Nombran ‘Jesús Valdés’ al Teatro de Cámara del Teatro de la Ciudad Fernando Soler
Con una charla que revivió memorias del actor entre la comunidad teatral de Saltillo se llevó a cabo el nombramiento oficial del Teatro de Cámara Jesús Valdés.
En memoria del legado no sólo artístico sino sentimental que dejó el actor Jesús Valdés para el teatro saltillense, la cámara de teatro del Teatro de la Ciudad Fernando Soler recibió su nombre, rindiendo así honor a su labor y en la espera de que la remodelación de este espacio enaltezca la actividad teatral venidera.
Tras aplazar la fecha del evento y a pesar de que las actividades de la cámara iniciaron el pasado jueves, fue la noche de este martes que se llevó a cabo el nombramiento oficial.
Afuera del teatro el cielo estaba gris y algunas gotas frías llegaban a caer. Al ingresar al anexo el sentimiento era diferente: toda esa gente que comúnmente se ve sobre el escenario ‘actúa’ natural.
Los saludos no acaban, todos han compartido las tablas en algún momento y no era posible avanzar un metro sin que unos u otros se ofrecieran cuando menos un abrazo ‘golpeadito’.
En punto de las 20:00 hor, Gustavo García, Jesús Cervantes, Mónica Almanza, Javier Villarreal, Rogelio Palos, Gabriel Neaves, Luis Falcón, Mabel Garza, Raúl Bustos, René Gil, Armando Quiñones, Cirilo Recio, hermanos y familia de Valdés entre otros estaban presentes.
Horas antes el mismo Gustavo García hacía el anuncio de que durante la charla “Jesús Valdés y teatro norestense” se llevaría a cabo un evento histórico en el que no sólo deberían estar presentes los miembros de la comunidad artística, sino el Gobernador del Estado, El presidente del Congreso y representantes de las instituciones nacionales y regionales de cultura como el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Sin embargo sólo estuvo presente en representación de la secretaria Ana Sofía García Camil, José Luis Rodríguez Sena, director de Desarrollo Cultural de la Secretaría de Cultura del Estado, quien describió a la comunidad artística del teatro en Coahuila como una familia sólida.
“Desde la SEC buscamos aprovechar las oportunidades que se nos presentan para fortalecer y ofrecer mejores condiciones de trabajo a los creadores escénicos, convirtiéndose desde ahora en un laboratorio por excelencia para la formación de nuevas generaciones de mujeres y hombres dedicados a las artes escénicas”, dijo.
Cornelio Cepeda, director del teatro, señaló que durante años una de las mayores dificultades para la renovación del sitio era la altura, que no permitía la construcción de un escalonado para la instalación de las butacas, entre otros motivos que durante años postergaron el plan de mejorar la zona.
Fue con la renovación de los baños del teatro que se pudo llevar a cabo la obra que extendió el teatro de cámara, instaló un equipo de audio e iluminación teatral, una butaquería con capacidad para 100 personas, vestimenta teatral y un escenario verdadero.
“Desde los años 90 se había planteado arreglar este espacio que no funcionó por un tiempo más que como cafetería y que tenía muchos problemas como la falta de recursos, e incluso hasta la falta de imaginación porque recursos iban y venían”, añadió Sena.
Se invitó a los hermanos del actor y algunos directores, actores y amigos del ‘bisonte blanco’ a develar la placa en la que se leía que “este espacio desde hoy lleva el nombre de Jesús Valdés Oyervides en póstumo reconocimiento al legado que dejó quien en vida fuera actor, director y maestro de teatro, formador de varias generaciones de artistas…”.
“Gracias por permitirnos emocionarnos de nuevo con la memoria de Jesús, les agradecemos mucho a nombre de la familia”, dijo uno de sus hermanos.
Volvieron todos a su sitio y dio inicio la charla en la que el actor regiomontano Luis Martín y la actriz saltillense Lety Villalobos, recordaron sus experiencias con Valdés.
Entre risas y miradas cómplices, todos dentro del ahora teatro de cámara Jesús Valdés añoraron los viajes, las puestas en escena, las enseñanzas y las anécdotas con el actor.
Martín, quien décadas atrás conoció a Jesús, cerró mencionando que “ante todo era un buen hombre en el más amplio sentido del significado. Rechazó la vida puramente material y ordinaria, hizo a un lado la riqueza y la comodidades para vivir congruentemente la búsqueda en el cinismo del ser humano ideal; desde 1968 encontró en el teatro el camino a su vocación de entregar a los demás sus emociones, sus creencias, la divulgación de su ideología y la lucha cotidiana”.
La ceremonia finalizó con la proyección de un video realizado por Rogelio Palos con una serie de fotografías que mostraban al actor desde joven hasta su último papel donde interpretó a Leonardo Da Vinci, un maestro que cercano al final buscó contagiar de su pasión a su discípulo.
Entre lágrimas y abrazos fraternales, poco a poco los asistentes abandonaron la sala, para brindar y conversar unos minutos más.