El 70% de mujeres en Coahuila ha sufrido algún tipo de violencia

Aunque los datos sobre este problema son alarmantes en todo el mundo, la situación en Coahuila resulta particularmente preocupante. De acuerdo con cifras recientes, siete de cada diez mujeres en el estado han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de sus vidas. Esta situación ha llevado a que las autoridades locales, encabezadas por la Secretaría de la Mujer y el Congreso del Estado, busquen soluciones urgentes a lo que muchas califican ya como una “pandemia de salud”.

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A nivel mundial, incluso antes de la pandemia de COVID-19, una de cada tres mujeres sufría algún tipo de violencia física o sexual, en su mayoría por parte de sus parejas. La pandemia agudizó este problema, con un aumento en las llamadas a las líneas de atención a víctimas de violencia doméstica en muchos países. Sin embargo, las formas de violencia no se limitan al hogar. El acoso sexual y otras agresiones también ocurren en espacios públicos, virtuales y laborales, lo que deja a muchas mujeres vulnerables a múltiples tipos de violencia en diversas áreas de su vida cotidiana.

En Coahuila, las cifras son igualmente alarmantes. Según Mayra Valdés, secretaria de la Mujer en el estado, un 46% de las mujeres mayores de 15 años sufrieron algún tipo de violencia en el último año. Además, siete de cada diez mujeres en Coahuila han experimentado violencia a lo largo de sus vidas. Estas cifras reflejan un problema de larga data que afecta a todas las clases sociales y edades, y que está enraizado en estructuras sociales y culturales desiguales.

LA RESPUESTA DE COAHUILA: POLÍTICAS Y PREVENCIÓN

En respuesta a esta crisis, el gobierno de Coahuila ha implementado una serie de medidas. Luz Elena Morales, diputada del Congreso del Estado, ha destacado la creación de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Mujer y la Niñez como un paso fundamental para abordar la violencia de género en la entidad. Morales subraya que el cambio debe comenzar desde el hogar, donde persiste una dinámica de poder desigual que a menudo desencadena la violencia. Según la diputada, la clave está en “crear nuevas estructuras familiares” que promuevan la igualdad y el reparto equitativo de las responsabilidades de cuidado.

La diputada también destaca el papel crucial de las leyes y las políticas públicas. Coahuila es uno de los pocos estados que cuenta con una fiscalía dedicada exclusivamente a la violencia de género, lo que marca un precedente importante. Sin embargo, Morales insiste en que, aunque las leyes son necesarias, el cambio social solo será posible si las instituciones gubernamentales, las organizaciones civiles y la sociedad en general trabajan juntas para erradicar este problema.

LA VIOLENCIA COMO UN PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA

Uno de los puntos más relevantes es que la violencia contra las mujeres no solo debe entenderse como un problema social, sino también como un grave problema de salud pública. La violencia de género no solo afecta el bienestar físico de las mujeres, sino que también tiene graves consecuencias psicológicas que pueden perdurar a lo largo de la vida. Luz Elena Morales señala que las acciones del gobierno deben enfocarse también en atender los problemas emocionales derivados de la violencia, con la esperanza de que, a largo plazo, se logre una disminución en las conductas de riesgo.

A nivel global, la OMS ha reportado que hasta el 38% de los feminicidios son cometidos por la pareja de la víctima, y las mujeres jóvenes, especialmente entre los 15 y 49 años, son las más afectadas por la violencia física y sexual. En este contexto, es crucial que las acciones de prevención y apoyo a las sobrevivientes no solo se enfoquen en sancionar a los agresores, sino también en generar espacios de información y apoyo para las víctimas.

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La violencia contra las mujeres en Coahuila es un reflejo de una problemática más amplia que afecta a todo el mundo. A pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades y las leyes vigentes, la diputada Morales insiste en que el cambio social debe involucrar a todos los sectores de la sociedad. En palabras de Morales: “Es una realidad la que se está viviendo y donde los gobiernos están poniendo atención... pero debemos redoblar esfuerzos para que no exista ni un solo feminicidio ni asesinato de mujeres”.

La violencia contra las mujeres no conoce fronteras, ni de clase ni de edad. Es una problemática que demanda un enfoque integral que abarque tanto la prevención como la atención a las víctimas. La igualdad y la no violencia solo serán una realidad cuando todas las partes se involucren activamente en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.