Literatura y la comunidad LGBT+: reflexiones desde otros estados sobre una escena en evolución
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TEMAS
Conversamos con algunos autores de otros estados del país para conocer su trabajo así como un poco de la escena en la que se desenvuelven y opinión sobre la presencia del colectivo LGBT+ en la literatura
El súbito aumento del uso e importancia de las redes sociales provocado por la pandemia de COVID-19 ha propiciado una descentralización de la cultura notable. Si antes ya teníamos a través del internet contenidos de otros puntos del globo al alcance la contingencia aceleró este proceso de digitalización y ahora es aún mayor la oferta.
Con estas fronteras abiertas aún más ha llegado a nosotros el trabajo de artistas de otras latitudes y en un afán de continuar con este enriquecimiento cultural en VANGUARDIA, en el marco del mes del Orgullo LGBT+ contactamos a algunos escritores, autores que abordan temáticas de dicha comunidad o miembros de la misma, para conocer qué es lo que se está haciendo en otros puntos de México, así como la presencia de este colectivo en la literatura mexicana actual.
En específico tuvimos la oportunidad de platicar con los poetas Ingrid Bringas y Jesús de la Garza, radicados en Monterrey, el poeta Antonio León, de Mexicali, Baja California y la poeta Odette Alonso, originaria de Cuba pero con más de 25 años de vivir en la Ciudad de México y estas son algunas de las reflexiones que surgieron de las conversaciones.
De géneros y temáticas
La literatura, como todas las artes, tiene infinitas formas. Las propuestas que en ella se gestan son producto de las inquietudes de su autor, mismas que pueden abordar temas relacionados con su persona o con el entorno en el que viven.
En el caso de la comunidad LGBT+ la distinción entre el autor y su obra a veces no existe y muchos escritores, poetas, dramaturgos y escritores en general son catalogados dentro de la llamada “literatura LGBT+” solo por su sexualidad o identidad de género, aunque en la práctica no aborden temáticas relacionadas al colectivo.
Antonio León, por ejemplo, se desenvuelve en la sátira y el humor con sus textos, uno de los cuales, “Impala Rojo”, lo hizo acreedor del Premio Estatal de LIteratura de Baja California en 2016 y aún así, nos contó, ha sido invitado a foros y conferencias sobre la comunidad LGBT+ a pesar de que no trata en sus obras de manera directa estos temas.
“Siempre me asumí como poeta, antes que nada. Por mucho tiempo me resistí a participar en estas mesas de la diversidad, en las mesas de poesía gay; no porque me negara, pero me parece que es muy paternalista esta visión de ‘vamos a reunir a estas personas por algo que hacen en privado’”, expresó.
“Creo que la poesía con tintes homoeróticos o de género simple y sencillamente es poesía, pero también creo en el gran poder de la palabra y el gran compromiso y que lo que hacemos es también un posicionamiento, desde dónde escribes, porqué escribes y darle voz a qué cosas te interesan, porque finalmente la escritura es un hecho político”, agregó y destacó el privilegio desde el que se hace arte —empezando por haber tenido acceso a la educación—, reflexión que lo ha llevado a poner en perspectiva su propia práctica.
Al respecto Odette Alonso, ganadora del Premio Internacional de Poesía Nicolás Guillén en 1999 por “Insomnios en la noche del espejo” y más reciente del Premio Nacional de Poesía LGBTTTI Zacatecas 2017 por “Old Music Island”, comentó que “la literatura no es queer ni LGBT porque no es una persona; es de temática queer o LGBT, lo cual implica que ese tema está tratado en las obras”.
Además, estas temáticas, agregó, han conseguido mayor visibilización en los últimos años. “En 1980 era todavía un peligro tratar abiertamente estos temas. Las luchas del llamado movimiento gay han dado resultados no sólo en la literatura y las artes, sino en la vida misma. Y es bueno que los jóvenes sepan que si ahora pueden andar de la mano en la calle, contraer matrimonio en algunos sitios, que se respeten sus derechos fundamentales o escribir abiertamente sobre estos temas, es porque mucha gente lleva décadas luchando para que esto ocurriera”, expresó.
Por su parte Jesús de la Garza, autor de “Óxido Silvestre”, comentó que “muchas veces se sesga a la comunidad LGBT y digamos que, en una feria del libro, se asigna a una mesa y es la mesa de los escritores LGBT+ y ese es el espacio que tienen y ya cumplimos con la cuota y no hay una integración real del discurso LGBT a lo que parecieran son las grandes narrativas”.
