‘El Grande’, el capo que operó en Coahuila y delató a Genaro García Luna

Hay algunos narcotraficantes que, sin haber nacido en Coahuila, generaron conexiones en la entidad, entre ellos varios líderes de lo que fueron los Zetas, pero también Sergio Villarreal Barragán alias “El Grande”, que durante años operó un corredor de trasiego de drogas que pasaba por Durango, la Laguna y Ciudad Juárez, primero para el Cártel de Sinaloa y después para la Organización de los Beltrán Leyva.

Por ende, como operador de primer nivel de ambas organizaciones, “El Grande” tuvo acceso a información privilegiada, entre la que se cuenta el listado de políticos y funcionarios corruptos que prestaban protección a dichas organizaciones.

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Este hecho es vital en el marco de las audiencias que se realizan en este momento en la Corte del Distrito Este de Nueva York, dentro del juicio que se le sigue al ex Secretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón Hinojosa, Genaro García Luna, en donde Villarreal Barragán fungió como el primer testigo clave para probar que el exfuncionario se coludió y protegió al crimen organizado.

Las declaraciones de Villarreal Barragán fueron directas y precisas, Genaro García Luna protegió al Cártel del Sinaloa, del cual recibió millones en sobornos, donde el propio Villarreal Barragán fue testigo de varias entregas en dinero que realizó Arturo Beltrán Leyva al propio García Luna y subalternos.

Además de lo anterior, que de cierta forma ya se conocía, derivado de las filtraciones de las investigaciones de los Estados Unidos, también aportó datos que no se conocían o al menos no se tenía certeza de ellos, por ejemplo, que la relación de corrupción de García Luna no se limitó al sexenio de Calderón, sino que se encontraba en la nómina del Cártel de Sinaloa desde el sexenio de Vicente Fox, cuando era director de la Agencia Federal de Investigación, por tanto, ello significa que Felipe Calderón nombró como Secretario de Seguridad Pública y encargado de combatir al crimen organizado, a una persona corrompida precisamente por el mal que debía combatir.

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Lo grave de esta revelación es que Genaro García Luna concentró demasiadas atribuciones, presupuesto y poder durante el sexenio de Felipe Calderón, que ahora tenemos certeza que puso al servicio del Cártel de Sinaloa. Evitó la captura de forma deliberada de sus líderes y les ayudó a acabar con sus competidores. Por tanto, sus acciones contribuyeron al crecimiento del Cártel de Sinaloa, como la organización dominante en México.

También señaló que las entregas de dinero en las que él estuvo presente, que rondaban el millón y medio de dólares, se entregaban en una casa de seguridad cerca del Centro Comercial Perisur en la Ciudad de México y que a los mismos también asistió Luis Cárdenas Palomino.

En una parte de su declaración, señaló como uno de los territorios de operación del Cártel de Sinaloa a Torreón, poniendo a esta ciudad como una de las fronteras y que con la protección de Genaro García Luna hubo un proceso de expansión más allá de esas fronteras, es decir, la corrupción de García Luna generó una mayor confrontación de los grupos criminales en Torreón y en otras ciudades de Coahuila.

Dicho lo anterior, de otra forma, muchos de los muertos y desaparecidos en Coahuila son una consecuencia directa de los actos de Genaro García Luna, que también es culpable de parte de las balaceras, la intranquilidad generalizada, el cobro de piso, los secuestros, los cientos de negocios que cerraron y las inversiones que perdimos esos años.

Las audiencias del juicio apenas comienzan y a juzgar por estas primeras declaraciones, prometen salpicar a muchos funcionarios corruptos, pero la gran incógnita es si este juicio puede destapar una cloaca que dañe a los expresidentes Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quezada, así como a exgobernadores o exsecretarios de Estado.

Y como colofón, debería llamarnos a la reflexión el hecho que de nueva cuenta es la justicia de los Estados Unidos, la que nos permite a los mexicanos conocer la verdad de las redes de corrupción y complicidades entre autoridades y crimen organizado en México, porque nuestras autoridades no hacen lo que les corresponde en materia de impartición de justicia y estado de derecho.

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