Dramatizando la voz de las calles
Saúl Enríquez trabajará con jóvenes de Saltillo una forma del teatro muy especial: aquella que parte de las experiencias reales.
Aún no sabemos de qué trata, quiénes serán sus personajes ni qué es lo que van a decir, pero la historia que el dramaturgo Saúl Enríquez creará junto con un grupo de saltillenses, pero sabemos que será un eco de las calles.
Esto como parte del proyecto Barrio Escena del Instituto Municipal de Cultura, que busca llevar el teatro fuera de los escenarios y en el que Enríquez realizará el laboratorio “Dramaturgia de mi calle: memoria e invención” durante 12 días teniendo como resultado un texto teatral.
Armando Tenorio, coordinador teatral del IMCS, explicó que esta será la forma en que se desarrollará el proyecto de la Compañía Municipal de Teatro, que se llevará a escena en el mes de abril y será el segundo después de “Poemas para cantar desde la basura”.
“La idea es escuchar sus historias, el producto final será una obra de teatro exprofesa para ellos. Todo es a partir de su memoria y las historias que ellos han tenido en la calle, no hay una temática porque todo se va a ir desarrollando”, señaló Saúl Enríquez.
Mis historias, la nuestra
Esta técnica parte del trabajo que Saúl ha estado realizando durante 12 años en los que, principalmente compañías de teatro independiente, lo llaman para colaborar y hacer una obra, todo parte a partir de entrevistarse, conocerse y convivir.
“Yo me pongo al servicio de sus historias y así todos hacemos una historia que resuena en la ciudad, en el barrio e impactar a esa pequeña población siguiendo la lógica de hablar de nuestra aldea para resonar al mundo”, añadió el dramaturgo.
El ejercicio, que comienza este viernes, busca utilizar el factor de la memoria como el elemento creativo para un discurso teatral, partiendo de su propia experiencia en la que lejos de basarse en otros autores u otras literaturas, se inspira en anécdotas cercanas a el.
“Todos somos un cúmulo de historias y de hecho así se forman las comunidades y los seres humanos: alguien te cuenta una historia y tu la crees y la aceptas. Así somos educados en la fe, la casa. A eso le sumas tu experiencia y así vas conformando una idea o ente abstracto sobre algo o sobre una persona”, indicó.
Mientras en otros talleres Enríquez ha tenido premisas para desarrollar el ejercicio, en esta ocasión no es así y aunque el plan no es rígido, los jóvenes van a explorar técnicas del teatro como la improvisación, mapas de memoria, geografía del dolor y otros elementos propios del teatro.
El teatro de todos
Reflexionando sobre su quehacer, Enríquez asegura que la sociedad se ha encargado de encerrar el teatro en una visión que lo ubica sólo como actores que se preparan y se presentan, cuando en realidad se trata de una herramienta.
“El teatro no es es un ritual que esté conformado y que no ofrece variaciones, creo mucho en el teatro como una herramienta social, porque hay una confrontación con el otro, vivimos tiempos donde lo que falta es compasión y la empatía y el teatro permite eso”, dijo.
Además señaló que lo primero que le gusta decir a sus compañeros cuando tiene laboratorios, es que no hay lugar más seguro que el teatro pues te permite experimentar sin importar la profesión u oficio que ejerzas, ya que esta diversidad nutre las posibles historias con encuentros de saberes y experiencias de vida.
“A me gustaría que hubiera un programa en México, como en Argentina, en donde independientemente de a lo que te dediques, el carnicero, la maestra, el maestro de danzón se reúnan en las tardes a hacer teatro”, señaló.
Añadió que así se aprovecharían los beneficios del teatro comunitario, que si bien no imita la estética del teatro tras puertas, es igual de válido, aunque reconoce Saúl que para ello debe explorarse, ponerse en contexto y llevarse a las calles.
Homenaje
En sus ejercicios Saúl busca un punto de conexión, algo en común o que otorgue las claves para crear una historia representativa de la comunidad con la que trabaja. Tal es el caso de “Pequeñas historias de amor para personas solas”, obra escenificada por el colectivo independiente y juvenil Calaverita de Azúcar dirigida por Efrén Estrada, misma que Enríquez desarrolló en un laboratorio con jóvenes de la Universidad Anáhuac.
“Es un texto muy curioso, llegaron muchos jóvenes y lo que hice fue crear pequeñas viñetas que fueran interconectándose de manera que fuéramos logrando los lugares comunes del amor explorados con sátira, pues la intención si era jugar con los estereotipos dado el público al que estaba dirigido: universitarios jóvenes”, explicó.
Además de la temporada que realizan en Casa Verde los jueves de febrero, realizarán una función especial el viernes 17 dada la visita de Saúl a la ciudad.
“Me gusta mucho el movimiento teatral que se está generando en Saltillo, si trabajan todos juntos, como veo que lo están haciendo, creo que el teatro irá creciendo y madurando poco a poco”, finalizó el dramaturgo.
¡No te lo pierdas!
Pequeñas historias de amor para personas solas
Fecha: 17 de febrero:
Lugar: Casa Verde
Hora: 20:30 horas
General 80 pesos
Estudiantes e INAPAM 50 pesos
El dato:
> Saúl Enríquez es originario de La Antigua, Veracruz.
> Es reconocido por ser impulsor del teatro en Quintana Roo, donde actualmente radica.
> Es dramaturgo, actor, director y docente.