La contaminación en el medio ambiente ha influido para que se tenga un aumento en problemas respiratorios que pueden desencadenar en situaciones de asma
En las últimas décadas, las ciudades industrializadas han enfrentado un crecimiento exponencial, que a su vez ha causado un incremento en los casos de asma y alergias, especialmente entre la población infantil.
El impacto de la contaminación atmosférica es una de las causas principales identificadas del incrementó de los casos. En el caso de Monterrey, una ciudad conocida por su industrialización acelerada es visible cómo la calidad del aire se ha degradado considerablemente.
En comparación con la calidad del aire de la capital regiomontana, VANGUARDIA publicó a principios de abril del presente año, que según reportes oficiales y la plataforma BreezoMeter, la calidad del aire en Saltillo fue peor que en Monterrey, pues se calificó como “extremadamente mala”.
Al respecto, María Teresa Padilla, pediatra y alergóloga de Saltillo, explicó que la exposición prolongada a contaminantes como partículas suspendidas y gases nocivos contribuye significativamente al desarrollo y empeoramiento del asma y las alergias en los niños que crecen en áreas urbanas con aire contaminado, enfrentando un riesgo elevado debido a la inhalación constante de agentes irritantes.
Tal ha sido la afectación por las industrias instaladas en la capital, que la médico mencionó que ha brindado atención a grupos específicos de personas que habitan en colonias aledañas al conocido corredor industrial de Saltillo, ubicado en el bulevar Isidro López Zertuche. Entre estos pacientes, señaló que se encuentra también parte del personal de dichas empresas.
“Hay pacientes que viven en ciertos sectores, donde hay ciertas empresas que liberan unos polvos que a los pacientes les afecta”, dijo.
“Desde que se empezó a industrializar Saltillo, la población ha crecido hasta cinco veces más lo que ha generado que haya mucha más contaminación que ataca la capa de ozono con las emanaciones de los camiones, basureros y empresas lo que además ha propiciado a cambios de clima que también tienen un efecto negativo en las alergias”, señaló Padilla.
‘EN NIÑOS MENORES DE 5 AÑOS, EL TEMA ES RESPIRATORIO 100%’
Entre las manifestaciones de estos males más frecuentes, se encuentra la rinitis alérgica. Teresa Padilla señaló que al menos el 80% de sus pacientes acuden a consulta por esta causa que, de no ser atendida, puede complicarse y derivar en asma, lo que sucede en al menos el 50% de los casos.
“Los pacientes despiertan todos los días con moco, estornudo, comezón en la nariz, pero cuando se limpia se les quita y se van a la escuela o a trabajar. Ellos van creciendo con la idea de que eso es normal, pero ya luego empiezan a tener una congestión mucho más severa o sangrado nasal”, explicó la doctora.
En niños menores de 3 años son también frecuentes las sibilancias transitorias, que se manifiestan con tos con flema y un silbido en el pecho, así como dificultad para respirar, derivado de la falta de maduración de los bronquios.
Según el estudio anteriormente citado, la prevalencia de sibilancias, un síntoma común del asma, derivada de las alergias, es del 3.9% en la Ciudad de México y del 3% en Monterrey. Además, se encontró que el 29.4% de los niños de entre 6 y 7 años han experimentado sibilancias en algún momento de su vida, siendo los varones los más afectados. Estos problemas respiratorios suelen manifestarse desde temprana edad, antes incluso del primer año de vida en muchos casos.
Asimismo, señala que el 7% de la población mexicana, equivalente a cerca de 8 millones de personas, sufre asma, según la Organización Mundial de la Salud. Este problema se ve exacerbado en entornos urbanos donde la industrialización ha traído consigo niveles alarmantes de contaminación.
La persistencia de la sibilancia entre los 3 y 5 años se cataloga como un asma inducida por virus, explicó Padilla, mientras que después de los 5 años, es un asma alérgica que puede complicarse con la falta de ventilación en las habitaciones, temperaturas extremas, presencia de polvo y los hábitos de los padres, como el tabaquismo.
“Hacemos mucha hincapié con los papás que tienen que ventilar muy bien la habitación porque en los niños, lo que empeora más el asma son los ácaros del polvo. Hay que cambiar la ropa de cama cada semana, aspirar el colchón y que los papás no fumen porque el humo se queda en su piel, ropa y cabello y el niño lo respira. Esto paraliza sus bronquios. Realmente son hábitos de los papás muchas veces también lo que los empeoran principalmente eso el tabaco”, explicó.
Aunado a los factores ambientales, Teresa Padilla señaló que a partir de la pandemia por COVID-19 ha sido notorio el incremento de casos de alergia y asma en la capital de Coahuila hasta en un 100 por ciento. Además, cada vez son de menor edad los niños que llegan a consulta con sintomatología de estas enfermedades.
“Ahorita yo tengo pacientes de dos años con inmunoterapia (tratamiento contra las alergias) cuando antes yo siempre les decía “esperen porque hay que ver que madure el sistema inmune para que pueda generar esa tolerancia”, pero el Covid vino a empeorar muchísimo la situación de la alergia”, mencionó la especialista.
