Maximiliano, la infortuna de un emperador
Con la conferencia a cargo del maestro Adolfo Castañón, dieron comienzo las actividades del coloquio ‘El triunfo de la república’ en el Centro Cultural Vito Alessio Robles
El maestro Adolfo Castañón presentó el martes 19 de septiembre en el Centro Cultural Vito Alessio Robles y a través de los textos de varios autores, algunas de las realidades del mandato de Maximiliano de Habsburgo, en particular aquellas que se desarrollaron durante y previo a su ejecución en el Cerro de las Campanas en Querétaro.
Castañón comenzó su conferencia presentando la idea de que este personaje, 150 años después de su muerte, aún sigue dando de qué hablar.
“Es un hecho que todavía se sigue discutiendo como materia de interés público, por ejemplo, el 13 de junio de 2017 el Instituto Nacional de Estudios de la Revolución en México convocó a un coloquio para revisar el juicio a Maximiliano de Habsburgo”.
Luego dio lectura a una carta del profesor Miguel López Ávila a su amigo Antonio García Carrillo, que identificó como uno de los primeros documentos que se realizaron sobre el fusilamiento de Maximiliano, redactado el 17 de junio de 1867.
“Apreciable Toño, ayer como a la una de la tarde fuimos a la alameda de esta ciudad todas las fuerzas que ocupamos esta plaza y después de haber cargado nuestras armas nos dirigimos al Cerro de las Campanas a cuyo pie formamos el cuadro para fusilar a Maximiliano, Miramón y Mejía; y como allí no hay una pared a propósito, se mandó que se improvisara una con adobes que sirvieron de trinchera al emperador hace treinta y tantos días.
“Todos esperábamos con ansia el desenlace porque el sol estaba derritiéndonos, pero se recibió una contraorden y nos devolvimos a nuestros cuarteles haciéndonos mil conjeturas”.
Los aliados de Maximiliano que se atrevieron a aplazar la ejecución y tramar una fuga no pudieron hacer mucho, pues una carta de Juárez ordenó que se acatara su mandato y en el lugar designado fueran fusilados Maximiliano, Miramón y Mejía.
El emperador de México llegó con la aprobación de las clases aristocráticas de entonces, pero, contrario a lo que esperaban, el monarca compartía algunas de las ideas liberales de Juárez y buscó implementarlas durante su corto mandato, lo que provocó que lo abandonaran en el poder.
Restringió el horario laboral y prohibió la mano de obra infantil, además de que la emperatriz realizó obras de caridad con los más pobres e incluso se habla de que le ofreció un trato al presidente mexicano donde, si reconocía el nuevo imperio, le otorgaría el puesto de Primer ministro.
Castañón mencionó que Habsburgo reconoció también el valor cultural de los idiomas indígenas y que buscaba rescatarlos, contrario a las filosofías liberales de Juárez, quien los consideraba detrimento de la República y por lo que procuró la reeducación de los indígenas.
“Maximiliano estaba perdido, estaba perdido porque le faltó México, no supo ganárselos. Estaba solo, no lo apoyaron ni franceses ni conservadores. A él le repugnaba la idea de la huida. Lo mejor era para él entonces buscar la manera de que su imperio terminara en la forma más digna posible, que fue la más trágica”, comentó el maestro.
El emperador mexicano murió no sin antes dirigirle una sentencia a los mexicanos y que fue citado por el mismo Castañón según la biografía de Egon Caesar Corti, “Mexicanos, voy a morir por una causa justa. Quiera Dios que mi sangre haga la felicidad en mi nueva patria, ¡Viva México!”
Según el texto de Lord Acton, Maximiliano se dirige a Juárez en una carta: “Renuncio a mi vida de manera voluntaria, si el sacrificio puede suscitar el bienestar de mi nuevo país, pero nada crecerá de un suelo saturado de sangre, y por eso lo conmino a que la mía sea la última derramada”.
La vida de Maximiliano I está envuelta en narraciones románticas y pasajes históricos memorables que lo colocan como una figura primordialmente trágica. Fue un aventurero, por ello aceptó la invitación de Napoleón III par venir a nuestro país. Aceptó a la insistencia de los conservadores nacionales para gobernar el Segundo Imperio Mexicano, pero desde su llegada el futuro no fue prometedor.
DATOS
> Adolfo Castañón nació en la ciudad de México el 8 de agosto de 1952.
> Es poeta, ensayista, editor, crítico literario y bibliófilo estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
> Gastrónomo autodidacta, miembro del consejo de redacción de varias revistas en Latinoamérica: La Cultura en México, ¡Siempre!, Vuelta, Letras Libres y Gradivia.
> Obras destacan Alfonso Reyes, caballero de la voz errante (1988), Arbitrario de literatura mexicana (1995), La campana y el tiempo (2003), Viaje a México: ensayos, crónicas y retratos (2008), y Grano de Sal (2009).
> Premios: Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2010. Caballero de la Orden de las Artes y de las Letras por la república francesa; Premio Internacional de Ensayo de Argentina.