No seré feliz pero tengo marido ¿Es tu caso?
COMPARTIR
En pleno siglo XXI el matrimonio sigue siendo el camino a seguir, aunque no tengamos idea de a dónde queremos que nos lleve
Hace tiempo leí una frase que decía “tantas personas juntas que no están enamoradas, y tantos enamorados que no están juntos”, lo que me lleva a otra, la que da nombre a este escrito, “no seré feliz, pero tengo marido”, esta última es el nombre de un libro y una obra de teatro, pero en este momento es sólo la excusa para platicar sobre una realidad recurrente de muchos matrimonios.
Estar juntos sin argumentos, donde la columna vertebral de la relación no es el amor, la pasión, la comunicación, ni siquiera los intereses comunes, sino únicamente una idea, la idea de que no se está solo, de que tenemos una vida, aunque esa vida sea de hecho la causa y raíz de nuestras lamentaciones.
En pleno siglo XXI el matrimonio sigue siendo el camino a seguir, aunque no tengamos idea de a dónde queremos que nos lleve. Nos casamos sintiendo no pensando, pero con emociones de corto plazo que son insuficientes cuando toca enfrentarse a la realidad de la vida en pareja.
¿Qué tienen en común todas las mujeres infelizmente casadas?
Se quejan todo el tiempo
Las mujeres que no están a gusto con sus parejas por lo general van de un lado a otro contándole a todos sobre sus problemas maritales, lo cual no hace sino reafirmarles la idea de que las cosas están mal.
Se ven así mismas como las victimas
No me refiero a las relaciones donde existe violencia, sino a las personas que no asumen su responsabilidad en el estado del matrimonio y que toda la culpa la ponen en los hombros de su pareja.
Apatía por la relación
Las cosas están mal pero no existe un interés ni en terminarla, ni en hacer nada para procurar recuperar la relación. Al contrario siguen juntos pese a que ya ninguno de los dos está feliz al lado del otro.
Viven pensando en que las cosas un día cambiarán
No porque crean que realmente cambiarán, sino que hacerse esta idea les permite crearse un universo alterno donde si existe un final feliz. El lado negativo es que caen en el autoengaño.
Han perdido la complicidad con su pareja
Tanto en la parte de la comunicación como incluso en la intimidad. El contacto físico a todos los niveles por lo general brilla por su ausencia en los matrimonios donde él o ella están infelizmente casados.
La idea no es tirar todo por la borda porque te identificas con uno o más puntos, sino buscar nuevas alternativas que los ayuden a reecontrarse como pareja, porque no hacer nada es como ver un accidente y no llamar a emergencias porque crees que alguien más lo hará.
Y es que aunque para muchas lo importante es poder presumir que al menos ellas consiguieron pareja, y que además las conservan, lo que ven como un plus por el que sienten que bien vale la pena pagar el precio, lo que si no se vale es sacrificar tu felicidad por tener marido.