Fallece la cineasta francesa Agnès Varda, figura de la "Nouvelle Vague"

Cine
/ 29 marzo 2019

La directora Agnès Varda, fallecida este viernes a los 90 años de edad, revolucionó la gran pantalla como pionera de la "Nouvelle Vague", con la que pasa a la historia junto a grandes nombres como Jean-Luc Godard.


La cineasta francesa Agnès Varda, una de las pocas figuras femeninas de la llamada "Nouvelle Vague" y galardonada con el Oscar honorífico en 2017, falleció este viernes a los 90 años, informaron medios locales.

Nacida en Bélgica, aunque de nacionalidad francesa, era uno de los rostros más conocidos del cine francés, autora de películas como "Cléo de 5 à 7", "L'une chante, l'autre pas" o, más recientemente, el documental "Varda par Agnès", difundido este mismo año.

Un cáncer se llevó la vida de esta incansable figura del celuloide francés, según un comunicado de la familia enviado a los medios franceses, en el que precisó que el fallecimiento se produjo de madrugada y rodeada de sus allegados.

Nacida el 30 de mayo de 1928 en Ixelles, en los alrededores de Bruselas, se trasladó en 1940 al sur de Francia, a Sète, en la costa mediterránea, donde conoció a Jean Vilar, fundador del Festival de Aviñón, donde dio sus primeros pasos como fotógrafa.

De esa vocación dio el salto al cine, que no abandonó hasta su último suspiro.

Varda fue, para muchos, la "abuela de la 'Nouvelle Vague'" y una de las pocas mujeres de este movimiento cultural que revolucionó el cine francés, con nombres como Jean-Luc Godard, François Truffaut, Éric Rohmer, Claude Chabrol, Alain Resnais o Jacques Demy, con quien estuvo casada hasta su fallecimiento en 1990.

En 1955, dirigió "La Pointe courte", su primera película, unos años antes de que la nueva oleada de directores pusiera patas arriba el panorama cinematográfico.

Siete años más tarde pisaba la alfombra roja del Festival de Cannes "Cléo de 5 à 7", la primera de muchas veces en las que el certamen de la Costa Azul respaldaba su talento.

El Cesar de Honor del cine francés en 2001, el René-Clair de la Academia francesa al año siguiente, la Palma de Oro honorífica en 2015, el Oscar, también honorífico, dos años más tarde, o la Cámara de la Berlinale este mismo año, son algunos de los premios que destacaron su nutrida carrera.

Feminista convencida, se sintió particularmente orgullosa de ser la primera directora en recibir el Oscar honorífico de Hollywood.

"Fue una gran directora, una gran autora (...), una mujer que no hizo más que cosas positivas (...) Se ha ido una gran dama del cine. Es una pérdida importante para el cine francés", reaccionó el director Claude Lelouch en la radio "France Info" al conocer su muerte.

Agnès Varda, la pequeña gran dama que se adelantó a la "Nouvelle Vague"

Con una vida asociada de forma indisoluble al cine francés, la directora Agnès Varda, fallecida este viernes a los 90 años de edad, revolucionó la gran pantalla como pionera de la "Nouvelle Vague", con la que pasa a la historia junto a grandes nombres como Jean-Luc Godard.

En la última Berlinale, que le homenajeó con una de su Cámaras de Honor, la cineasta ya había avisado de que comenzaba a prepararse para decir adiós: "Se trata de frenar para encontrar la paz necesaria", dijo, aunque advirtió, con su proverbial sentido del humor, de que todavía no se había convertido en “leyenda".

Varda, de nacionalidad francesa, nació el 30 de mayo de 1928 en Ixelles (Bruselas). Su familia se instaló en Sète, en la costa mediterránea francesa, en 1940, desde donde saltó a París para estudiar en la Escuela del Louvre y en la Facultad de Letras de la Sorbona.

Durante diez años fue fotógrafa asociada al Teatro Nacional Popular y cuando decidió estrenarse en el cine lo hizo sin formación específica, pero con un largometraje que la convirtió en precursora de la "Nouvelle Vague", "La Pointe Courte" (1955).

Cuando el resto de futuros integrantes de ese movimiento cinematográfico vanguardista todavía experimentaban con el cortometraje, como Jean-Luc Godard, François Truffaut, Eric Rohmer, Claude Chabrol o Jacques Demy, ella se adelantó cinco años a esa ruptura con los cánones de la narrativa dominante.

Varda fue pionera por partida doble. Impuso su menuda figura en un mundo masculino y aprovechó su eco mediático en favor de la causa feminista: en 1971 firmó el "Manifiesto de las 343" para la legalización del aborto, y en 2018, en Cannes, posó junto a otras grandes mujeres del cine para exigir igualdad y diversidad real en el sector.

La cineasta saltó de un género a otro, del documental a la fotografía, la ficción o a instalaciones artísticas, guiada por sus ganas en cada momento, y deja una carrera en la que destacan títulos como "Cléo de 5 à 7" (1962), con el que pisó por primera vez la alfombra roja del certamen de la Croisette.

"Le Bonheur" (1965), "Sans toit ni loi", que le valió el León de Oro de Venecia en 1985, "Les glaneurs et la glaneuse" (2000) o "Visages, Villages" en 2017, año en que se le concedieron el Óscar honorífico y el Premio Donostia, se añaden a más de 20 cortometrajes y a producciones para televisión.

Un cáncer acabó con su vida esta madrugada, apenas dos meses después del fallecimiento de otro icono de la "Nouvelle Vague", el compositor Michel Legrand, autor de las bandas sonoras de referentes como "Bande à part", de Godard, o "Les Parapluies de Cherbourg" y "Les Demoiselles de Rochefort", ambas de Demy.

Varda compartió con Demy profesión y vida, tras una relación anterior con el actor y director de teatro y de ópera Antoine Bourseiller, de la que nació su primera hija, Rosalie Varda, en 1958.

Desde la boda de Varda y Demy en 1962 no se separaron hasta la muerte del director, en 1990. Su unión traspasó la gran pantalla, puesto que Varda se inspiró en su vida para filmes como "Jacquot de Nantes" (1991).

La despedida cinematográfica de la directora fue el documental "Varda par Agnès", difundido este mismo año, un viaje por sus recuerdos en el que repasa parte de su filmografía y explica su concepto del cine.

Varda era, según afirmó este viernes el también director Claude Lelouch, de 81 años, "una mujer que no hizo más que cosas positivas", cuya muerte supone una "pérdida importante" para la cinematografía nacional.

La cineasta dejará además para la memoria su inconfundible corte de pelo de tazón y bicolor, blanco y rojo, reflejo de una vitalidad y de una modernidad que no decayó con los años.

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