El último aplauso para Chente
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“Mientras ustedes no dejen de aplaudir, no dejo de cantar”, suele decir Vicente Fernández en conciertos que se tornan maratónicos, pero hoy recibirá su última ovación al despedirse de los escenarios luego de 50 años de carrera
Chente se despide en grande y no es para más. En su país, México, nadie le puede disputar su lugar como el “rey de la música ranchera”, es un ícono reconocido que lleva en su haber dos premios Grammy, ocho premios Grammy Latinos, 14 Premios Lo Nuestro y una estrella en el Hollywood Walk of Fame. Su discografía se remonta a “La Voz Que Usted Esperaba” de 1967 y su más reciente disco, “Muriendo de Amor”, lo lanzó en el 2015, pero entre estos dos existen más de 80 álbumes que le han valido un lugar privilegiado dentro de la música mexicana.
Más de 95 mil personas podrían acudir hoy al Estadio Azteca para despedirse de su ídolo, un personaje que le ha cantado al amor por 50 años, pero su talento no se queda ahí, en 1971 Vicente Fernández filmó su primer protagónico en la pantalla grande, lo hizo en “La Ley del Monte”, así le seguiría hasta alcanzar 32 películas, entre ellas “Mi Querido Viejo”, “Por Tu Maldito Amor”, “Un Hombre Llamado el Diablo”, “Matar o Morir” y “El Cuatrero”.
El también llamado “Charro de Huentitlán” seguramente deleitará a sus más fervientes admiradores con éxitos como “La Ley del Monte”, “Acá entre Nos”, “Por Tu Maldito Amor”, “Volver, Volver”, “Me Voy a Quitar de En Medio”, “De Que Manera te Olvido”, “La Diferencia”, “Estos Celos”, “El Último Beso”, “El Ranchero” y muchos más. Sus melodías serán “un regalo al público que me siguió en 50 años de carrera”, dijo el músico, quien había prometido un adiós multitudinario y gratuito. Un adiós en el que van a faltar el tequila y el mezcal, pero las ganas de cantar no.
El concierto llamado “Un Azteca en el Azteca” será grabado para aquellos que no hayan alcanzado boleto o para quienes deseen revivir la velada, así Chente hará un recorrido de los éxitos que esta noche lo convertirán en leyenda. Por algo, en el 2012, La Academia Latina de Grabación lo nombró Persona del Año, por sus logros artísticos y las donaciones que ha realizado al Fondo Nacional de Becas Para Hispanos.
Una vida para contar
Vicente Fernández Gómez nació en Huentitlán el Alto, Jalisco, un 17 de febrero de 1940 (en enero de este año apagó 76 velitas), desde pequeño se enamoró de la música ranchera y a los 14 años obtuvo el primer lugar en un concurso de canto en Guadalajara, así que comenzó a presentarse en restaurantes, bodas, grupos de amigos... “Yo terminé el sexto año y no quise estudiar, entonces mi padre, quien era ganadero, como castigo me metió a ordeñar las vacas”, contó el músico a la revista Quien en el 2012, cuando recién había anunciado su retiro de los escenarios.
Chente dijo además que tuvo que lavar coches y trabajar lavando platos en un restaurante, también fue pintor en una construcción, hasta que en el restaurante de un tío, donde trabajó como cajero, se unió al grupo musical para hacer lo que más le gustaba y le gusta hacer, cantar. Años después despuntaría su carrera. El amor también le llegó, se enamoró de una “chaparrita caderona”, y tuvo cuatro hijos, Vicente, Gerardo, Alejandro y Alejandra, esta última hermana de Cuquita (su esposa) y a quien Chente adoptó como hija propia.
Para el año de 1970 Chente ya estaba en la cima, producía álbumes exitosos y ya había debutado en el cine. En 1990 lanzó “Vicente Fernández y las Clásicas de José Alfredo Jiménez”, disco que le valió el Billboard. Le siguieron años colmados de éxitos, entre ellos el concierto que ofreció el 14 de febrero del 2009 y que rompió récord de asistencia en el Zócalo de la Ciudad de México, acudieron casi 220 mil personas.
Apenas hace dos años Vicente Fernández fue diagnosticado con cáncer en la próstata, pero el cantante ha estado bajo tratamiento, y celebra la vida con once nietos y el amor de Doña Cuquita (en diciembre de este año cumplirían 53 años de casados). De sus hijos hay muchas especulaciones, que si Alejandro es gay, que si se peleó con Vicente... estos últimos siguieron los pasos de su padre para convertirse en cantantes. A pesar de los chismes el músico afirma: “Los tres (Vicente, Gerardo y Alejandro) son excepcionales, he trabajado toda la vida para ellos”, pero por el trabajo ha durado meses sin ver a sus hijos, y también ha sufrido mucho, Vicente Jr. fue secuestrado.
Chente ha asegurado que nunca ha despegado los pies del piso. “Es mi orgullo haber nacido en el barrio más humilde, alejado del bullicio y de la falsa sociedad. Yo no tengo la desgracia de no ser hijo el pueblo. Me cuento entre la gente que no tiene falsedad”, dijo el intérprete que esta noche se despide de su público lindo y querido.