Caso Valentina: el difícil acceso de personas sordas a la educación en Saltillo

Valentina nació con sordera, una condición que afecta la audición y también la forma de comunicarse y relacionarse con su entorno.

Cuando entró al kínder, Valentina fue discriminada, pues no lograba adaptarse al ritmo de clases que ofrecía la escuela pública y por eso sus padres decidieron cambiarla a una institución privada.

Aunque en esta nueva escuela el personal tampoco estaba capacitado para educar a una niña con sordera, el trato fue cordial y más amable debido a que los docentes tenían la iniciativa de ser inclusivos.

“Hemos atravesado por muchísimas situaciones de discriminación, maltrato. El problema es que en las escuelas los maestros no están capacitados para comunicarse con el idioma de señas.

“A nosotros nos pasó que una maestra de Valentina le prohibió que moviera las manos, por lo que ella ya no se pudo comunicar, tenía miedo porque la amenazó diciéndole que si seguía moviéndolas la iba a morder”, explicó Aideé Ramírez, madre de la menor.

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La situación nunca se denunció debido a la falta de conocimiento de los padres, además de la necesidad de encontrar una escuela de educación especial que se enfocara en el desarrollo integral de Valentina.

“Fuimos muy tontos porque lo único que queríamos era que nuestra hija aprendiera y fuera integrada, no teníamos tiempo de denunciar porque Valentina asistía a cinco escuelas diferentes todos los días y luego los fines de semana con la Asociación de Sordos, nos sentíamos desprotegidos”, dijo.

En este caso, señaló Aideé, lo correcto hubiera sido que los docentes estuvieran capacitados para atender a las personas con sordera.

Hoy Valentina está cursando la universidad y ha logrado realizar todas sus tareas y labores de forma independiente, sin embargo, esto lo ha logrado gracias a la inclusión que se le ha otorgado en las escuelas particulares y al respaldo de la Asociación de Sordos.

“Pese a que mi hija ha pasado por situaciones muy traumáticas por su discapacidad, está terminando la preparatoria y la he dejado a ella sola que haga sus tareas, pese a que toda la vida la ayudé. Hoy es una persona independiente, creo que es la seguridad que le hemos dado, tanto nosotros como los maestros, para que ella logre desenvolverse”, expuso Aideé.

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CARENCIAS ESTIGMAS Y OTRAS DEFICIENCIAS

Para que un niño o niña con discapacidad auditiva pueda ser verdaderamente incluido, es necesario que se realicen actividades como talleres de sensibilización dirigidos a la población en general, así como actividades culturales y educativas;

Conciertos, lectura de cuentos a través del idioma de Señas Mexicana, entre otras, consideró Alina Ortiz, presidenta de la Asociación de Sordos de Coahuila.

Hizo énfasis en que en Saltillo no existen traductores en escuelas ni dependencias públicas que utilicen el Idioma de Señas Mexicana, por lo que se considera que no se ha logrado una verdadera inclusión.

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“Hacen falta intérpretes en nuestra sociedad, hay mucha gente que desconoce las señas y esto impide que se resuelvan los problemas de muchos sordos porque no hay personas que conozcan el idioma, en las dependencias, en los trabajos”, comentó.

De acuerdo con la Asociación, en Saltillo hay más de 12 mil personas que padecen sordera y solo se cuenta con cuatro intérpretes certificados en la ciudad.

Datos del INEGI 2020 expusieron que en la capital había aproximadamente ocho mil 800 personas con discapacidad auditiva, incluyendo adultos mayores con la misma condición: todos han manifestado haber sido discriminados en distintas áreas de su vida.