Muestran en teatro las tendencias de la vida contemporánea

¿Haces lo que es correcto o lo que es conveniente? Es una de las preguntas que “El #Trend de la Soledad” pone sobre la mesa, sin dar más que posibilidades de respuesta, durante su monólogo sobre ciertos personajes y su respectivo desenvolvimiento en la vida contemporánea.

“El #Trend de la Soledad“ es una obra, escrita, dirigida y actuada por Luis Javier Alvarado del Grupo Ecléctico de Teatro y la Asociación Cultural Rodas AC, es una sátira entorno a las actitudes de las personas en la sociedad actual, contada a través de las historias de cinco personajes, avatares de un hombre polifacético y anónimo, que para efectos de esta nota se le llamará El Narrador.

El Narrador se presenta ante el público rodeado de luces, bailando al ritmo del jazz, dominando el cabaret diseñado con muebles y elementos blancos y negros. Él mismo viste este contraste, aunque de manera brillante y estrafalaria. Porta un paraguas blanco, de plástico, que durante la puesta en escena se convertirá en bastón, en escopeta y en una serie de objetos adecuados para la ocasión.

Porque al igual que el bastón cambiará de función, así también el personaje de Alvarado encarnará a cada personaje y mutará sus expresiones y manierismos en los de la nueva persona.

La primera en aparecer sobre el escenario es la irremediable Sally. Se comporta como una adolescente, pero ya hace varios lustros que dejó de serlo. En una noche de bares toma la decisión, incitada por el alcohol, de contactar por mensaje a su ex novio, lo que desata una conversación donde las nostalgias y rencores son el motivo detrás de cada palabra.

Por supuesto, la chica involucra a su mejor amiga mientras que El Narrador —omnisciente, por supuesto— entra y sale constantemente de estos personajes para aclarar al público uno que otro detalle y dar su ácida opinión sobre la situación.

De manera similar este catálogo de la vida contemporánea presenta la historia del Perfecto Roy Leclerc, nombre artístico para un hombre que ha encontrado en las prácticas progresivas del mainstream, como ser vegano, practicar yoga, hacer modelaje profesional y compartirlo todo en sus redes, como un gurú de la sabiduría ancestral, el escape y la manera adecuada para llenar esos huequitos en su vida.

Luego está Dennis Dupeyrón, Dueño de Todo. El magnate de rígida (pero saludable) rutina que nació entre la clase media y se las arregló para subir al “último piso del edificio más cotizado en la zona más cotizada de la ciudad”, desde donde rige con el puño lleno de dinero todo lo que su vista alcanza a observar, con políticos y otras autoridades rogándole favores, apretando un poco más cada vez la soga alrededor de sus cuellos.

Corina la Bailarina, soñadora y perfeccionista estudiante de este arte escénico, de rutina sencilla y sin presunciones, encuentra en su viaje en autobús su antítesis en la forma de La Colorimetrista, mujer altiva que con orgullo cuenta la historia de cómo llegó a aprender en la mejor escuela a “mezclar colores, tintes, medir cantidades” o en palabras más ligeras, pintar el pelo y termina congeniando con la muchacha, quien se despide dispuesta a pasar su examen en la academia de baile.

“El #Trend de la Soledad” puede ser tan cómico o tan serio como el espectador guste. Los temas que presenta son todos sujetos a la crítica de su autor, quien en ocasiones deja al aire la propuesta para permitir al público que llegue a sus propias conclusiones, mientras que en otras es más puntual sobre su opinión personal.

El espectáculo que ofrece demuestra la capacidad de Luis Javier Alvarado como artista, pues es capaz de convencer a la audiencia de la existencia de más de un personaje en escena, además de entretener con los números musicales que anuncian el fin de una narración y el inicio de la siguiente.

La puesta en escena, estrenada el pasado noviembre del 2017, tendrá una corta temporada, durante este mes de febrero, en la que se estará presentando todos los viernes en punto de las 20:00 horas en el Teatro de Cámara de la Casa de la Cultura, con un costo de 80 pesos por persona.

Es un recomendable espectáculo para adolescentes y adultos que apunta a remover en la consciencia las ideas sobre cómo vivimos la actualidad, aunque decir si lo logra o queda en manos del público.