Acribillar e incendiar la camioneta... la orden que tenían los sicarios del CJNG para ejecutar a García Harfuch

Nacional
/ 29 junio 2020

Los sicrios del Cártel Jalisco Nueva Generación también buscaban incriminar a 'El Gordo Viagra', jefe de la Familia Michoacana, en caso de ser detenidos

El pasado 26 de junio, la Ciudad de México experimentó un ataque directo en contra del secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, quien logró sobrevivir con tan solo tres impactos de balas, dos en la rodilla y uno en la clavícula. El ataque fue atribuido al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) quien habría dado la orden de también incendiar la camioneta en la que viajaba el funcionario.

Como acostumbra hacerlo el Cártel Jalisco Nueva Generación, los sicarios fueron reclutados en diversas partes del país. Chihuahua, Michoacán, Estado de México, Guerrero y Jalisco —concretamente Puerto Vallarta. Había incluso un colombiano.

Estos nunca supieron dónde estaban. Desde hace tres semanas habían ido llegando en grupos a la Ciudad de México. Algunos arribaron la noche anterior al atentado. Con el rostro cubierto, los llevaron a distintas casas de seguridad en Gustavo A. Madero y Neza. Los repartieron también en hoteles de Toluca y la alcaldía de Cuauhtémoc. 

Según la investigación, se les había aleccionado para que, en caso de caer en manos de las autoridades, señalaran como responsable del atentado a Nicolás Sierra Santana, El Gordo Viagra, jefe de la Familia Michoacana que hoy se encuentra en pugna, en la zona de Buenavista Tomatlán, Apatzingán, Nueva Italia y La Huacana, con Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, líder del CJNG.

El Centro Nacional de Investigación había logrado interceptar líneas de comunicación de la organización delictiva, por lo que el funcionario estaba al tanto de que se gestaba un operativo de alto impacto en su contra. Sin embargo, desconocía el momento en el que intentarían concretarlo.

Para realizarlo se estima que al menos 39 hombres tuvieron que participar en el atentado. 

Para el operativo se habrían comprado de contado vehículos blindados y armamento de alto poder. Además de rentarse casas, una bodega y millones de pesos en pagos para los autores materiales, quienes obtendrían como mínimo 100 mil pesos por el trabajo.

En total fueron 13 vehículos, cinco fusiles Barret, un lanzagranadas, 34 armas largas, ocho cortas, siete granadas, 96 cargadores, 39 chalecos y 51 bombas molotov.

El secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, ha tenido conflictos con el grupo de Vallarta desde que se hallaba al frente de la Agencia de Investigación Criminal. 

En febrero de 2018, por ejemplo, dos elementos de la AIC fueron detectados en Puerto Vallarta. Los “levantaron”, los grabaron arrodillados, los obligaron a leer una “confesión”, y luego los torturaron y ejecutaron. 

Sus cadáveres fueron encontrados el 15 de ese mes en Xalisco, Nayarit. García Harfuch ordenó un megaoperativo en respuesta: 40 agentes de la AIC se infiltraron por goteo en Vallarta, haciéndose pasar por turistas. 

A través de cámaras de vigilancia descubrieron que el subdirector de la policía municipal y uno de sus elementos habían entregado a los agentes a sicarios del Cártel Jalisco: 39 días después, 18 miembros del CJNG fueron detenidos por la PGR, entre ellos, el entonces jefe de plaza, Mauricio Valera Reyes, El Manotas. 

Diversas células operativas del Cártel Jalisco han sido detenidas en la ciudad de México durante operativos coordinados y ordenados por García Harfuch.

Con información de El Universal e Infobae

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