Los Medici, una historia de poder absoluto
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Entrevista a Lorenzo de Medici II, el último descendiente de la famosa familia de gobernadores y mecenas de Florencia
Basta oír el nombre de Lorenzo de Medici para evocar a Lorenzo el Magnífico, Príncipe de Florencia, diplomático, banquero, poeta, filósofo y principal exponente de una poderosísima familia que durante tres siglos tuvo en sus manos las riendas del poder absoluto.
Aunque ese Lorenzo de Medici murió hace 525 años, su herencia sigue viva en el Lorenzo de Medici actual, el último de los Medici en sentido literal.
Ni él ni su hermano tienen hijos, así que con ellos se extinguirá una familia que ha existido durante 800 años, que financió a poetas y artistas como Miguel Ángel, Dante Petrarca, Boticelli, Donatello y Leonardo da Vinci. Una familia que ha dado al mundo reyes, príncipes y no uno sino tres Papas.
El Lorenzo de Medici contemporáneo nació en 1951 en Milán, y estuvo presente en el reciente ‘Hay Festival de Segovia’, para presentar el primer capítulo de la serie de Netflix, titulada ‘Los Medici: Maestros de Florencia’.
La ocasión fue aprovechada por BBC Mundo para entrevistarlo.
Pregunta. Los Medici dominaron Florencia durante tres siglos, desde el año 1400 al 1700. ¿Cómo lo consiguieron?
R. El punto fuerte de los Medici fue la mercadotecnia, ellos eran fantásticos en eso, sabían venderse muy bien.
De hecho, familias como los Rockefeller han tratado de imitarnos pero no han conseguido llegar hasta donde nosotros llegamos.
Hay que tener en cuenta que la fuerza y el poder de los Medici no procede de una sola persona, sino que toda la familia trabajaba unida en la misma dirección. Por ejemplo, todos los miembros de la familia Medici tenían su propia colección de arte, y eso nos distinguía de otras familias.
P. ¿En qué consistía exactamente la mercadotecnia de los Medici?
R. Consistía en hacer obras públicas de gran relevancia. Por ejemplo, la mayor operación de marketing de los Medici fue colocarle la cúpula a la catedral de Florencia, una cúpula que hasta entonces nadie sabía cómo hacer y que acabó realizando Filippo Brunelleschi.
La cúpula de la catedral de Florencia fue una obra pública muy visible que sirvió para fortalecer, consolidar y aumentar el poder de los Medici.
P. ¿Por qué cayeron los Medici? ¿Por qué perdieron el poder?
R. Los últimos Medici cometieron errores garrafales, y el más grave de todos ellos en mi opinión fue abandonar la banca.
Los Medici eran inmensamente ricos, y esa riqueza procedía de la banca. Por eso, al abandonar el sector bancario, perdieron su principal fuente de poder.
Y lo abandonaron porque llegaron a la conclusión de que no era correcto que quienes ostentaban el poder político tuvieran en sus manos también el poder económico.
P. La familia Medici le dio a la Iglesia tres Papas…
R. Tres Papas verdaderos y uno falso. León X, Clemente VII y León XI eran Medici. Pío IV se hacía pasar por Medici, pero en realidad no lo era: se llamaba Medicino, pero se cambió el apellido a Medici porque le parecía más prestigioso.
Tener un Papa en la familia era fundamental, porque el Papa representaba el poder con mayúsculas. Los emperadores tenían que ser coronados como tales por el Papa.
P. Nicolás Maquiavelo vivió en tiempos de Lorenzo de Medici, y su obra cumbre, ‘El Príncipe’, se la dedicó a él…¿Podría decirse que los Medici fueron maquiavélicos?
R. Con toda seguridad sí, los Medici eran maquiavélicos.
Para mantenerse en el poder 300 años hay que ser por fuerza maquiavélico. Además, en esa época la lucha entre las familias por el poder era durísima. Los Medici se enfrentaron durante siglos a otras familias. Eso, obviamente, creó mucho odio y mucho celo.
P¿Cuál de todos los Medici es su preferido?
R. Ana María Luisa, una Medici bastante desconocida, que fue fundamental para Florencia y toda la región de Toscana.
María Luisa de Medici no tuvo hijos y, en lugar de dejar todo a sus primos y demás familiares para que de ese modo su colección de arte se dispersara, decidió regalársela a la ciudad de Florencia. Así surgió el primer museo del mundo.
Todas las maravillas del arte que hoy se pueden contemplar en Florencia vienen de ella.
P. La historia de los Medici tiene también una cara llena de odios, intrigas y luchas feroces…
R. Sí. Los Medici tenían enemigos acérrimos, y es comprensible que los tuvieran: exiliaron a muchas familias de Florencia, les expropiaron sus bienes… Para mantenerse en el poder en aquella época había que tener pocos escrúpulos, y no creo que en la actualidad haya cambiado mucho la situación. La lucha por el poder oculta muchos delitos.
P. ¿Cómo educaron los Medici a los hijos de la familia?
R. A mi hermano y a mí nos educaron con la idea de que formamos parte de una familia especial, una familia aparte, una familia ex reinante que siempre ha estado en el punto de mira, en el ojo del huracán. Y eso crea ciertos problemas.
Por ejemplo, se nos ha dicho que no debemos expresarnos públicamente a favor de un partido político, ni debemos emitir juicios a favor de éste o en contra de aquel…
A los Medici nos educaron para mantener en alto el nombre de la familia, y creo que lo hemos conseguido. De hecho, en los últimos años no ha habido escándalos en la familia Medici.
P. Después de ocho siglos, los Medici están a punto de extinguirse porque ni usted ni su hermano, los últimos descendientes de esa familia, tienen hijos…
R. Así es el destino. Yo me he casado varias veces, y mi hermano también, pero ninguno de los dos hemos tenido hijos. Es realmente milagroso que los Medici hayamos llegado hasta hoy.
Un plus del editor
A propósito de los Medici, yo era muy pequeño (12 años) cuando tuve el primer contacto con ese destacado apellido. A esa edad y sin televisión, en esos tiempos uno se interesaba en pocas cosas, pero en mi caso el interés me llevó a una pequeña y misteriosa colección de libros que mi padre guardaba celosamente bajo llave en el buró de su habitación.
Uno de esos libros se titulaba ‘Catalina de Medici’ (su nombre verdadero era Caterina Maria Romula di Lorenzo de’ Medici’ ) y, aunque usted no lo crea, me decidí a leerlo (pero era demasiado para un niño de tan solo 12 años).
Ahora (60 años después) cuando vuelvo a toparme con Los Medici al leer este artículo, me he sentido atraído a revivir los viejos recuerdos. ¿Encontraré en algún lado a ‘Catalina de Médici’?
(Irene Hernández Velasco/BBCMundo)