Coahuila: vivir en hacinamiento afecta la salud mental de los trabajadores, señala psicóloga
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La creciente demanda de mano de obra en Coahuila ha llevado a muchos trabajadores, especialmente del sur del país, a enfrentarse a un alto costo de vivienda en el estado que los obliga a vivir en condiciones de hacinamiento. Esta situación, además de ser solo una inconveniencia, podría tener impactos serios en la salud mental y el bienestar de quienes viven de esta manera.
Las pequeñas casas y cuartos compartidos, donde muchas personas viven en espacios reducidos, es una alternativa a las que acuden los trabajadores que buscan destinar un menor porcentaje de su salario al arrendamiento.
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Cabe recordar que VANGUARDIA señaló que los trabajadores destinan aproximadamente el 50% de sus ingresos mensuales al arrendamiento de un cuarto y un baño, sin contar el pago de los servicios, alimentos, salud y esparcimiento, entre otras cosas, por lo que el alto costo de vida en la capital absorbe los buenos salarios que se ofertan, principalmente en las industrias.
La psicóloga Berenice de la Peña destacó que la convivencia en espacios limitados y sobrepoblados puede generar irritabilidad, agotamiento emocional y desgaste personal debido a la falta de comodidad y privacidad.
“Cuando no hay un buen descanso, hay irritabilidad; cuando hay irritabilidad, se van acumulando las frustraciones; cuando se van acumulando las frustraciones, aparece el estrés y si tenemos un estrés constante, empezamos a desarrollar situaciones de ansiedad y depresión”, explicó De la Peña.
La especialista señala que la falta de espacio y la carencia de reglas de convivencia saludables pueden traducirse en estrés crónico, que a su vez afecta el sueño de las personas.
La falta de un sueño reparador no solo incrementa la irritabilidad, sino que también impacta el estado físico y emocional de los individuos. La acumulación de cortisol, la hormona del estrés, puede llevar a problemas como agotamiento físico y enfermedades diversas. Además, la falta de descanso adecuado puede disminuir la paciencia y tolerancia en las relaciones interpersonales, así como reducir el rendimiento laboral.
De la Peña advirtió que el agotamiento físico y mental también incrementa los riesgos laborales, especialmente en trabajos que requieren atención especial o manejo de maquinaria.
“Cuando una persona trabaja sin haber descansado adecuadamente, los riesgos de trabajo aumentan porque la atención no está al 100%”, señala la psicóloga.
El problema no se limita al ámbito laboral, pues las tensiones derivadas del hacinamiento pueden llevar a situaciones de agresión y violencia dentro de los hogares compartidos, exacerbando aún más el estrés y el malestar general. Aunado a ello, el consumo de alcohol en reuniones para aliviar el estrés puede, en algunos casos, desencadenar conflictos mayores.