo distancia ni intensidad prescritas de manera formal para las caminatas. El único parámetro era que debían durar 30 minutos, lo que según los voluntarios todavía les dejaba tiempo para comer.

Los grupos se encontraban y caminaban tres veces a la semana. Todas las mañanas y tardes de los días hábiles durante las primeras diez semanas los voluntarios de ambos grupos contestaron en sus teléfonos las preguntas relacionadas con su estado de ánimo en ese momento.

Después de diez semanas, el segundo grupo comenzó con su programa de caminatas. Al primer grupo se le permitió seguir caminando o dejar de hacerlo, según la elección de cada quien (muchos siguieron con sus caminatas a la hora de la comida).

$!Los caminantes afirmaban sentirse más entusiastas, menos tensos y, por lo general, más relajados.

Luego los científicos compararon todas las respuestas, tanto grupales como individuales. En otras palabras, analizaron si el grupo que había caminado había respondido las preguntas de manera diferente que quienes no habían caminado, y también si los voluntarios respondían cosas distintas en las tardes de los días en que habían caminado en comparación con los días en que no lo habían hecho.

Resultó que las respuestas eran sustancialmente diferentes cuando habían caminado. En las tardes, los caminantes afirmaban sentirse más entusiastas, menos tensos y, por lo general, más relajados y capaces de resistir que cuando no habían caminado e incluso con su propio estado de ánimo de la mañana antes de la caminata.

Aunque los autores no midieron directamente la productividad en el lugar de trabajo “ahora hay bastante evidencia de investigación sólida de que sentirse más positivo y entusiasta en el trabajo es muy importante para la productividad”, dijo Thogersen-Ntoumani. “Así que es muy posible que la gente que caminó fuese más productiva”.

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