Este animal podría ser inmortal

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/ 24 diciembre 2015

Se llama hidra, un término que en la mitología griega se refiere a un monstruo con capacidad para regenerar dos cabezas por cada una que se le amputa. Un concepto del infinito que desafía la ciencia

A diferencia de la mayoría de las especies multicelulares, la hidra no muestra ningún signo de deterioro por el paso del tiempo, acorde con un estudio científico divulgado el pasado 7 de diciembre en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).

"Inicié mi experimento con la expectativa de demostrar que la hidra no podía escapar del proceso de envejecimiento", señaló el investigador Daniel Martinez, en en una entrevista publicada en el sitio de la universidad de Pomona, donde ejerce como biólogo. "Mi propia investigación me demostró que estaba equivocado, dos veces", agregó.

Las hidras forman parte de un grupo de invertebrados con forma de pequeños tubos con tentáculos en un extremo. No crecen más allá de un centímetro de largo y se alimentan de animales acuáticos incluso más pequeños que ellos.

Según Martínez, la mayoría de las células en el cuerpo de las hidras son células madre, capaces de dividirse y convertirse en cualquier tipo de célula del cuerpo. Los humanos sólo las tienen durante los primeros días de desarrollo embrionario. Por el contrario, las hidras producen células nuevas constantemente.

En 1998, Martínez y sus colegas publicaron un estudio en el que se describía cómo habían sido incapaces de hallar signos de envejecimiento en las Hidras en el transcurso de cuatro años. Para un estudio posterior, crearon pequeñas islas paradisíacas para más de 2.000 hidras. Los investigadores quisieron darles condiciones ideales.

Durante ocho años no se encontró evidencia de ningún incremento en la tasa de muertes o alguna declinación de fertilidad. Las muertes se mantuvieron constantes, a un ritmo de una hidra cada 167 por año. La fertilidad se mantuvo constante para el 80 por ciento de la población de hidras. “Creo que una hydra puede vivir para siempre bajo las circunstancias correctas”, dijo Martínez.

En estado de naturaleza las hidras mueren a causa enfermedades, depredadores y contaminación. Nunca llegan a alcanzar la inmortalidad. “El hallazgo rompe el viejo modelo de pensamiento que asumía que todos los animales debían declinar con la edad”, sostuvo Martínez. Estudiar a las hidras podría ayudar a los científicos con la pregunta sobre por qué la mayoría de los animales envejecen.

“Espero que este trabajo encienda la chispa de algún otro científico para echar una mirada más profunda sobre la inmortalidad”, dijo Martínez, y concluyó: “quizás con el estudio de otros organismos logremos echar más luz sobre los misterios del envejecimiento”.

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