Cumplen México y España 42 años de relaciones diplomáticas… con una crisis diplomática
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A ver si hoy, a 42 años de la reanudación de relaciones diplomáticas –después 38 años de ruptura– entre México y España, no surge un conflicto diplomático
Un día como hoy 28 de marzo, pero de 1977, el presidente José López Portillo reanudó relaciones con España, rotas desde hacía 38 años, durante el periodo de la dictadura de Francisco Franco.
Se habían roto en 1939 por parte del presidente Lázaro Cárdenas, desde el triunfo de la larga dictadura de Francisco Franco que derrocó en forma sangrienta al gobierno republicano español.
Franco murió el 20 de noviembre de 1975 y era previsible una democratización de la monarquía española. El ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, fue nombrado Embajador en España.
La república española se había establecido en las elecciones celebradas en abril de 1931. Tras un periodo de inestabilidad política provocada por la derecha, el 18 de julio de 1936, desde Marruecos, Franco encabezó la rebelión fascista contra la república por “desintegrar a la patria y abrazar la causa de la revolución bolchevique”.
Después de tres años de guerra, en la que los “nacionalistas” de Franco contaron con la ayuda de la aviación nazi y la artillería e infantería italianas, cayó Madrid el 28 de marzo de 1939.
Durante la Guerra Civil española, México había sido uno de los pocos países que habían apoyado a la república. A su derrota definitiva había recibido a miles de refugiados, que realizaron grandes aportaciones al País en los campos de la educación y la cultura.
López Portillo viajó a Caparroso, lugar de origen de sus antepasados. Más tarde escribió: “Históricamente me tocó ser el primer Presidente mexicano en España y el que reanudó relaciones”.
A pesar de la ruptura de relaciones diplomáticos entre los dos países con mayor población de hablantes del idioma español, o castellano, y fieles católicos hispanoamericanos, estrellas del teatro, el cine, la televisión, la música y el deporte de ambas naciones mantenían el contacto entre sí.
Por eso fue posible que España participara en el Juegos Olímpicos de México 68 y que Rocío Dúrcal y Enrique Guzmán filmarán “Acompáñame”, bajo la mirada vigilante de la censura ibérica, igual que Mocedades y Joselito, graban discos y ofrecían conciertos.
Años después, la entrada de España a la Unión Europea impulsó el crecimiento de la economía, permitiendo que capitales españolas y mexicanos cruzaran el Atlántico en las dos direcciones.
En todo este tiempo nadie planteó la idea de que la nueva democracia española se disculpara con las culturas originarias de América por las vejaciones que les infringieron los conquistadores durante la colonización del llamado Nuevo Mundo.
A lo más que se llegó fue a promover la concepción de que la llegada de ejércitos de los reinos localizados en la península ibérica al continente americano no fue un descubrimiento sino el “encuentro de dos mundos”.
Sin embargo, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, planteó que España pida el perdón de los pueblos originarios, por la violencia con la que concretó la conquista, “con la espada y la cruz” de los soldados y los evangelizadores católicos.
A ver si hoy, a 42 años de la reanudación de relaciones diplomáticos – entre México y España, no vuelven a romperse por una petición sin sentido.