Exige Merkel investigar a Volkswagen, BMW y Daimler por ensayos con humanos
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El escándalo empezó a tomar forma el fin de semana, cuando un artículo del diario "The New York Times" reveló que en 2014 un centro científico financiado por los grandes grupos Volkswagen, BMW y Daimler encargó en EU tests con macacos, expuestos durante horas a inhalar dióxido de nitrógeno (NO2)
Experimentos con monos para demostrar la supuesta inocuidad de los gases de motores diésel y la sospecha de que ensayos similares se hicieron con humanos volvieron a colocar en el ojo del huracán a los fabricantes alemanes de automóviles, a los que la propia canciller Angela Merkel exigió hoy rendir cuentas.
El escándalo empezó a tomar forma el fin de semana, cuando un artículo del diario "The New York Times" reveló que en 2014 un centro científico financiado por los grandes grupos Volkswagen, BMW y Daimler encargó en Estados Unidos tests con macacos, expuestos durante horas a inhalar dióxido de nitrógeno (NO2) con el objetivo de probar que las emanaciones de los motores diésel no eran perjudiciales para la salud.
El NO2 es un gas que irrita las vías respiratorias y que procede principalmente de los tubos de escape de los vehículos.
"Estos experimentos con monos e incluso humanos no tienen legitimación ética. La consternación que siente mucha gente es absolutamente comprensible", manifestó el portavoz del Gobierno, Steffen Seibert, al condenar estos ensayos en nombre de Merkel. Las automotrices, agregó, tienen ahora la responsabilidad de aclarar la finalidad de los tests.
El presidente del consejo de vigilancia de Volkswagen, Hans Dieter Pötsch, afirmó que la dirección de la empresa se distancia con vehemencia de estas prácticas, al tiempo que exigió un completo esclarecimiento de los hechos. "Quienquiera que sea el responsable obviamente deberá rendir cuentas", dijo. También el jefe del comité de empresa de Volkswagen, Bernd Osterloh, reclamó consecuencias.
Ya el fin de semana, Volkswagen había pedido disculpas por los ensayos con monos, que salieron a la luz en el marco de las investigaciones de la Justicia estadounidense por el escándalo de la manipulación de motores diésel descubierto en 2015. BMW y Daimler, el fabricante de Mercedes Benz, afirmaron no haber estado involucrados -directamente- en los experimentos, al parecer liderados por Volkswagen, pero también anunciaron investigaciones internas de lo sucedido.
El escándalo por los tests con monos se agudizó hoy, después de que los diarios "Stuttgarter Zeitung" y "Süddeutsche Zeitung" informaran que la Asociación Europea de Investigación para el Medio Ambiente y la Salud en el Sector del Transporte (EUGT), un centro financiado por estas tres automotrices, encargó también ensayos con 25 personas sanas que durante varias horas inhalaron distintas concentraciones de dióxido de nitrógeno (NO2).
De acuerdo con el informe de la EUGT, al que tuvieron acceso ambos diarios, el resultado de estas controvertidas pruebas, llevadas a cabo en un instituto del Clínico Universitario de la ciudad de Aquisgrán, fue que los gases no tuvieron ningún tipo de efecto perjudicial en esas personas.
Sin embargo, el director del instituto en cuestión, Thomas Kraus, negó en declaraciones a dpa que esos ensayos, llevados a cabo en 2013, tuvieran que ver con los motores diésel, que apenas dos años después se convirtieron en el centro de un escándalo de grandes dimensiones.
Más bien, indicó, el objetivo del test era averiguar los niveles de NO2 a los que los empleados están expuestos en sus lugares de trabajo. La comisión de ética de la universidad aprobó los ensayos, cuyos resultados fueron publicados en 2016, aseveró. También Volkswagen negó cualquier relación con el escándalo de los motores diésel. No obstante, la EUGT, con sede en Berlín y clausurada a mediados de 2017, financió esas pruebas.
El escándalo del diésel se destapó en septiembre de 2015, cuando Volkswagen reconoció haber manipulado 11 millones de automóviles en el mundo para hacer parecer, mediante un programa informático, que los motores contaminaban menos de lo que en realidad contaminaban para así pasar las estrictas inspecciones en Estados Unidos. La manipulación costó al fabricante alemán multas de varios miles de millones de euros.
Los ensayos en Estados Unidos con monos, según el "New York Times", fueron llevados a cabo a instancias de la EUGT en un laboratorio de Albuquerque, en Nuevo Mexico, y consistían en hacer que diez primates confinados en una pequeña recámara inhalaran durante horas los gases de los tubos de escape de un Volkswagen modelo "Beetle" y, posteriormente, los de un modelo comparable de Ford. A las hembras, para tranquilizarlas, les ponían en una pantalla dibujos animados, según la publicación.
Posteriormente, agrega el diario citando al científico encargado del ensayo, los monos fueron anestesiados y entubados para examinar sus pulmones y su sangre. La Asociación Alemana de Protección de Animales condenó duramente estos experimentos. "Ni humanos ni animales deben ser usados para ensayos sin sentido como éstos. Es inconcebible que se abuse de esta manera de seres vivos con el objetivo de colocar en las carreteras automóviles que contaminan el medio ambiente", criticó su portavoz, Marius Tünte.