¿Comer carne de res contaminada por gusano barrenador, es peligroso? No, afirma especialista
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Tras casi tres décadas de haber sido erradicado, el gusano barrenador ha reaparecido en México, generando incertidumbre entre consumidores y provocando una crisis sin precedentes en el sector ganadero, particularmente en estados como Coahuila, donde la exportación de ganado en pie hacia Estados Unidos se encuentra suspendida desde hace más de medio año.
Sin embargo, el consumo de carne de res no representa un riesgo sanitario para los humanos, siempre y cuando se cocine adecuadamente, asegura el profesor Felipe Sánchez Carrillo, académico del Departamento de Procesos Tecnológicos e Industriales del ITESO, Universidad Jesuita de Guadalajara, y especialista en productos cárnicos.
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“No hay problema para consumir la carne, siempre y cuando se cocine de manera adecuada. El calor puede ser suficiente para matar larvas o huevecillos”, puntualiza el experto.
El nombre científico de esta plaga, Cochliomyia hominivorax, significa “devorador de humanos”, ya que afecta únicamente a tejidos vivos y no puede sobrevivir en carne de animales muertos, lo que limita de forma significativa su impacto en la cadena de consumo, aunque no así en la producción pecuaria.
En Coahuila, la situación ha escalado a niveles alarmantes. La Unión Ganadera Regional de Coahuila (UGRC) estima pérdidas superiores a 22 millones de dólares debido al cierre fronterizo.
“Para estas fechas ya habríamos exportado alrededor de 35 mil becerros, generando ingresos cercanos a los 55 millones de dólares. Este 2024, el flujo comercial se ha visto prácticamente paralizado”, lamentó Abel Ayala Flores, presidente de la UGRC.
El especialista del ITESO aclara que, si bien la carne de animales infectados puede presentar deficiencias en su calidad, no representa un riesgo de contagio para los humanos si es tratada bajo medidas sanitarias apropiadas.
“Los rastros y plantas de sacrificio reguladas por Cofepris y Senasica están preparados para detectar y descartar animales con signos de infección, lo que hace muy poco probable que lleguen al consumidor final”, enfatiza.
Además, explica que el estrés en los animales infectados puede generar carne con características DFD (Dark, Firm and Dry), es decir, oscura, firme y seca, que si bien es técnicamente comestible, tiene un valor comercial y organoléptico inferior.
México fue declarado libre del gusano barrenador en 1991, pero el primer caso de reaparición se documentó en noviembre de 2024 en Chiapas, procedente de brotes detectados en Centroamérica. Las autoridades y especialistas analizan entre las causas el cambio climático, que habría favorecido las condiciones para su proliferación.
Más de mil 500 animales han resultado afectados por esta plaga en México, lo que motivó la suspensión temporal de las exportaciones ganaderas hacia Estados Unidos.
Aunque la inocuidad del producto cárnico puede garantizarse con cocción mínima a 65°C y medidas sanitarias estrictas, el impacto económico y sanitario en el sector ganadero es profundo, y exige una respuesta coordinada para contener la reaparición de este parásito.
El gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax) no se contagia de persona a persona. Este parásito infecta exclusivamente a través de heridas abiertas en tejidos vivos, tanto en animales como en humanos.