26 de mayo no se olvida... el día en que el América logra remontada histórica ante el Cruz Azul (video)
Para los últimos minutos del segundo tiempo los aficionados celestes entonaban con lágrimas en los ojos campeón, campeón, pues iban ganando 2-0 y América tenía un hombre menos... pero aún no terminaba el partido
Siete años han pasado ya de aquella mágica noche en la historia de las Águilas del América cuando de manera milagrosa le sacaron de la bolsa el título del Clausura 2013 de la Liga MX a La Máquina Cementera de Cruz Azul en el Estadio Azteca con un pletórico Moisés Muñoz, quien se convirtió el héroe de los azulcremas por su famoso cabezazo. En aquella época, la final se disputaría entre el clásico joven, el tercero y el quinto de la tabla general. En el partido de ida La Maquina demostró su poder y con un gol amenazó con que llegaría pisando fuerte al Estadio Azteca. En el partido de vuelta, Cruz Azul parecía tocado por lo dioses; por fin harían justicia a sus fieles seguidores y es que al minuto 20 Teofilo Gutiérrez adelantaría a Los Cementeros 2 a 0 en el marcador general.
Para los últimos minutos del segundo tiempo los aficionados celestes entonaban con lágrimas en los ojos campeón, campeón; sin embargo, la historia daría un giro dramático que dejó helados a propios y extraños. Las Águilas estaban contra las cuerdas, 2-0 en el global y con un hombre de menos desde el minuto 13 y el momento mágico llegó, primero con el gol de Aquivaldo Mosqueda a 2 minutos de que finalizara el tiempo reglamentario y después el cabezazo de Moisés que desvió Castro para que Jesús Corona quedara inhabilitado en la jugada, empatando el marcador y haciendo estallar al Coloso de Santa Úrsula.
Les bastaron los últimos minutos del partido de vuelta para empatar a dos el marcador final y llevar hasta la última instancia el partido, a penales. La precisión favoreció al América que en ninguna de sus oportunidades falló. La suerte ya estaba echada y con dos errores de La Máquina, el grito de campeón, campeón cambió de bando, ahora los americanistas celebraban, tal vez, el campeonato que más sudor y lágrimas les costó. Con información de El Heraldo de México