El outsorcing del narco... Cártel Jalisco Nueva Generación 'subcontrata' sicarios para hacer el trabajo sucio

Nacional
/ 3 julio 2020

El más claro ejemplo de subcontratación ocurrió recientemente en el atentado contra el jefe de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch

La subcontratación de empleados u outsorcing es una estrategia a la que recurren muchas empresas a nivel mundial. Incluso, los cárteles de la droga han recurrido a ella.

Como una estrategia para hacer más eficiente su operación, los cárteles de la droga utilizan el outsorcing para subcontratar a integrantes de otros grupos delictivos y concentrarse por completo en el negocio del narcotráfico mientras los otros se dedican al trabajo sucio: quitar obstáculos, sean materiales o humanos.

El más claro ejemplo de subcontratación ocurrió recientemente en el atentado contra el jefe de la policía de la Ciudad de México, Omar García Harfuch, el pasado 26 de junio.

Ese día, García Harfuch sobrevivió a un atentado cometido a las 06:35 horas. El vehículo en el que viajaba fue emboscado en Lomas de Chapultepec, una de las zonas más exclusivas de la capital del país.

La organización criminal recluta sicarios ajenos al grupo élite de Nemesio Oseguera Cervantes, "El Mencho", para evitar filtraciones de información en los niveles de gobierno

Según informaron las autoridades los criminales atravesaron una camioneta para interceptar el paso al funcionario, que recibió tres impactos de bala en la rodilla, el hombro y la clavícula. García Harfuch fue reportado fuera de peligro tras la agresión cometida por 28 sicarios y que dejó 19 detenidos, entre ellos el supuesto autor intelectual, José Armando “N”, alias “El Vaca”.

Este hombre es responsable, según los informes de inteligencia, de enrolar pistoleros al Cártel Jalisco Nueva Generación y entrenarlos para ejecuciones. La FGJCDMX señaló que “El Vaca” habría reclutado a los sicarios que atacaron al jefe policíaco, bajo la promesa de pagarles 100,000 pesos, darles un seguro de vida y hacerse cargo de su familia en caso de ser asesinados o detenidos.

El cometido de los criminales debía ser tener cubierta toda la ruta desde el Poniente hasta el Centro de la ciudad, por la que pasaría la camioneta del mando y su convoy de resguardo.

El atentado se organizó mediante cuatro células con siete sicarios cada una, quienes una semana antes del crimen recibieron un entrenamiento exprés para el uso de armas de alto calibre Barret .50.

Ha trascendido que los seis vehículos que usaron en el ataque portaban placas falsas, igual que los documentos encontrados en los cateos a las bodegas e inmuebles que sirvieron de base de operación del Cártel Jalisco Nueva Generación, entre ellos tarjetas de circulación y licencias de conducir.

Con información de Infobae

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