“Mi poesía, por ejemplo, la que he publicado hasta ahora, no gira en torno a esos temas y me engloban en esas mesas. Y, vaya, la preferencia sexual no es una categoría estética, no funciona de esa manera”, añadió.
Literatura de ‘provincia’
Otra de las cuestiones que destacó al conversar con estos autores fue la variedad de propuestas existentes en el país y el interés por desarrollar otros núcleos creativos que no dependan de la capital de México, como ha sucedido por años.
“Recuerdo hace un par de años que me entrevistó Mónica Maristáin y a ella no le cabía en la cabeza que yo en algún momento no me hubiera planteado irme a la Ciudad de México. Yo vengo de una generación en la que tenías que irte a la Ciudad de México para encontrar un trabajo en una disciplina artística, pero a mí me interesa ser un creador desde acá”, comentó sobre el tema Antonio León.
“A mí me interesa crear acá, me parece que aquí abono a la muy breve historia de la literatura Baja California y como es breve e incipiente me gusta ver hacia dónde puede ir”, añadió, “obviamente ir a la Ciudad, o al sur, estuve en Chiapas, te hace recordar que este país es muchos países y cada uno de ellos tiene sus signos.
Uno de estos esfuerzos por generar un espacio nuevo e inclusivo es el Festival Cuir de Monterrey que organiza desde hace un par de años la poeta Ingrid Bringas en colaboración con la escritora Elia Martínez Rodarte.
“Decidimos hacer este festival sobre todo porque en México no hay festivales de esta índole. Había uno que desafortunadamente desapareció, de unos compañeros que se hacen llamar los Hijos de la Luna”, comentó, “por cuestiones de Gobierno ya no pudieron recibir el apoyo y en 2019 fue la última edición”.
“Queremos expandirlo en las próximas ediciones que se presenten”, agregó, “queríamos hacerlo de manera internacional este junio pero por la contingencia yo creo lo vamos a hacer de manera virtual”.
Destacó el espacio que tuvieron en la UANLeer en marzo pasado, donde se incluyó y se dio a conocer el trabajo de escritores de la comunidad.
“Para nosotros sí fue bien importante que se le hayan abierto las puertas al festival”, expresó y reconoció el apoyo que recibió del área editorial de la UANL para realizar esta edición del festival, pues incluso los apoyaron con los vuelos viáticos y de algunos de los invitados.
También conocimos con el trabajo de la revista literaria Plástico, que recién se lanzó este mes, producto de la colaboración entre Jesús de la Garza y el también escritor Esteban López Arciga.
La propuesta ha contado con colaboraciones de Antonio León, Bladimir Ramírez y Julio Mejía III y De la Garza señaló que hay un gran interés de los autores mexicanos por publicar y por la existencia de más plataformas, pues aunque al principio consideraron publicar bajo una selección propia tan pronto fue lanzada la revista llegaron solicitudes de todos lados para publicar en ella.
Mientras tanto Odette Alonso nos comentó que está preparando junto con Paulina Rojas “una muestra de poesía lésbica mexicana contemporánea, que se titula Versas y diversas y será publicada próximamente, que incluye obra de 54 poetas mexicanas”.
Activismo vs arte
En la Feria Internacional del Libro de Coahuila 2019 autores como María Fernanda Ampuero y Koulsy Lamko, entre muchos otros, hablaron sobre la relación de su arte con su activismo y cómo en su caso no buscan crear propuestas panfletarias, aunque en su vida privada sí apoyen ciertas causas de manera activa.
Sobre el tema De la Garza señaló que “ser escritor no necesariamente es ser activista. Yo creo que son caminos que se entrecruzan todo el tiempo y uno da material para el otro”.
Alonso coincidió al respecto, pues considera que el arte y el activismo “es una relación muy cercana, que por lo general se mezcla. Decidir escribir abiertamente literatura de esta temática ha sido y es es un acto de rebeldía, de denuncia y de reivindicación”.
Por su parte Antonio León dijo que “desafortunadamente en Baja California la participación informada en cuestiones sociales se la hemos dejado a los periodistas y las narradores y no hay como una gran participación de los artistas plásticos, de los escénicos, etcétera”.
Hizo la aclaración que a nivel personal su participación en alguna cuestión de activismo social, sea este relacionado con la comunidad LBGT+ u otra situación es “a nivel cancha” y no en redes sociales, las cuales dedica a compartir contenido sobre literatura o de ocio.