Pero, ¿cómo llega un gusano a tu cerebro?

Vida
/ 11 mayo 2024

Los parásitos cerebrales son mucho más que gusanos. Hay “legiones” de organismos que pueden afectar al cerebro

Por: Dana G. Smith and Dani Blum

Agua contaminada, carne poco cocida, mariscos en mal estado o la caja de arena de los gatos son algunos escenarios posibles de transmisión.

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Robert F. Kennedy Jr. reveló que, al parecer, un médico encontró un gusano muerto en su cerebro, lo que ha suscitado preguntas sobre qué son los parásitos cerebrales, los daños que pueden causar y cómo llegan allí exactamente.

¿Cómo aparecen los parásitos en las personas? ¿Y qué pueden hacerle al cerebro?

Los parásitos cerebrales son mucho más que gusanos. Hay “legiones” de organismos que pueden afectar al cerebro, dijo Scott Gardner, profesor de Ciencias biológicas de la Universidad de Nebraska-Lincoln, quien se especializa en parásitos. Además de los gusanos, entre los parásitos comunes del cerebro se encuentran organismos unicelulares como el Toxoplasma gondii y algunas amibas.

El daño varía en función del tipo de parásito y de dónde se aloje en el cerebro. “Algunos invaden activamente los tejidos y los destruyen”, explicó Daniel Pastula, jefe de enfermedades neuroinfecciosas y neurología global de la University of Colorado Medicine. Otros causan problemas por la reacción inflamatoria que desencadenan.

Tenias

Los seres humanos suelen estar expuestos a las tenias a través de alimentos crudos o poco cocinados o a través de alimentos contaminados con materia fecal.

“Muchas de estas cosas se transmiten a los humanos a través de las heces”, dijo Edith L. Graham, neuróloga de Northwestern Medicine.

Los médicos consultados por The New York Times especularon que lo que Kennedy describió fueron síntomas de una infección por larvas de la tenia del cerdo, Taenia solium, uno de los varios tipos de tenia que pueden infectar el cerebro. Cuando una persona ingiere accidentalmente huevos de tenia del cerdo, los huevos eclosionan en los intestinos y las larvas pueden viajar a otros órganos, incluido el cerebro. Allí forman quistes, causando una enfermedad conocida como neurocisticercosis.

La infección puede tardar meses, o incluso años, en manifestarse. Los síntomas varían según el número de quistes que se formen y su localización. (Pueden formarse quistes en los ojos, los músculos y la médula espinal). En general, las personas con neurocisticercosis sufren dolores de cabeza y convulsiones, y a veces se sienten confundidas, les cuesta prestar atención y tienen problemas de equilibrio. La enfermedad puede ser mortal.

Amibas

Otro tipo de parásito que puede afectar al cerebro es la amiba comecerebros. Las infecciones de este tipo son extremadamente raras, pero pueden provocar una inflamación potencialmente mortal del cerebro o la médula espinal, explicó Tajie H. Harris, profesora asociada de neurociencia de la Universidad de Virginia. Los organismos entran por la nariz cuando la gente se baña en lagos y ríos, y luego viajan hasta el cerebro. Las personas también se han infectado al utilizar lavados nasales o rinocornios u otros enjuagues sinusales con agua no tratada o no esterilizada.

Toxoplasmosis

Una de las infecciones cerebrales parasitarias más comunes es la toxoplasmosis. Más de 40 millones de personas en Estados Unidos pueden estar infectadas por el parásito que causa esa infección, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Las personas pueden infectarse al comer carne poco cocida o marisco contaminado, al beber agua contaminada o al ingerir accidentalmente el parásito que se halla en las heces de los gatos, como cuando limpian las cajas de arena.

El parásito que causa la toxoplasmosis puede persistir en los seres humanos durante años —potencialmente, durante toda la vida— pero la mayoría de las personas no desarrollan síntomas. “En la mayoría de los casos, nuestro sistema inmunitario hace un trabajo asombroso a la hora de manejar y tratar este parásito, lo que nos permite vivir nuestra vida sin enterarnos”, dijo Harris.

Pero puede ocasionar que algunas personas se sientan como si tuvieran gripe. Las personas con sistemas inmunitarios debilitados corren el riesgo de sufrir enfermedades graves y daños cerebrales si se infectan, y los fetos en desarrollo pueden verse gravemente afectados si las mujeres embarazadas están expuestas. (Por eso a veces los médicos aconsejan a las embarazadas que eviten entrar en contacto con la arena para gatos).

¿Cómo saber si se tiene un parásito en el cerebro?

“Uno mismo no lo sabría, a menos que alguien lo buscara”, dijo Gardner. A veces se puede analizar la sangre de un paciente para detectar anticuerpos que se producen en respuesta a un parásito. En otros casos, los médicos diagnostican las infecciones mediante una resonancia magnética o una tomografía computarizada.

Las opciones de tratamiento varían porque las infecciones abarcan una gama muy amplia. Muchas pueden tratarse con fármacos antiparasitarios, que los pacientes pueden tener que tomar durante semanas. Los médicos también pueden recetar esteroides para aliviar la inflamación. Algunos pacientes se someten a cirugía para extirpar los quistes.

En Estados Unidos, las infecciones graves por parásitos cerebrales son raras, dijo Pastula, “pero en otras partes del mundo son más frecuentes”.

Afortunadamente, muchas de estas infecciones se pueden prevenir, comentó Pastula. Para reducir el riesgo, sobre todo en los viajes internacionales, aconseja lavarse bien las manos antes de comer o preparar alimentos, cocinarlos adecuadamente y asegurarse de que el agua que se bebe está limpia.

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