Satura a internet abuso a menores
Gobierno y empresas tecnológicas de EU no pueden frenar a los criminales
NUEVA YORK, EU.- Las fotos de niños víctimas de abusos sexuales y de tortura, muchos de ellos menores de cuatro años, inundaron en los últimos 10 años sitios, redes y páginas de internet, y no parece haber un freno a estos delitos ni castigo para sus autores.
Y las víctimas son de todas las nacionalidades, por lo que muestran las imágenes perturbadoras.
Las imágenes de abuso sexual infantil se han producido y compartido durante mucho tiempo para satisfacer las obsesiones retorcidas de los adultos. Pero nunca había allegado a números de escándalo: las compañías de tecnología reportaron en el 2018 un récord de 45 millones de fotos y videos en línea de abuso infantil.
Hace más de una década, cuando el número reportado era de menos de un millón, la proliferación de imágenes explícitas ya había llegado a un punto de crisis. Las empresas de tecnología, los organismos encargados de hacer cumplir la ley y los legisladores de Washington respondieron, comprometiéndose a adoptar nuevas medidas para frenar el flagelo. Una legislación histórica fue aprobada en 2008.
Sin embargo, las cifras del contenido detectado siguió creciendo en forma alarmante y exponencial.
Una investigación del New York Times encontró un insaciable submundo criminal que ha explotado los fallidos e insuficientes esfuerzos para contenerlo. Al igual que con la incitación al odio y la propaganda terrorista, muchas compañías de tecnología no vigilan adecuadamente las imágenes de abuso sexual en sus plataformas, o no cooperan lo suficiente con las autoridades cuando llegan a encontrar material.
Los organismos encargados de hacer cumplir la ley que se ocupan de este problema carecen de personal y de fondos suficientes, a pesar de que se les pidió que se ocuparan de un número mucho mayor de casos.
El Departamento de Justicia, al que el Congreso le asignó un papel importante, ni siquiera redactó los informes de seguimiento obligatorios, ni nombró a un funcionario de alto nivel para que encabezara la campaña frente a la problemática. Y el grupo encargado de servir como centro de intercambio de información federal para las imágenes -el intermediario entre las compañías tecnológicas y las autoridades- estaba mal equipado para las crecientes demandas.
Un documento recientemente publicado en conjunto con ese grupo, el Centro Nacional para Menores Desaparecidos y Explotados, describió que el sistema está en “un punto de ruptura”, con informes de imágenes abusivas que “exceden las capacidades de los centros de intercambio de información independientes y de las fuerzas del orden para tomar medidas”. Sugirió que los futuros avances en el aprendizaje automático podrían ser la única manera de alcanzar a los delincuentes.
LAS EVIDENCIAS
El Times revisó más de 10 mil páginas de documentos policiales y judiciales; realizó pruebas de software para evaluar la disponibilidad de las imágenes a través de los motores de búsqueda; acompañó a detectives en redadas; y habló con investigadores, legisladores, ejecutivos de tecnología y funcionarios gubernamentales. El reportaje incluyó conversaciones con un pedófilo admitido que ocultó su identidad utilizando un software de encriptación y que dirige un sitio que ha albergado poco más de 17 mil imágenes de este tipo.
En las entrevistas, las víctimas de todo Estados Unidos describieron con detalle desgarrador cómo sus vidas habían sido trastornadas por el abuso.
A los niños, violados por parientes y extraños por igual, se les dijo que era normal. Los adultos, ahora a años de distancia de su abuso, todavía viven con el temor de ser reconocidos por fotos y videos en Internet. Un dolor que sigue ahí. Con información de New York Times