BARRERAS EN LA SALUD PÚBLICA
Entre las múltiples barreras para reducir la carga global del asma, destaca el acceso limitado a la atención y/o medicamentos, y la falta de prioridad en la atención de salud pública.
En ese sentido, Teresa Padilla destacó la falta de acceso adecuado a tratamientos y medicamentos como una barrera significativa para controlar estas enfermedades, pues señaló que es frecuente la llegada de pacientes que enfrentaron dificultades para recibir atención médica oportuna y adecuada en los sistemas de salud pública como el IMSS y el ISSSTE.
“Es bastante común. Vienen conmigo y las pruebas están bien positivas, yo les pregunto ¿tienen un servicio médico? “Pues tengo este”, me contestan, “bueno puede intentar en su servicio médico a ver si le dan el tratamiento”. Pero muchos regresan por eso, dicen que no les quisieron dar pase con el alergólogo”, comentó.
Señaló que es de su conocimiento que el IMSS cuenta con los recursos para brindar terapia biológica, siendo este el mejor y más efectivo tratamiento para alergias, el cual tiene un costo de aproximadamente 6 mil pesos y son necesarias hasta 4 dosis por mes, por lo que la negativa de atención al paciente por un especialista perjudica no sólo su salud, al negar el acceso a uno de los mejores tratamientos, sino también su economía.
Un tratamiento contra alergias en la capital tiene un costo de aproximadamente 15 mil pesos, sin contemplar las citas con el especialista y las pruebas alergénicas que se realizan previas a iniciar.
Según la doctora Padilla, el costo de los tratamientos varía según cada especialista, sin embargo, en un caso regular de alergia la prueba tiene un costo aproximado de entre mil 500 y 2 mil 500 pesos. Esta solo se realiza en una sola ocasión y permite conocer los alergenos que afectan al paciente.
El tratamiento de inmunoterapia, que consiste en dar en pequeñas dosis los alergenos que causan daño al paciente con el fin de fortalecer su sistema inmune, tiene un costo aproximado de 1 mil 500 pesos, el cual debe de surtirse cada 2 meses, en 10 ocasiones, como mínimo, dependiendo del avance de la persona.
“La inmunoterapia ha demostrado ser efectiva para algunos pacientes, ofreciendo una alternativa para reducir la sensibilidad a los alérgenos específicos”, explica la doctora Padilla. “Sin embargo, es costosa y no está ampliamente disponible en el sistema de salud público”.
En el caso del IMSS, señaló que en la capital hay solo un alergólogo para brindar atención a todos los derechohabientes, además de otro especialista que brinda atención en el Hospital Materno Infantil.
“Son sólo dos en las instituciones públicas para atender miles de pacientes, el sistema de salud tampoco ayuda mucho”, dijo.
Al respecto, se solicitó al IMSS información precisa sobre la atención de estos padecimientos por un especialista, sin embargo, al cierre de esta nota periodística no hubo respuesta alguna por parte de la institución.
UN LLAMADO A LA SOCIEDAD Y AL GOBIERNO
El aumento de casos de enfermedades respiratorias como la alergia y el asma, principalmente en niños, es un llamado a la ciudadanía para que actúe a favor del medio ambiente y la salud de los saltillenses, así como al gobierno mismo, para que haga las regulaciones correspondientes, principalmente a las empresas que contaminan el aire de la ciudad.
Según el estudio elaborado por el Centro Regional de Alergia e Inmunología Clínica, el fenómeno de urbanización e industrialización rápida y descontrolada vista en la ciudad de Monterrey, y en otras en todo el mundo han aumentado la contaminación del aire y, por lo tanto, la exposición directa en la población.
Las principales fuentes de contaminantes exteriores identificados son la quema de combustible procedente de vehículos, la construcción y las operaciones agrícolas, las centrales eléctricas y las industrias. Para complicar aún más este problema, ahora se reconoce que el calentamiento global aumentará el efecto de la contaminación del aire exterior sobre la salud.
Por ello, es necesario un sistema de transporte efectivo que permita que menos autos circulen por la ciudad, que la ciudadanía realice un mantenimiento puntual a sus vehículos y que el gobierno vigile y sancione a las industrias y empresas que contaminen el aire de Saltillo.
“Es fundamental que se implementen políticas públicas que regulen y reduzcan la emisión de contaminantes industriales y vehiculares”, enfatiza la doctora Padilla. “La transición hacia energías limpias y prácticas sostenibles es esencial para proteger la salud respiratoria de las futuras generaciones”.
Además, de ello, la doctora Padilla subrayó la necesidad de que el personal médico de ´primer contacto cuente con la capacitación necesaria para distinguir los casos de alergia o asma que reciban.
“Yo creo que lo más importante sería que los médicos de primer contacto tuviesen la pericia para poder distinguir las alergias. Muchas veces reciben en varias ocasiones al mismo paciente, con la misma sintomatología y solo le recetan un antihistamínico o le inyectan esteroides, cuando el caso es muy grave, pero no los refieren a un alergólogo”, dijo.