Supo Luis Nishizawa fusionar técnicas pictóricas de México y Japón

Vida
/ 2 febrero 2018

Luis Nishizawa se acercó a diversos géneros y empleó con maestría técnicas que van desde el dibujo y el grabado hasta el fresco, sin olvidar la cerámica o el óleo y el temple.

El pintor, dibujante, ceramista, vitralista y escultor mexicano Luis Nishizawa es recordado en el centenario de su nacimiento, este 2 de febrero, por ser uno de los máximos exponentes de la plástica mexicana y por captar los paisajes y el color de su país a través de su obra.

Merecedor de la Medalla Bellas Artes 2013 y el Premio Nacional de Ciencias y Artes 1996, el creador Emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes nació el 2 de febrero de 1918 en Cuautitlán, Estado de México, siendo hijo del japonés Kenji Nishizawa y la mexicana María de Jesús Flores.
 
Se trasladó con su familia a la Ciudad de México, donde ingresó a la Academia de San Carlos, donde tuvo como maestros a Julio Castellanos, José Chávez Morado y Alfredo Zalce, entre otros, señala su biografía publicada en “academiadeartes.org.mx”.

Al graduarse, Nishizawa se dedicó a la docencia para compartir su experiencia con los alumnos de la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución que años después le otorgó el grado de Maestro Emérito y Doctor Honoris Causa.

Una serie de cursos de grabado en Japón entre 1964 y 1975, fueron definitorios para su trabajo artístico posterior; la influencia decisiva de esta experiencia se hace patente en un constante acercamiento, a la vez respetuoso y penetrante, del dibujo, particularmente el de paisaje.

A esto se suman sus cursos de cerámica en ese, el país de sus antepasados, y su experimentación con nuevas técnicas como la mixografía. El gobierno de Japón le concedió la medalla “Tesoro Sagrado del Dragón”.

Su primera exposición individual ocurrió en 1951 en el Salón de la Plástica Mexicana y fue a partir de entonces que destacaron sus exposiciones en el Museo de Arte Moderno de México, El Taller-Museo Nishizawa de Nagano, Japón y la exposición-homenaje "Cuatro décadas" en el Museo del Palacio de Bellas Artes, México. Tiempo después, en 1955, inició su labor docente en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. 

También participó en la Bienal Internacional de Tokio, Japón; la Trienal de Grabado en Buenos Aires; la Bienal de Sao Paulo en Brasil y el Salón Nacional de Artes Plásticas en México, entre más de 100 participaciones colectivas. 

Entre sus murales destacan los ubicados en el Centro Médico Nacional en México, el metro de Tokio, Japón, la unidad del ISSSTE en Celaya y el Centro Cultural Mexiquense en Toluca, Estado de México, (Códice); en la Sede de la Secretaría de Educación Pública (La imagen del hombre), y el edificio de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (Justicia), la última de las cuales es un mural de unos 250 metros cuadrados.

Según un perfil publicado por la Secretaría de Cultura federal, la obra de Nishizawa transitó de los temas nacionalistas al “abstraccionismo absoluto”, manifestando su deseo de perseguir aquello que se aleja de una realidad figurativa.

Luis Nishizawa se acercó a diversos géneros y empleó con maestría técnicas que van desde el dibujo y el grabado hasta el fresco, sin olvidar la cerámica o el óleo y el temple. Entre 1970 y 1972, elaboró una serie de dibujos en tinta, de gran formato, que intituló “Las Vacas flacas y los sueños rotos”.

Se trata de diseños expresionistas de gran fuerza que ofrecen una vena introspectiva y de cierta manera sombría; asimismo se trata de una faceta poco conocida de la vida del maestro.

Mientras que de la expresión más accesible y difundida del maestro, el paisaje, existe una amplia colección de dibujos y grabados de paisajes mexicanos, que muestran su maestría en este género.

Para celebrar sus 90 años de vida, la Academia de Artes y el Instituto Nacional de Bellas Artes con el apoyo del Museo-Taller Nishizawa de Toluca realizaron la exposición “De paisajes y sueños Luis Nishizawa 1918-2008” en el Museo Nacional de San Carlos

Las 32 obras que integraron la muestra plasmaban la rica geografía mexicana, con una inclinación particular por el Valle de Anáhuac y sus famosos volcanes, pero que en la mayoría de los casos se expresan con el lenguaje milenario de los dibujantes japoneses.

Además, apuntó, en su obra se encuentra un constante acercamiento, respetuoso y penetrante, con las costumbres, tradiciones y singularidades de la rica herencia cultural mexicana, de acuerdo con los especialistas.

La segunda parte de la exposición hacía énfasis en una faceta poco conocida por Nishizawa con una serie de dibujos en tinta, de gran formato, que elaboró entre 1970 y 1972. Bajo el título de "Las vacas flacas y los sueños rotos", se trata de un grupo de diseños expresionistas de gran fuerza que ofrecen una vena introspectiva y de cierta manera sombría.

Actualmente, en la Colección MACG se resguarda una importante cantidad de trabajos sobre papel, realizados en la década de los años sesenta, en pequeño y gran formato.

El maestro Luis Nishizawa murió el  29 de septiembre de 2014, a los 96 años por causas naturales en su hogar de la ciudad de Toluca, Estado de México.

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