Noches Blancas: el solsticio de un amor anhelado
Celebrando el natalicio del escritor ruso Fiódor Dostoievski, uno de los dramaturgos que retrató casi con perfección el “alma” de los seres humanos con sus relatos, hablaremos de una de sus primeras y menos conocida novela
Una trama sencilla que apenas cubre poco más de cien páginas. Historia de amor joven. Elegía sobre la soledad y el desdén. Noches Blancas es todo esto, ya que la historia transcurre en tan solo cinco días: cuatro noches y una mañana para ser exactos. Solo existen dos personajes principales – el arquetipo “chico conoce chica” que ya conocemos todos –; por esto exiten varios factores que vuelven esta historia un clásico.
El título de la misma novela nos indica la atmósfera del relato. Existe un personaje que actúa sobre los demás. Si les son familiar las películas de Kurosawa, sabrán que el clima es algo importante en la ambientación de una historia.
Las noches “blancas” y prolongadas simbolizan un espacio donde el amor imperará y las ilusiones pueden existir. Nástienka se aparece ante el protagonista, cuando él más lo necesita.
El mundo real/la soledad ha rodeado al protagonista sin nombre. ¿Seré que ésta joven lo salve de la crueldad del mundo?
Recomendamos ampliamente que lean la novela o vean sus adaptaciones fílmicas. Aquí presentamos un enlace a la adaptación de Luchino Visconti de 1959, con los actores Marcello Mastroianni y María Schell en los roles de los protagonistas.
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